El Bosque, copado

El arranque de la temporada oficial 2013 mostró a los hinchas del Lobo -que estaban sedientos de fútbo-, unidos en un espectáculo multicolor muy destacado.

Desde temprano y aprovechando la hermosa tarde de sábado, la hinchada albiazul empezó a colmar las distintas tribunas del Juan Carmelo Zerillo en toda su dimensión. Es más, a eso de las 18 -justo cuando el plantel tripero arribaba a 60 y 118- las dos cabeceras estaban casi a reventar.

Luego, el lleno total de la tribuna techada y la gran cantidad de pergaminenses que acompañaron al Fogonero le terminaron de dar un marco realmente de gran jornada futbolera.

Muchos chicos, familias y los protagonistas principales de cada partido del Lobo de local se hicieron presentes.

Quedó claro que el debut oficial en este año fue muy importante para su gente, más teniendo en cuenta que los de Pedro Troglio tendrán ahora y por la rueda final del Nacional B dos fechas de visitante: primero en Junín, donde enfrentarán a Sarmiento y luego en Corrientes, donde chocarán con Boca Unidos.

UNA MANCHA

Pero entre toda la fiesta que armó la gente tripera, hubo algo que paralizó a todos: corrían los primeros 40 minutos de la etapa inicial y desde la cabecera del Bosque lanzaron una bomba de estruendo que cayó en el área chica, a un par de metros del arquero visitante Alejandro Alvarez, que conmocionó al golero y lo tumbó al piso ante la mirada atónita de sus compañeros y los demás jugadores del Lobo.

El hecho fue repudido por gran parte de los presentes con una silbatina.

A continuación el árbitro Alejandro Castro paró el encuentro por un par de minutos y la atmósfera se congeló por un instante.

La recuperación casi inmediata del jugador de Pergamino le devolvió el alma al cuerpo a todos y los gestos de “está todo bien, no pasó nada” de Alvarez, le regalaron al arquero de Douglas Haig una catarata de aplausos por parte de todo el público, que hasta llegó a considerar la chance de que el partido pudiese suspenderse por el incidente.

Una perla oscura en la victoria del Lobo por Copa Argentina ayer en el Bosque, que no deja de ser un llamado de atención para la dirigencia albiazul, de cara a una temporada por demás exigente, dónde no puede quedar ningún cabo suelto, ya sea desde lo organizativo, lo deportivo y lo económico, porque un hecho como el de ayer podría haberle costado muy caro a Gimnasia.

SIGUIO LA FIESTA

Superado ese inconveniente, la fiesta tripera continuó en las tribunas, donde se celebraron intensamente los tres goles albiazules y ya se empezó a soñar con una temporada que vuelva a poner a Gimnasia en Primera.