Se subió a un micro y lo manejaba el chofer que atropelló y mató a su hijo

El 30 de julio de 2012 los chicos volvían a clases después de las vacaciones de invierno, tal vez con el pensamiento puesto en lo rápido que habían pasado las semanas del receso o en el entusiasmo del reencuentro con sus compañeros; pero para Ayrton Sires, alumno del colegio Santa Marta, cualquier ilusión se cortó para siempre cuando un micro de la Línea Plaza lo atropelló en diagonal 80 y 40, lo arrastró varios metros y le causó la muerte. Ayer Carmen Lusardi, su madre, se reencontró en un viaje de la misma línea con el chofer que embistió a su hijo, pese a que la justicia en abril último lo inhabilitó para manejar por ocho años. “Contale a esta gente por qué paramos, porque mataste a mi hijo hace cinco años y seguís manejando hijo de p..., decilo, contale a esta gente por qué paramos”, insistió a los gritos, mientras grabó la escena con su celular.

En abril último, tras un largo derrotero judicial, el conductor fue condenado a dos años y ocho meses de prisión y ocho años de inhabilitación para manejar - ver aparte -, pero recurrió el fallo en sucesivas instancias, lo que le permitió seguir al volante hasta ahora.

Ayrton, hijo único, tenía 14 años, vivía con su madre en el barrio El Dique y era alumno del tercer año del establecimiento de diagonal 80 y 40. El día de la tragedia, a las 7:40, entró al Policlínico gravemente herido y 09:58 ya habían comunicado su deceso.

Lo reconocí en el momento, fue muy fuerte. El chofer es quien atropelló a mi hijo, el juicio fue en abril y la sentencia fue clara, no puede manejar” Carmen Lusardi

El caso, que por aquel entonces conmocionó a la Ciudad, se extendió en la Justicia hasta este año, cuando el chofer Juan Carlos Ibáñez, fue condenado. “Lo conocí en el juicio; nunca me miró a los ojos ni se mostró arrepentido, más bien se lo veía fastidiado”, señaló Carmen, quien ayer multiplicó su mensaje por cuanto medio pudo para que se modifiquen las leyes que permiten que alguien que protagonizó una tragedia de esas características siga en el transporte público.

Es que con el dolor aun en carne viva, la madre de Ayrton tuvo que pasar ayer por otro momento impensado cuando abordó una unidad de la línea Plaza para viajar a capital federal, algo que hace cada miércoles, y se encontró con Ibáñez sentado al volante del micro.

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Al identificar al chofer el micro recorría el tramo de Hudson de la Autopista. En ese momento, la mujer se levantó de su asiento y, sobrecogida, tomó su celular y empezó a filmar al chofer. Algunos pasajeros se molestaron porque la marcha se detuvo en un instante; otros comprendieron su dolor de madre y la acompañaron.

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Frente a todos y sin poder contener las lágrimas, la mujer le vociferó al chofer: “Contale a esta gente por qué paramos, porque mataste a mi hijo hace cinco años y seguís manejando hijo de p... Decilo, contale a esta gente por qué paramos”.

Las imágenes, que se difundieron a través de eldia.com, dan muestra del pulso tembloroso y del tono dramático de la mujer. “Saben que mató a mi hijo de 14 años en diagonal 80. Asesinó a mi hijo. Fue a juicio y sigue manejando. Sabe que no tiene que manejar”, agregó la mujer dirigiéndose a los otros pasajeros.

“No manejes nunca más, no tenés vergüenza”, continuó. Por su parte, el conductor detuvo el vehículo y pidió a los pasajeros: ”Desciendan del coche, no vamos a seguir”, dijo.

A esa altura, la angustia de la madre parecía imparable: “contale a la gente, decile la verdad, cara rota. Mi hijo está muerto y vos seguís acá sentado como si nada”, se le escuchó.

Tras el momento de tensión la mujer llamó a la policía y los pasajeros abordaron otro colectivo, mientras que al chofer condenado se le labró un acta y retornó a la Ciudad en un auto particular aparentemente manejado por compañero suyo.

Carmen Lusardi explicó que “los dos peritos, uno de parte y otro de oficio, que intervinieron en la investigación determinaron que Ibáñez manejaba a más de 80 kilómetros por hora cuando chocó a mi hijo, cuando la velocidad máxima era de 60 kilómetros por hora”.

Como se sabe, en la zona donde ocurrieron los hechos hay cuatro establecimientos educativos; el Santa Marta, el secundario del colegio San Antonio - diagonal 80 entre 39 y 40-, el jardín y la primaria de esa institución -118 entre 39 y 40- y el San Vicente de Paul - diagonal 80 y 43.

La mujer señaló además que los peritos determinaron que su hijo caminaba por la senda peatonal, como corresponde, y que él (Ibáñez) iba excedido de velocidad en una zona en la que hay cuatro colegios y en la que caminan a diario más de 1800 chicos.

La mujer dijo que “a veces no puedo ni con mi alma, lo que hice hoy es para concientizar, porque gente así y que carga con una condena no puede estar transportando a personas en un colectivo”.

Tras el episodio que se cobró la vida de Ayrton, Carmen Lusardi sintió que su vida se acababa, se enfermó de cáncer y ahora asegura que lo único que la alienta a seguir es la memoria de su hijo y el evitar que tragedias como la suya se repitan.

Hasta ahora ni la empresa de transporte ni la Comisión de Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) explicaron porqué seguía manejando ni qué controles se hicieron.