Es el regreso al club donde levantó vuelo

RIQUELME, EN SU TIEMPO EN ARGENTINOS JUNIORS. ROMÁN PEGA LA VUELTA AL EQUIPO DE LA PATERNAL

Por más que era una posibilidad que se estaba manejando, el regreso de Juan Román Riquelme a Argentinos Juniors sacudió ayer a la Argentina futbolera, porque significa que Boca Juniors se quedará sin el jugador preferido de la gente.

Tras una larga serie de situaciones desencadenadas a partir de la actualización del contrato que se venció el pasado 30 de junio, el “10” no llegó a un acuerdo con la dirigencia Xeneize y en definitiva recalará en La Paternal.

Riquelme se pondrá la camiseta de Argentinos Juniors, club en el que se desarrolló en las divisiones inferiores, con el claro objetivo de lograr el ascenso a Primera, categoría que los Bichos Colorados perdieron en la temporada anterior.

En este marco, Román volverá a su primer amor, ese club que alimentó la ilusión de recuperarlo cada vez que el estratega amenazó con alejarse de Boca en una novela de muchísimos capítulos.

Riquelme nunca terminó de armonizar su relación con Daniel Angelici, el presidente de Boca, y de toda la Comisión Directiva, que escuchando el clamor popular, no terminó de animarse a cerrarle las puertas a un jugador que siempre hizo valer el respaldo de la gente que jugó a su favor cada vez que hubo un tema puntual.

La hinchada de Boca lo puso en posición de ventaja contra el mismísimo Diego Maradona, y se puso de su lado cuando el “enemigo” fue Julio César Falcioni.

Nacido un 24 de junio de 1978 en San Fernando, ni bien empezó a mostrar su talento futbolístico, la familia Riquelme lo mostró en varios clubes de la zona.

De este modo, Román deleitó con sus gambetas jugando para La Carpita, junto a Jorge Rodríguez, quien fue su descubridor, que lo conoció en Don Torcuato.

No lo fichó Platense, porque según trascendió su estado físico le jugó en contra, lo cual favoreció el reclutamiento de Argentinos a través de los conocidos descubridores de talentos.

Con edad de Novena, a los 13 años, Román estaba entre los que calentaban el banco de los suplentes, porque otros chicos ya estaban más desarrollados que él en el aspecto físico.

Pero entrenando la paciencia, el “10” terminó imponiendo su talento con la pelota, y empezó a levantar vuelo cuando se afirmó en una categoría, la ‘78, que hizo historia en el club de La Paternal.

La posición en la que deslumbró por aquellos tiempos fue la de volante central, sector de la cancha desde el cual jugaba y hacía jugar a compañeros que también la rompían, como Cristian Ledesma, que se movía por derecha, y con quien se volverá a encontrar ahora en el equipo que dirige Claudio Borghi.

Otros compañeros del Riquelme de aquellos primeros tiempos fueron Emanuel Ruiz, Nicolás Cambiasso y Mariano Herrón, por citar algunos.

No lo paró nadie, porque su categoría se convirtió poco menos que en imbatible al compás de sus gambetas, entregas y goles, hasta que cuando estuvo en condiciones de pegar el gran salto a Primera entró en escena Boca.

Aprobado por Carlos Bilardo, la administración Mauricio Macri fue por Riquelme y lo sumó a Boca, donde tras una adaptación le encontraron el puesto, y terminó consagrándose como ídolo total.