Intendentes en guardia por “efecto inundación”

Por MARIANO SPEZZAPRIA

Los intendentes del Gran Buenos Aires siguieron con especial atención la catástrofe de La Plata. Todos ellos gobiernan distritos de alta densidad poblacional, que crecieron velozmente en los últimos años, en la mayoría de los casos sin el desarrollo de la infraestructura básica adecuada. Aunque el cambio climático es un fenómeno global, saben que enfrentarlo requiere de medidas locales y regionales. Esa parece ser la gran lección que dejó a las autoridades la tragedia de la capital bonaerense.

Así lo constató EL DÍA en una ronda de consultas con jefes comunales de los principales partidos del Conurbano, que también padecen las consecuencias del desbalance hídrico. De hecho, esta semana estuvieron al tanto -minuto a minuto- de los partes meteorológicos, casi de modo “paranoico”, según reveló un funcionario municipal en las últimas horas. En medio de esta situación, los intendentes repasaron con sus colaboradores los planes de contingencia para enfrentar posibles inundaciones.

PROBLEMA ESTRUCTURAL

“El gran problema del Conurbano es que la urbanización se hizo sin planificación en las últimas décadas. Barrios enteros fueron construidos donde había bañados o lagunas. Hay que poner un freno, para no seguir agrandando el problema”, dijo el intendente de Almirante Brown, Darío Giustozzi. Y advirtió: “Los gobiernos nacional y provincial hicieron obras, pero ahora hay que poner el tema en el centro de la escena, con proyectos que trasciendan los tiempos electorales y las necesidades políticas”.

En este escenario, la intención del Gobierno bonaerense de “revisar” los códigos urbanos de los municipios luego de la inundación de La Plata fue recibida con cautela por los intendentes, que en su mayoría ya modificaron esa legislación, con el visto bueno de la propia administración sciolista. “Nos preocuparía muchísimo una intervención provincial porque avanzaría sobre las autonomías locales”, avisó Gustavo Posse, el jefe comunal de San Isidro, distrito del norte del Gran Buenos Aires.

En todo caso, habría que “coordinar los códigos con los planes hidráulicos y de infraestructura”, afirmaron en San Martín, el distrito ubicado al noroeste de la Capital. El municipio gobernado por Gabriel Katopodis fue uno de los distritos que más se inundó durante el último temporal, al igual que La Matanza. En ambos partidos existe una problemática similar: el asentamiento de villas sobre terrenos inundables, a la vera de cursos de agua que suelen desbordarse. Un paisaje similar, aunque mucho más poblado, al que se vio en la ribera del arroyo El Gato platense.

Las realidades de cada municipio influyen a la hora de tomar decisiones: en La Matanza, el intendente Fernando Espinoza acaba de firmar un convenio con la Universidad de Buenos Aires para modificar el Código de Planeamiento Urbano del distrito, aunque con la mira más puesta en el desarrollo productivo que en el cuidado ambiental. “La manera de terminar con la pobreza estructural es cambiando la matriz económica y para ello se necesita de una planificación urbana territorial”, dijo el jefe comunal.

Una situación similar afrontan distritos como Lomas de Zamora y Lanús, que comparten con La Matanza la cuenca del Riachuelo. En esos partidos del sur del Conurbano se frenaron las obras públicas el año pasado, especialmente las dedicadas a la infraestructura básica. A comienzos de 2013 el Gobierno nacional volvió a enviar financiamiento, pero para ejecuciones visibles como la pavimentación y el bacheo. Tampoco la Provincia aportó a los municipios, a raíz de sus problemas financieros.

CONCIENCIA CIUDADANA

En todos los municipios consultados por EL DIA coincidieron en señalar, además de la demora de las obras -por ejemplo el cuenco Viejo Bueno, para Quilmes y Almirante Brown-, la importancia de iniciar un plan de concientización ciudadana. “Lo que está sucediendo es culpa de muchas generaciones. La gente no hace nada para proteger el medio ambiente”, comentó por lo bajo un intendente, que también advirtió que las obras hidráulicas no son “debidamente valoradas” por los vecinos.

Sin embargo, se torna cada vez más evidente la necesidad de avanzar en el diseño de sistemas de alerta temprana y en la creación de reservorios de agua, entre otros aspectos que, más allá de la catástrofe de La Plata, ya habían sido recogidos como experiencia de las inundaciones de 2003 y 2007 en Santa Fe. La misma ciudad litoraleña que este jueves volvió a llenarse de agua, aunque esta vez la reacción estatal fue inmediata. Igualmente, le hacen falta obras clave por unos 50 millones de dólares.

PREVISIONES

“El concepto de la emergencia debe incorporarse a las previsiones de Estado”, dijo Giustozzi desde Almirante Brown. Posse, su colega de San Isidro, se mostró a su turno reacio a la revisión de los códigos urbanos: “La Provincia atrasa desde la reforma de Duhalde. Estamos frente a un problema nacional, como el del transporte y la infraestructura”. En la misma línea argumentó: “Es una temática común al Area metropolitana, a La Plata y al Gran La Plata, donde reside el 45 por ciento de la población”.

La ministra de Gobierno bonaerense, Cristina Alvarez Rodríguez, anticipó que el debate incluirá a la Federación de Municipios, puesto que los gobiernos distritales son los encargados de elaborar los códigos de planificación urbana, que deben ser aprobados por los concejos deliberantes y luego por la Provincia. Pero más allá de los pasos formales, la problemática tiene una marcada lectura política en el Conurbano, donde consideran a las inundaciones como un “talón de Aquiles” para los intendentes.

Los jefes comunales se mostraron solidarios con su colega platense Pablo Bruera, enviando donaciones y camiones de basura y maquinarias. Pero tienen claro que el cambio climático en cualquier momento les puede hacer pagar las consecuencias a sus propios distritos. Y saben que eso puede afectarlos, sobre todo en un año electoral. Porque los intendentes son la “primera ventanilla” a la que van a reclamar los vecinos, mucho antes que a instancias “lejanas” como la Provincia y la Nación.