Secretos de la negociación que selló acuerdo en la Legislatura

El gobernador Daniel Scioli y el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, mantuvieron ayer un cruce radial tras confirmar el acuerdo para la aprobación del Presupuesto. Con apelaciones a la madurez y la responsabilidad política, ambos dirigentes rescataron las coincidencias a las que arribaron y que le permitirán a la Provincia contar con una herramienta clave de gestión.

Pero ése fue sólo el final de una historia que consumió no menos de seis reuniones “cara a cara” entre negociadores de uno y otro sector, ofertas, contrapropuestas y múltiples llamados telefónicos. En el medio, como para no bajar la guardia, sciolistas y massistas no se ahorraron críticas y acusaciones.

De las negociaciones participaron legisladores, funcionarios provinciales e intendentes. Por el massismo, algunos de los que intervinieron fueron los intendentes Joaquín De la Torre (San Miguel) y José Eseverri (Olavarría), los senadores Malena Baro y Baldomero Alvarez, además de los diputados electos Juan Amondarain y Jorge Sarghini.

Las espadas sciolistas fueron el jefe de Gabinete Alberto Pérez, la ministra de Economía Silvina Batakis, el funcionario y ex legislador provincial Isidoro Laso y el diputado provincial Guido Lorenzino, entre otros.

LOS MUNICIPIOS

Aún cuando el principal tema de discusión pareció centrado en el pedido de endeudamiento por 14.500 millones de pesos planteado por el Ejecutivo provincial, la situación financiera de los municipios fue uno de los aspectos clave de la discusión y posterior acuerdo, según trascendió en diversas fuentes.

El massismo gobierna varias comunas y el enfrentamiento con la Casa Rosada redundará, estiman en el Frente Renovador, en una virtual nula llegada de fondos para obras. No extrañó entonces que se buscara al menos compensar en parte esa situación en relación a la Provincia.

Hace casi 10 días, el massismo había puesto sobre la mesa una serie de deudas que el gobierno bonaerense afronta con diversas comunas. Algunas de ellas tienen que ver con atrasos en el giro de fondos a aquellos distritos que tienen hospitales. Pero también, con recursos que reciben por el tratamiento de la basura.

Esos fueron compromisos no escritos en el Presupuesto que ayudaron a desenredar la negociación.

El sector de Massa, en tanto, buscó dejar sentado que parte del endeudamiento, unos 1.000 millones de pesos, quedara afectado a las políticas de Seguridad. En rigor, una cifra similar a la que el propio Scioli tenía proyectada con el retoque sobre los impuestos Inmobiliarios Urbano y Rural que finalmente quedó suspendido tras la negociación que el propio mandatario encabezó con el campo, los intendentes radicales y sectores de la oposición.

La otra pata del acuerdo pasó por el reconocimiento al Frente Renovador como principal fuerza de la oposición. Si bien en algún momento de la negociación los massistas reclamaron la Fiscalía de Estado, el sciolismo se mantuvo firme en su idea de respetar el acuerdo político al que había arribado con el radicalismo por el que se terminó designando a Hernán Gómez.

AL BAPRO

Ese mismo cierre con la UCR le permitió a Diego Rodrigo renovar como director del Banco Provincia. Los massistas, en tanto, lograron un espacio en el directorio.

Algunas fuentes señalan que habría otros espacios para el Frente Renovador en algunas de las empresas del Grupo Bapro.

Si bien el acuerdo para despejar de obstáculos la sanción del Presupuesto y la Ley Impositiva había avanzado, hubo una gestión que terminó de encauzar la negociación: el llamado que, como informara este diario, efectuó el propio Scioli a Massa.

Esa charla, en pleno tiempo de descuento para el tratamiento de los proyectos, precipitó las cosas. El propio intendente de Tigre vino a La Plata a un encuentro con los legisladores de su sector donde dio instrucciones para que se sancionara ambas herramientas.

“Si votamos en contra y los dejamos sin Presupuesto se van a victimizar y nos van a echar la culpa de todos los conflictos”, dicen que explicó Massa en ese cónclave, quien luego se despachó con fuertes críticas a la gestión bonaerense.

En el sciolismo, en tanto, argumentaban que al massismo “no les quedó otra que acordar. Estaban acorralados. Iban a quedar como la nueva Coalición Cívica”.

Lejos de las chicanas, Scioli y Massa se mostraron conformes con el acuerdo. “Me pareció muy importante, por el bien de la Provincia y de nuestra gente, que prevalezca la responsabilidad y la buena fe para que cada uno pueda cumplir con su responsabilidad”, señaló el gobernador. Massa, por su parte, destacó los “cambios” incorporados propuestos por su espacio y que contemplan, dijo, “modificaciones que tienen que ver con lo que votó la gente”. Horas después, el acuerdo quedó plasmado en la Legislatura.