Sin pistas firmes por el crimen del fotógrafo

EN SU CUENTA DE FACEBOOK ALFREDO GALEANO APARECE EN VARIAS FOTOS JUNTO A FAMOSOS, YA QUE TRABAJABA EN DISTINTOS BOLICHES, ENTRE ELLOS COCODRILO. EN ESTA IMAGEN, CON MATÍAS ALÉ

“Se está trabajando”, coinciden en afirmar quienes se encargan de investigar el crimen del fotógrafo Alfredo Misael Galeano (39), ocurrido a última hora del martes a metros de su casa de 37 entre 3 y 4. Y admiten, enseguida, que “es un misterio”.

Los restos de Galeano fueron inhumados ayer a la mañana en el cementerio local, después de haber sido velados en una sala de City Bell.

Mientras tanto, los detectives del Gabinete de Homicidios de la DDI La Plata siguen escuchando testimonios de familiares, amigos y allegados al fotógrafo. Es que la hipótesis del intento de robo está casi descartada, igual que la de un incidente del momento o la posibilidad de que se hayan equivocado de víctima.

En definitiva, los investigadores suponen que una o más personas esperaron a Galeano en inmediaciones de 4 y 37 y que al verlo llegar en su coche Chevrolet Astra de color azul lo abordaron por la espalda. Que le acertaron dos de los por lo menos 4 disparos que hicieron, y escaparon en un auto, sin llevarse nada.

Los vecinos no escucharon discusiones ni gritos antes de la ráfaga discontinua de tiros, lo que permite suponer que el tirador no tuvo otra intención más que hacer lo que hizo, por una cuestión personal o por encargo de alguien más.

Por eso los pesquisas le apuntan a la vida privada de Galeano, lo que incluye su trabajo, relaciones, hábitos y costumbres. Todo quedará expuesto.

TRABAJO

La víctima trabajaba como fotógrafo en cumpleaños y fiestas particulares, pero también en distintos locales como la parrilla Mi Cuñado, el boliche La Queimada y Cocodrilo, en Capital Federal.

“El ambiente de la noche puede ser sórdido, pero por ahora no tenemos ninguna evidencia de que el caso esté vinculado con eso. Es una línea más de la investigación”, confirmó el fiscal a cargo de la causa, Marcelo Romero.

El martes a la tarde Galeano fue al cine con su esposa, Eleonora Ferrario (36) y sus dos hijas de 4 y 9 años. Cenaron en un local de comidas rápidas y a las 21.30, después de dejarlas en su casa, Alfredo fue a entregar las fotos de un cumpleaños de 15 a la vivienda de una empleada de la parrilla Mi Cuñado.

A las 22.50 le envió a su esposa un mensaje de texto anunciándole “estoy saliendo”. Alrededor de las 23 llegó a la cuadra de su casa, colocó el traba volante, cerró el auto y le dispararon. Quedó tendido boca abajo en mitad de la calle, con sus pertenencias intactas.

RELACIONES

Alfredo y su esposa se conocieron hace 19 años y convivieron los últimos 13. “Es el hombre de mi vida”, declaró Eleonora ante la policía, que planea llamarla para ampliar su testimonio en los próximos días.

Es que “todavía está en shock”, explicaron a este diario.

Todos los que conocían al matrimonio lo describen como una “linda pareja” que “parecía llevarse muy bien”.

Sin embargo, en estricto off los mismos testigos contaron que Alfredo se habría relacionado con otras mujeres, algunas de ellas casadas. Este dato (cuya veracidad se investiga), puede resultar clave a la hora de ponerle nombre y apellido a posibles sospechosos.

Concretamente, “un novio o marido celoso”, deslizó un investigador, dando a entender que la víctima ya habría tenido problemas por esta cuestión. Analizan un incidente ocurrido hace alrededor de un año en un boliche para el que trabajaba y las amenazas que le habría lanzado el novio de una joven a la que también conoció por su profesión.

HABITOS Y COSTUMBRES

Alfredo tenía varias cuentas de Facebook, principalmente para promocionar su trabajo. En una de ellas se lo puede ver junto a artistas y personajes de la farándula, cuenta que muchos de sus contactos utilizaron en las últimas horas para exponer su tristeza y reclamo de justicia por el crimen.

Galeano trabajaba, básicamente, de noche, por lo que pasaba mucho tiempo con su familia y sus amigos. Por la mañana llevaba a las hijas a la escuela y formaba parte de su rutina el juntarse todos los miércoles con otros siete amigos para jugar al padel y compartir una cena.

Le gustaba el fútbol y era de Gimnasia. Circuló el rumor de que estaba en la mira de la justicia un barra brava de ese club, versión que fue desmentida por distintas fuentes del caso. Una de ellas aclaró que “eran muy amigos y no tenían conflictos”.

Para ir descartando posibilidades, los pesquisas bucean también en las finanzas de la víctima, para detectar posibles deudas o negocios no declarados.

“No hay nada de eso - dijo un jefe policial- no tenía problemas de dinero, más allá de que vivían al día con lo que (Galeano) cobraba por sus trabajos de fotografía”.

PERITAJES

Mientras se avanza sobre los testimonios y la reconstrucción de los últimos días de la víctima, el fiscal ordenó realizar una serie de peritajes.

En la escena se secuestró el coche de Galeano (en cuyo baúl tenía trípodes y una impresora láser) y su teléfono Nextel, para investigar los últimos contactos. También harán entrecruzamientos de llamados, análisis de mensajes, chats y actividad en las redes sociales.

Expertos en balística estudian el proyectil recuperado del cuerpo de la víctima, que es del calibre 9 milímetros. Galeano recibió dos tiros (uno, el mortal, por encima de la oreja, y otro en el hueso sacro), pero no quedaron vainas servidas ni tampoco otros plomos (aunque los testigos aseguran haber escuchado unas cinco detonaciones).

Por todo esto se presume que el o los criminales usaron un revólver (probablemente calibre 38, que puede cargarse con balas 9 milímetros adaptadas) y que atacaron a su víctima por la espalda, como en una típica ejecución. ¿Pudo actuar un sicario? Con tantas dudas y a esta altura, nadie descarta nada.

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