No voy en tren...

El reloj marcaba las 12:10. Los jugadores ya habían terminado el entrenamiento y estaban en el edificio de la concentración. Silencio total en City Bell. Hasta que de repente un fuerte ruido vino desde el cielo. No era una tormenta, sino un helicóptero blanco y negro, que aterrizó en la cancha principal del Country, el mismo escenario donde todos los días se entrenan los jugadores.

Los presentes empezaron a hacer conjeturas: “¿Quién será? ¿El Gobernador? ¿Algún ministro?”. Sorpresa mayúscula fue cuando se abrió la puerta y quien apareció fue Miguel Pires.

El empresario, que representa la carrera de gran parte del plantel de Estudiantes y que mantiene una cercana relación con Sebastián Verón, caminó los metros necesarios para llegar hasta el edificio. Entró, saludó y se reunió con Daniel Romeo. Luego lo hizo con algunos de los jugadores que representa, en especial con Gastón Fernández.

Su estadía no duró más de dos horas. Y así como llegó se fue. Sonriente y de buen humor, se subió al helicóptero que se lo llevó del lugar.

De acuerdo a lo investigado por este medio, fue el propio Enrique Lombardi quien lo autorizó a aterrizar su helicóptero en dicha cancha. Eso sí, no dio mayores explicaciones sobre los motivos de la sorpresiva visita, teniendo en cuenta que no había ningún dirigente en el lugar.

El propio Pires ratificó que el OK se lo había dado Lombardi y, en un diálogo periodístico, manifestó no entender por qué tanto alboroto por su llegada en helicóptero.

Las especulaciones sobre su viaje de Buenos Aires a City Bell fueron varias. Algunos en Estudiantes hablaron de “una demostración de poder” a una Comisión Directiva con la que no tiene una relación muy amigable. Lo cierto es que esta historia parece que no terminará acá.