En dramática reconstrucción del ataque, Carolina Piparo reconoció a quien le disparó

UN MOMENTO DRAMÁTICO. MIENTRAS CAROLINA PIPARO, DE PANTALONES ROJOS, MIRA CON SUMA ATENCIÓN, SE RECREÓ LA LLEGADA DE LOS MOTOCHORROS A LA ESQUINA DE 21 Y 36

Con mucha entereza Carolina Piparo volvió ayer al escenario del crimen. Sin dudar miró a los jueces y precisó: “El que más se parece al que tiró es (Carlos) Moreno. Durante el juicio (la semana pasada) me dediqué a mirarlo con mucha detención, cada gesto. De pronto dialogó con su defensora y ahí me di cuenta de que la forma en que ponía su pómulo al hablar era igual al del que me tiró y sobre el cual tuve un visión parcial. Su mirada, del lado derecho de su cara cuando me hablaba, los pozos de su rostro”.

“Lo estuve pensando mucho, porque no es fácil hacer una acusación así, pero (Carlos) Burgos no podría poner la boca así, también lo miré mucho en las audiencias. Y para mi es Moreno”.

Momentos antes Carolina, detrás de sus gafas de sol, vestida con pantalón rojo, remera a rayas horizontales rosa y blanca, con una campera de jean y suecos-sandalias marrones, con paso lento, luego de tomarse un tiempo para recordar y reflexionar cada indicación que daba a los actores (policías de civil) que hacían de ella, de su madre y de su atacante, reconstruyó su visión del demencial ataque que sufrió, cuando estaba embarazada, casi en fecha de parto, y provocó la muerte de su bebé Isidro, aquel frío mediodía del 29 de julio de 2010, luego de retirar 13 mil pesos y 10.000 dólares del Santander Río de 7 y 42.

Carolina narró que el atacante le abrió la puerta del auto, casi en la esquina de 21 y 36, le pidió la plata.

Ella primero dijo no, pero luego le pidió que no le hiciera nada que le iba a entregar todo. Pero el delincuente la tomó de los pelos, la sacó del auto, le pegó con el arma en la cabeza, cayó al piso, dio una vuelta, como para protegerse la panza.

“No sentí dolor, sólo que no podía respirar, por eso le pedí a mi madre que llamaran una ambulancia”, relató Piparo.

“Me desvanecía -agregó- y volvía a recobrar fuerzas para mantenerme consciente. Creo que lo último que escuche fue la voz de una mujer que decía: `¿por qué no la llevamos nosotros´”.

“En ese momento pensaba que el bebé iba a estar bien”, había recordado Carolina la semana pasada al declara ante el Tribunal, justamente luego de relatar cómo la habían atacado y que no había sentido el ruido ni el dolor del disparo.

Ayer explicó bien cuál fue el trayecto del proyectil: “Me entró por acá (señalando una cicatriz que el quedó en el mentón) salió por debajo del mentón, y como tenía la cabeza inclinada hacia abajo, la bala volvió a entrar por aquí (indicando su pecho, debajo de la cicatriz que le quedó por la traqueotomía que le debieron practicar para salvarle la vida).

Carolina luego se quebró, comenzó a llorar y se abrazó con su esposo.

Acaba de dar un dato que se contradice con lo relato por su madre, María Emma Cometta (iba a su lado cuando ocurrió la tragedia) y con lo narrado pro un testigo presencial: ambos marcaron a Burgos como el posible tirador.

Luego de ese acto, el presidente del Tribunal, Claudio Bernard, a instancias del abogado de Piparo, Fernando Burlando, le preguntó a la víctima si podía declarar de nuevo en la sala de audiencias. Carolina contestó de inmediato que si.

Las fuentes consultadas indicaron que Piparo se sentará otra vez mañana frente al Tribunal y ante de los siete imputados para hacer un nuevo reconocimiento.

Carolina le dijo al juez: “El primer día que declaré estaba muy asustada por al presencia de tantos medios, es algo que no me gusta no estoy preparada para ello. Ese día no pude reconocer a nadie creo que por esos motivos. Luego de mi declaración, ya en la sala, pude reflexionar y observar con mucho detenimiento a cada uno de los imputados. Y me di cuenta de que el más parecido al que me tiró ese día es Moreno”.

El doctor Burlando, luego de la reconstrucción, precisó que “lo más importante es que a quien se señala (en principio) como autor del disparo es a Burgos, pero hoy (por ayer) ingresa a escena Moreno, por el señalamiento de otro acusado y los dichos de Carolina”.

En la reconstrucción, realizada en calle 36 y 21, estuvieron Piparo, los testigos presenciales del robo, abogados de ambas partes, los jueces del Tribunal Oral Criminal 2 y el imputado Burgos.

A metros de la escena, Piparo observó junto a su marido y su hermano la reproducción de lo vivido en las puertas de su casa, pero fue retirada del lugar al romper en llanto cuando se mostró el momento en que el agresor la retiró del auto y le disparó.

En la otra punta, y fuertemente custodiado por agentes penitenciarios, estuvo Burgos, quien pidió presenciar la reconstrucción luego de que la semana pasada dos testigos presenciales lo sindicaran como el autor del ataque.

El fiscal Romero afirmó que la reconstrucción realizada ayer “es esencialmente para el tribunal”, pues “la Fiscalía ya tiene su convencimiento de cómo fueron los hechos, pero esta situación es muy útil para la decisión de los jueces”.

El juicio por la salidera comenzó el lunes pasado con el relato de Piparo, quien dijo que su atacante llegó “con ganas de matarla”.

Dos días después, Burgos se proclamó “inocente” y acusó a Moreno: “Luciano (López) me contó que él manejaba la moto y Moreno fue el que le hizo daño (a Carolina)”, dijo.

Los acusados son Burgos, Miguel Silva (señalado como quien la marcó en la sucursal bancaria, López y Moreno. Además están imputados Juan Manuel Calvimonte, Carlos Jordán Juárez y Augusto Claramonte.

La causa llegó a juicio con el encuadre legal de “asociación ilícita, robo doblemente calificado en concurso real con homicidio triplemente calificado por haber sido perpetrado con alevosía, con concurso premeditado de dos o más personas y criminis causa en grado de tentativa”.

El fiscal Romero, luego de la medida de prueba, que duró casi 6 horas, admitió que hubo “apreciaciones diferentes” entre Piparo y su madre, pero lo atribuyó al “alto trauma y el estrés que el hecho causó a los testigos directos”.

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