La clase media abre el paraguas ante los tarifazos que se vienen en la luz y el gas

Tanto limitó Magalí Hierrezuelo el uso del aire acondicionado este verano, que puede precisar la cantidad exacta de veces que lo encendió. “Fueron cuatro”, dice, “y en lo peor de la ola de calor. Lo mismo vamos a hacer en el invierno. Con mi hijo Aarón ya decidimos que vamos a ahorrar energía. En todo caso, usaremos más la bolsa de agua caliente”.

La cautela de Magalí tiene que ver con los anunciados aumentos en las tarifas eléctricas, que en la Región promediarían el 170%, según se anunció oficialmente. Pero también conque ese incremento se va a sumar al de otros de sus gastos fijos: el de las naftas, que ya aumentaron un 12% en el último trimestre y el de los colegios privados como el de su hijo, que (aunque cuenta con media beca) rondaría el 29%.

Como muchos platenses Magalí, que es empleada y sostiene el hogar con su salario, está a la expectativa de lo que pase en el duelo entre los aumentos acordados en paritarias y la inflación, Pero mientras tanto se previene: opta por reducir el consumo de luz y gas y toma otras medidas. Entre ellas cambió el abono de su celular por otro más barato y dio de baja el servicios de televisión por cable.

La historia de Magalí ilustra una situación que se extiende: ante los aumentos de tarifas y otros gastos fijos, los consumidores abren el paraguas y comienzan a tomar medidas para ahorrar.

Se trata de un escenario complejo en el que se suman, a aumentos que se han registrado en años anteriores - como los de seguros, prepagas y colegios - el incremento de las tarifas, que está entre los que más preocupa: según las estimaciones de algunas entidades de defensa del consumidor, como Defensa de Usuarios y Consumidores (DEUCO) el gasto sólo por el servicios de electricidad pasará a representar del 0,51 hasta el 3,25% del salario promedio.“Lo primero que se nota en las familias asalariadas, que son las que en principio más van a sentir los aumentos, es la incertidumbre. Una incertidumbre que se va a mantener hasta que se sepa qué es lo que va a pasar en la carrera entre paritarias y precios. Pero que también va a estar atada a lo que pase con la inflación una vez que se cierren esos acuerdos”, dice el economista e investigador de la Universidad Nacional de La Plata Martín Tetaz.

Pedro Bussetti, presidente de esa entidad, no cree que sea algo que se resuelva ahorrando luz: “va a haber gente obligada a resignar consumos”, sostiene.

Ante la incertidumbre

“Cuando se dan situaciones de este tipo, en las que lo que se impone es la incertidumbre, lo primero que hacen la familias para prevenir es postergar la compra de bienes durables”, dice el economista Martín Tetaz.

Esta medida no tendría una mayor impacto en familias “stockeadas” de ese tipo de bienes en los últimos años de alto consumo.

Para los economistas, otra conducta típica de contextos en los que los precios erosionan el poder adquisitivo de los salarios es un cambio de conducta en el pago de impuestos.

“Una de las cosas que la gente hace en este contexto y sobre todo a esta altura del año es postergar el pago de impuestos. El caso típico es el del contribuyente que pagaba el costo anual de determinado impuesto y en una coyuntura así opta por pagar la cuota. O incluso no pagar y adherirse más tarde a una moratoria”, dice Tetaz.

Como contrapartida, cuando se disparan los aumentos, las empresas de consumo masivo suelen apelar a promociones y descuentos para retener a los clientes.

Desde la Cámara de Comercio indican que una situación que en La Plata no se observa, aunque sí se ha registrado en otros puntos del país, es la búsqueda de electrodomésticos de mayor rendimiento energético con miras, por ejemplo, a ahorrar gas en el próximo invierno.

Si en la situación de los asalariados registrados prevalece la incertidumbre ante los aumentos, el escenario es más complejo para el 35% de los trabajadores que están “en negro”.

“Si sumamos los aumentos de las tarifas, de gas, luz, telefonía fija, seguros, prepagas, educación privada y combustibles, podemos estar seguros que el impacto en cualquier salario va a ser muy fuerte y la pérdida de poder adquisitivo de los asalariados importante. Nosotros hemos visto crecer el número de reclamos de personas preocupadas porque no saben si van a poder hacer frente al pago de las facturas que llegan con aumentos. Otros ya piensan en resignar algún servicio. Pero si la situación del trabajador registrado puede deteriorarse si la inflación le gana a los acuerdos alcanzados en paritarias, es mucho más grave la del trabajador en negro, que representa el 35% de los puestos laborales en el país y que no va a tener paritaria alguna frente a los aumentos”, dice Pedro Bussetti, líder de Deuco.

Otra de las situaciones que Bussetti considera complicadas es la de aquellos que, en los últimos años de estímulo al consumo, tomaron deudas importantes, sobre todo con tarjetas de crédito.

“Esas personas van a tener que afrontar los aumentos con una fuerte obligación pendiente y que también se incrementa, ya que la tasa de interés anual que cobran las tarjetas de crédito aumentaron del 50 al 70%“, indica Bussetti.