Platenses en un viaje a la radiación cósmica

LAS EXPLOSIONES DEL SOL PUEDEN GENERAR DISTINTOS PELIGROS. CIENTÍFICOS PLATENSES MEDIRÁN LOS NIVELES DE RADIACIÓN CÓSMICA DESDE USHUAIA, QUE ES UNA DE LAS ZONAS MÁS DESPROTEGIDAS

Un equipo de científicos de la Universidad Nacional de La Plata, junto a representantes de la Universidad de Turín, el Servicio Meteorológico Nacional y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, participará en Ushuaia, la ciudad más austral del mundo, del análisis de los niveles de radiación cósmica-solar que recibe la Tierra, un trabajo que por su implicancia a nivel satelital, aeronáutico y terrestre, despierta gran expectativa a nivel internacional.

“Se trata del estudio de las radiaciones cósmicas, galácticas y solares que permanentemente impactan a la Tierra -explicó el doctor Vicente Ciancio, director del proyecto y titular del curso de postgrado en Medicina Aeronáutica y Espacial de la facultad de Ciencias Médicas de la UNLP- lo que tiene una gran importancia por cuanto incide directamente sobre la vida del planeta”.

“Las radiaciones que tratararemos de medir -señaló el doctor Ciancio- son aquellas de hasta cientos de mega electrón volts, como resultan las que provienen del Sol, que con su permanente irradiación sustenta la vida en la Tierra, y que presenta períodos de mínima y máxima actividad, en ciclos de unos 11 años”.

LAS ENORMES EXPLOSIONES DEL SOL

“Su máxima expresión -añadió- se la puede reconocer visualmente por la presencia de manchas solares que son los lugares de alta concentración de los intensos campos heliomagnéticos donde se generan las grandes explosiones solares, con expulsión violenta de enormes nubes de plasma, conteniendo un fuerte campo magnético y transportando partículas subatómicas altamente energéticas y totalmente ionizadas”.

“Estas enormes y complejas explosiones -explicó el científico platense- tienen una intensidad que superan en varias ordenes de magnitud a la radiación que habitualmente emite el Sol como viento solar, y cuando están dirigidas hacia la Tierra, arriban en unas 18 a 24 horas”.

“No obstante -añadió- nuestro planeta cuenta con dos escudos naturales protectores, la Geomagnetósfera, representada por los anillos de Van Allen que reflectan las radiaciones con mayor poder en las regiones ecuatoriales, pero que es mínima en las regiones polares, y la atmósfera terrestre, que representa a nivel del suelo el equivalente a un escudo de plomo de un metro de espesor. Pero a medida que se asciende en altitud, como la observada en la actividad de la aviación civil y comercial, su protección disminuye ostensiblemente y, más aún, se torna inexistente en la actividad espacial”.

Estos escudos protectores resultan ser muy eficientes en la protección del planeta, pero dejan zonas vulnerables como son las polares y sub-polares, que tienen menor capacidad de deflección, filtración y atenuación de dichas radiaciones. Es por eso que este grupo de científicos tomará en Ushuaia una segunda tanda de mediciones, ya que las anteriores fueron realizadas en la Antártida.

“Es por esto que se ha decidido la implementación de estos estudios en la región austral de nuestro país, iniciando así una nueva etapa exploratoria, donde se medirán este tipo particular de radiaciones, sobre todo la radiación neutrónica, que resulta de especial interés médico biológico”, concluyó el doctor Ciancio.