Aliados contra la enfermedad, los libros ganan terreno dentro de los hospitales

EL LANZAMIENTO DE LA INQUIETA, LA BIBLIOTECA ITINERANTE DEL HOSPITAL ITALIANO, REUNIÓ EL JUEVES PASADO EN EL HALL DEL EDIFICIO A CASI UN CENTENAR DE PERSONAS EN TORNO A UN RELATO CONTADO POR NARRADOR ORAL

Una historia de piratas contada a voz en cuello por un narrador oral reunía el jueves pasado en el Italiano a un centenar de personas en el hall. En medio de ese espacio transitado normalmente por enfermeras, familiares y pacientes, la situación capturaba al vuelo el interés de quienes entraban como un poderoso imán. Esa era a fin de cuentas la idea de lo que ocurría allí: hacer olvidar por un momento que se estaba en un hospital.

La inauguración de “La Inquieta”, la biblioteca itinerante del Hospital Italiano, forma parte de una tendencia mundial que ha venido abriéndose camino también en nuestra ciudad: cada vez más hospitales y centros de salud incorporan propuestas ajenas a la medicina pero que contribuyen a mejorar los procesos terapéuticos y atenuar el trauma de una internación. Y en este fenómeno los libros ocupan un lugar central.

Cada vez más centros de salud incorporan propuestas ajenas a la medicina pero que contribuyen a mejorar el proceso terapéutico y atenuar el trauma de una larga internación

Sucede que “la literatura tiene un valor terapéutico porque ayuda a enfrentar mejor esa experiencia de crisis que es la enfermedad. El hecho de que los relatos posean normalmente un comienzo y un final sirve de algún modo para re elaborar el proceso de internación”, explica la hermana Gabriela Oviedo, la supervisora de Enfermería del Hospital.

A falta de propuestas recreativas para ofrecerle a los pacientes, la hermana Gabriela, junto Julieta Isla y Virginia Martínez, integrantes también del Italiano, se propusieron hace unos meses armar una biblioteca que no sólo distribuyera libros por las salas y habitaciones sino que además llevara historias a aquellos que no están en condiciones de leer. Tras movilizar un gran número de voluntades, el jueves pasado cumplieron ese sueño con la ayuda de Paula Kriscautzky, una de las precursoras de este tipo de experiencia en la Ciudad.

UNA PREGUNTA INSPIRADORA

Mamá de Pilar, una nena de cinco años que enfermó de cáncer, Paula acompañó la pelea de su hija leyéndole historias. Y entre ellas había una que disfrutaba en particular: se trata “Del otro lado del árbol”, un cuento que transcurre en un bosque encantado y que Pilar solía asociar con el jardín botánico del Parque Saavedra, vecino al Hospital de Niños donde luchaba contra su enfermedad.

Tras morir su hija en enero de 2011 , Paula recordó algo que ella le decía cuando la llevaba al hospital: “¿Por qué además de remedios acá no hay cuentos y crayones?”, preguntaba la nena. Inspirada en esa pregunta, su familia convirtió una casilla abandonada del Parque Saavedra en una biblioteca infantil que recrea el escenario encantado donde la niña del cuento se refugiaba al igual que Pilar.

Con más de dos años de trayectoria y cerca de cuarenta personas que sostienen el proyecto a pulmón, la biblioteca infantil “Del otro lado del árbol”, se ha convertido en un emblema del desembarco de la literatura en los ámbitos de salud de la Ciudad. Sus organizadores recorren todas las semanas las salas y habitaciones del Hospital de Niños, la ex Casa Cuna y la Casa Ludovica para acercarle a los chicos internados historias y fantasías que los ayuden a sobrellevar su situación.

“Como mamá me tocó vivirlo del lado de los pacientes y sé el valor enorme que tiene -explica Paula Kriscautzky-: la literatura nos transporta a otros mundos, mundos de fantasía, lugares donde el alma necesita trasladarse cuando sufrimos, cuando estamos vulnerables, cuando nos sentimos tristes. En este camino queda mucho por hacer en los ámbitos de salud”.

MUCHO POR HACER

“En los últimos años se ha venido generando un cambio en los ámbitos de salud -explica Paula-. Es un cambio lento, pero firme hacia un mayor respeto por los sentimientos de los pacientes y el trauma emocional que significa la internación. Tal vez pasen muchos años hasta que termine de instalarse, porque requiere que se lo acompañe filosóficamente desde la propia formación de los médicos, pero estamos convencidos de que éste el camino y de que hay mucho por hacer”.

Lo mismo señalan desde el Hospital Italiano. “Estamos convencidos de que la literatura tiene un efecto muy positivo sobre los pacientes internados. Hemos visto que muchos esperan todo el día el momento en que las voluntarias se sientan a leerles. Y también para ellas es una experiencia de crecimiento y humanidad”.

“Puede que tal vez no le cambiemos la vida a nadie en forma sustancial -dice por su parte Paula-, pero los cuentos ayudan a enfrentar la angustia y el dolor. Y cuando estás enfermo, te ofrecen también la certeza de que hay alguien más pendiente de vos”.