La única verdad...

LA PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER ANUNCIANDO EL AUMENTO DEL PISO DEL MÍNIMO NO IMPONIBLE

Por MARIANO SPEZZAPRIA

Twitter: @mnspezzapria

Primero el caballo, después el carro. Así deben haber razonado en el Gobierno la semana que pasó, tal vez la más fructífera en los últimos tiempos, para salir hacia adelante de la parálisis en la que había quedado sumido el kirchnerismo tras las elecciones primarias. Le alcanzó con modificar esa lógica rebuscada según la cual la mayoría de los argentinos votó a otras opciones políticas porque la Casa Rosada y los gobernadores afines no comunicaron bien sus acciones de gestión.

Por suerte tampoco se impuso en el poder -por más que se siga declamando desde la retórica- la idea de que los votantes fueron inducidos a engaño por los medios de comunicación. De hecho, la agenda del oficialismo empezó a poblarse de temas que se encuentran hace rato entre las demandas de los ciudadanos. Por caso, la necesidad de aliviar del ahogo fiscal a la clase media trabajadora con la rebaja del impuesto a las Ganancias. O la intención de mejorar el combate a la inseguridad.

Otros asuntos menos populares, pero muy importantes para la economía nacional, también generaron reacciones positivas del Gobierno, como la reapertura del canje de la deuda externa -que seguramente acompañará el Congreso- frente a un fallo adverso de la Justicia estadounidense y el público reconocimiento -por parte de Cristina Kirchner y Miguel Galuccio, el CEO de YPF- de que el déficit energético es un problema grave que puede atascar al país si no se lo enfrenta.

EL PLEITO CON LAN

Hasta el cortocircuito con la aerolínea LAN comenzó a ser atemperado de forma inteligente por la Casa Rosada, luego de que la Presidenta entendiera que la imagen de atropello transmitida por el titular de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, estaba provocando un fuerte descrédito para su administración. Algún funcionario deslizó que el joven camporista desató la última gran rabieta de la jefa de Estado, aunque no llegó al punto de que peligrara su continuidad en el cargo.

En la cuenta de los sinsabores también debe cargarse para el Gobierno la audiencia convocada por la Corte Suprema para escuchar a las partes -el Estado y el grupo privado Clarín- sobre el litigio por la Ley de Medios. Es que el capital político que gastó el kirchnerismo por su cruzada con esa norma es difícil de cuantificar a esta altura de las circunstancias. Y ahora aguarda en vilo el fallo de un tribunal al que le tiene desconfianza.

Las preguntas del presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, dieron paso a una curiosidad: tanto los abogados del Gobierno como los de Clarín dijeron estar defendiendo la “pluralidad”. Pero la verdad es que poco hicieron para disipar el clima de confrontación que respira el país desde hace varios años, alentado por los estrategas del kirchnerismo y condenado por la mayoría de los votantes que en las PASO exigieron soluciones a problemas más tangibles.

GANANCIAS Y SEGURIDAD

Tal vez el dirigente que mejor interpretó ese estado de ánimo en la sociedad fue Sergio Massa. Por eso armó un discurso basado en temas concretos -a los grandes títulos de inseguridad e inflación les imprimió bajadas simples con los proyectos de la Policía municipal y Ganancias- y se presentó como el garante de una salida hacia adelante, que no estaba dispuesto a derrumbar los logros de los últimos años pero que, al mismo tiempo, permitiría tranquilizar los nervios públicos dominantes.

Esa misma lógica aplicó por mucho tiempo Daniel Scioli, mostrándose como un dirigente conciliador incluso en medio de las peores crisis, como la del campo en 2008 y la de los aguinaldos bonaerenses en 2012. Por eso el ex presidente Eduardo Duhalde, que los conoce mucho, acaba de asegurar que el Gobernador y el intendente de Tigre son “bastante parecidos” y “firmes” candidatos a la sucesión de Cristina Kirchner en 2015, cuando concluya su segundo mandato.

Duhalde también alentó la realización de elecciones internas para elegir al próximo candidato a presidente por el PJ, un mecanismo que ya fue reclamado por Scioli y que también es alentado por sectores del kirchnerismo, que se alinearían con más naturalidad detrás de gobernadores como Sergio Urribarri (Entre Ríos) o Jorge Capitanich (Chaco). Se trata de una discusión a largo plazo, pero no es menor para los peronistas orgánicos ni para los referentes del interior del país.

Sin embargo en la provincia de Buenos Aires -donde reside el núcleo duro del justicialismo- la situación es distinta. Néstor Kirchner mantuvo durante años congelados tanto el PJ nacional como el bonaerense y articuló su poder en torno al FPV. El massismo inició ese mismo camino con la construcción del Frente Renovador. Y será difícil que se desvíe de la senda mientras siga ganando elecciones. Aunque su lógica de armado territorial con intendentes sea tan visiblemente peronista.

De hecho, su falta de interés por participar de una ronda de “diálogo político” en caso de que la Presidenta lo convocara, habla a las claras de una dinámica en la que “conduce el que gana”, si se le permite a este columnista editar el viejo apotegma peronista. En cambio, el radicalismo estaría dispuesto a asistir a un llamado de esa naturaleza, según dijo su presidente Mario Barletta. Al centenario partido se le abre una gran oportunidad tras la experiencia de UNEN en Capital.

Hermes Binner, el dirigente socialista cuyo liderazgo viene de ser ratificado en las urnas en Santa Fe, dijo que no vería con malos ojos la realización de una interna para dirimir una candidatura presidencial -por caso- con el mendocino Julio Cobos y Elisa Carrió. Más complicado quedó, en este escenario, el jefe porteño Mauricio Macri, quien aún debe sortear la difícil elección del 27 de octubre en su distrito y no consigue que Massa reconozca el acuerdo en territorio bonaerense.

Massa, a su vez, bajó el nivel de intensidad de la campaña y se concentró en hacer notar que algunas de sus propuestas fueron tenidas en cuenta por el Gobierno. Por lo pronto, el Ministerio de Seguridad ordenó el traslado de otros 4.000 gendarmes al Conurbano bonaerense. Y Defensa enviará integrantes de las FF AA para no dejar desguarnecidas las fronteras de Salta y Formosa. Una buena parte de esos gendarmes irán a La Matanza, mientras que la Prefectura reforzará su dotación en Mar del Plata, una ciudad asolada por la inseguridad.

En medio de cambios y reconocimientos, la Presidenta pasará esta semana varios días fuera del país, ya que asistirá a la cumbre de jefes de Estado del G-20 que se reunirá en la ciudad rusa de San Petersburgo. El encuentro tendrá lugar en momentos en que Estados Unidos y Francia se aprestan a atacar a Siria, en una acción que puede conmover a la comunidad internacional, justo cuando la Argentina -que se opone a la salida bélica- preside el Consejo de Seguridad de la ONU.

Mientras tanto, el equipo económico diseña otras medidas para recuperar el poder adquisitivo -fuertemente golpeado por la inflación-, como podría ser una rebaja del IVA para los alimentos de la canasta básica. En suma, el Gobierno empezó a alinear su agenda con las demandas de la sociedad. ¿Por qué no lo hizo antes? Cada lector puede tener una respuesta. Pero al final se impuso aquella frase aristotélica reflotada por Juan Domingo Perón: “La única verdad es la realidad”.