Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar

La Revolución que abrió el comercio y dio vuelta la economía

Por FERNANDO E. BARBA (*)

La Revolución que abrió el comercio y dio vuelta la economía

Invasiones inglesas: la presencia inglesa en nuestra región tuvo consecuencias, tanto por las invasiones como en las posteriores relaciones comerciales desarrolladas por la potencia con nuestro país

25 de Mayo de 2010 | 00:00
Entre las múltiples consecuencias de la Revolución de Mayo, deben contarse, sin dudas, las que a muy corto plazo fueren evidentes, es decir, los cambios en las condiciones comerciales y de producción, especialmente en el espacio bonaerense. En efecto, la apertura que de hecho quedó consumada a partir del 25 de mayo, provocó efectos que eran, sin duda, esperados por un amplio sector ligado al comercio y la producción, pero cuyas consecuencias, tanto por su celeridad como por su extensión, fueron imprevistas.

La presencia británica en el estuario del Plata desde la época de las invasiones fue permanente, ya que si bien fueron expulsados en 1806 y rechazados en 1807 de Buenos Aires y luego abandonaron Montevideo, sus naves mercantes permanecieron practicando en forma asidua el contrabando con comerciantes de ambas orillas, aunque con mayor asiduidad y volumen con los que estaban en esta banda del río.

Una postal del Cabildo: una de las tradicionales ilustraciones que recuerdan la histórica Semana de Mayo, marcada por el fervor político y el espíritu revolucionarioEl 6 de noviembre de 1809, Cisneros aprobó un reglamento, con consenso del Consulado, por el cual se permitía a los británicos, convertidos ahora en aliados de España, luego de la firma en septiembre de 1808, del tratado Canning-Ruiz de Apodaca, a comerciar en Buenos Aires. Estos comerciantes ingleses aprovecharon rápidamente la oportunidad y también rápidamente faltaron al reglamento; ante esto poco pudo hacer Cisneros, ya que los acontecimientos subsiguientes lo superaron y desplazaron del mando.

La llegada de muchos comerciantes británicos, varios de ellos venidos desde su patria y otros que ya estaban en Río de Janeiro, no sólo abarrotaron un mercado ávido de abastecimiento, sino que comenzaron a llevarse los derivados de la ganadería vacuna, es decir, tasajo, sebo, grasa, astas y crines, entre los productos de la tierra más solicitados. Esta situación provocó el constante aumento del valor de los cueros en el mercado interno, ya que pasó de un promedio de 12 reales la pesada de 35 libras en 1810-1811 a 20 en el período 1812-1815; 32 en 1816-1820, y en el trienio 1821-1824, a 48 reales. En este crecimiento de los valores incidieron una serie de factores internos y externos. En efecto, durante los años de las guerras napoleónicas, los grandes gastos que debían realizarse en el transporte, obligaba a vender los cueros a bajos precios a fin de permitir de tal forma que los exportadores compensaran aquellas erogaciones extraordinarias; pero a partir de 1814, con la baja producida en los fletes, con un simultáneo aumento general en la demanda y la disminución de la producción de Buenos Aires por diversos factores, entre ellos los climáticos y el reinicio de la guerra con el indio a partir de mediados de 1820, los precios aumentaron hasta llegar en doce años, a un 400%.

El aumento de los precios en la plaza de Buenos Aires se puede apreciar claramente al transformar los valores de los cueros en Londres a centavos de pesos. Se ve entonces que en 1815, mientras en Buenos Aires la libra de cuero costaba 9,28 centavos, en Londres valía 22,81 centavos, en 1816 los mismos eran de 10,35 y 18,72; en 1819, 11,42 y 18,20 y en 1820, 12,42 y 20,80 centavos respectivamente. También puede notarse entonces que el desnivel de valores entre las plazas fue decayendo, aunque para 1820 se recuperaron levemente. En tanto en 1815 la desigualdad de precios entre ambas destinos era del 145,7%, al año siguiente sólo alcanzaba al 80,8%. En 1819 y 1820 fueron de 59,3% y 70,3%. De cualquier manera, las diferencias eran lo suficientemente grandes para mantener despierto el interés en este comercio.

Simultáneamente a la suba de los valores, surgió la necesidad de aumentar la producción y por ello fue imprescindible el avance sobre tierras que, hasta el momento, estaban prácticamente despobladas; dicho avance se realizó fundamentalmente hacia el sur y suroeste de Buenos Aires. Tal fue el incentivo, que muy pronto los nuevos criadores cruzaron el río Salado, internándose en tierras que carecían de protección y expuestas al ataque indígena. El Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón, reconociendo esta circunstancia, donó, por decreto de 1816, las tierras a los ocupantes que se habían aventurado a aquellas latitudes. De esta forma, comenzó el avance ganadero hacia el interior que provocó, al poco tiempo, la aparición de ocupantes de grandes extensiones de tierras, luego legalizada dicha ocupación a través del sistema enfitéutico (arrendamiento a largo plazo). Posteriormente, con las venta de esas tierras en 1836 y 1838, realizada por el entonces gobernador Juan M. de Rosas, surgió la primera camada de grandes propietarios. La expansión ganadera bonaerense no habría de detenerse hasta los últimos años del siglo XIX cuando la agricultura comenzó su extraordinario crecimiento en la zona pampeana.

Es dable señalar asimismo el siguiente hecho: se afirma, y es cierto en gran medida, que la clase ganadera fue la que gobernó a Buenos Aires desde 1820. Sin embargo es dable acotar que, gran parte de esos hombres no eran nuevos en la política, sino que tuvieron que cambiar del ramo comercial al ganadero porque fueron desplazados del gran comercio por los ingleses, ya que en manos de estos había quedado prácticamente la exportación e importación de efectos. Así, nombres que normalmente se relacionan a la tenencia de la tierra y la producción ganadera, comenzaron a incursionar en esta materia en esos años; podemos citar entre ellos apellidos como Anchorena, Ramos Mejía, Alzaga, Díaz Vélez, Escalada, Arana, Linch y otros. En conclusión, estas transformaciones comerciales y económicas habrían de incidir, a muy corto plazo en el aumento del poderío económico y político de Buenos Aires, el deterioro de las economías interiores y el surgimiento de las rivalidades entre esta provincia y "las hermanas pobres"; aquellas fueron, en gran medida, las que provocaron las consecuentes guerras civiles en los años siguientes.

(*) Historiador

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$135/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2590

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$190/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3970

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$135.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2590.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla