Alerta en el Río de La Plata por invasión de caracoles asiáticos

A miles de kilómetros de su hábitat originario en el Mar del Este de China, un voraz predador de moluscos parece haber encontrado entre nosotros un nuevo hogar en el mundo. Se trata del Rapana Venosa, un caracol que está considerado una plaga marina y que ahora amenaza con producir fuertes cambios en el ecosistema del Río de la Plata exterior, según alertan biólogos del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero.

Su frecuencia de aparición ha aumentado mucho en todas las estaciones de muestreo y una vez que se instale va a ser muy difícil erradicarlo

A falta de predadores naturales en nuestro medio, este caracol, que apareció por primera vez en el Río de La Plata hacia fines de los noventa, se estaría multiplicando sin control. Los investigadores aseguran encontrarlo ya en todas las estaciones de muestreo del estuario exterior y dicen que es probable que haya llegado incluso hasta cerca de Mar del Plata.

Considerado la principal causa de colapso de pesquerías de mejillones y ostras en otros países, el Rapana Venosa se perfila en el nuestro como una amenaza para la población de corvina rubia (Micropogonias furnieri) uno de los principales recursos económicos del litoral bonaerense.

CARACOLES MUY VORACES

"El problema es que es muy voraz y que si bien se alimenta de cualquier tipo de bivalvos, pudimos ver en pruebas de laboratorio y trabajos de campo que come sobre todo las mismas almejas que la corvina rubia. Es por eso que no sólo podría generar un efecto negativo sobre esa especie, sino que además es probable que altere la cadena alimentaria del Río de La Plata y zonas marinas adyacentes", dice el investigador del Conicet Diego Giberto, principal responsable del estudio.

Giberto, que se desempeña dentro del Grupo de Ecología Pesquera, supone que la especie invasora habría llegado al Río de la Plata con el agua que utilizan los buques como lastre. En cualquier caso resulta difícil decir de dónde vino exactamente, dado que el Rapana Venosa se encuentra ya en distintos lugares del mundo, como el Mar Negro y la Bahía de Chesapeake, en la costa este de Estados Unidos, entre otros.

"No hemos podido determinar la densidad de la especie en el estuario del Río de La Plata. Para eso estamos diseñando unas trampas especiales que posiblemente nos permitan obtener datos fiables para fin de año. Lo que es seguro es que su frecuencia de aparición ha aumentado mucho en todas las estaciones de muestreo; y que, como cualquier especie invasora, una vez que se instala es muy difícil de erradicar", explica Giberto.

Frente a esta perspectiva, el equipo que integra el investigador junto a los biólogos Claudia Bremec, Agustín Schiariti y Laura Schejter, ha empezado a evaluar la posibilidad de desarrollar pesquerías artesanales en torno a esta especie como una estrategia para controlar su avance.

"No se trata de un idea novedosa; se la aplica desde hace años en el Mar Negro como una forma de mantener controlados a estos caracoles. Porque lo cierto es que son potencialmente comercializables, y si bien nosotros no los comemos, existe un mercado potencial en China", explica el investigador.