“El ciclo vital de este grupo quizás ya esté terminado”

El proceso de la Selección, que vive un momento angustiante producto de las dificultades que atraviesa para asegurar su clasificación a la próxima Copa del Mundo, tiene un trasfondo que va mucho más allá de lo coyuntural. Con la rotación o el cambio de algunos actores, puede decirse que el actual es un ciclo que ya lleva siete años con una base de jugadores que se ha mantenido como columna vertebral. Mucha agua ha pasado debajo del puente en todo este tiempo, así como también muchos entrenadores. Lo que no ha cambiado, producto de dolorosas frustraciones (incluso muchas veces con desenlaces teñidos de injusticia), ha sido la dinámica de un grupo al que le cuesta coronar los objetivos que se propone. En verdad, la sensación que queda flotando es que el equipo, en infinidad de ocasiones, desarrolla un juego que está muy por debajo de su potencialidad, si se tiene en cuenta la notable capacidad individual de la mayoría de sus actores (casi todos estrellas de plafón internacional).

En este contexto, este diario consultó al psiquiatra deportivo platense Miguel Angel Russo, con el propósito de ampliar el espectro de análisis, dado que a esta altura el problema del seleccionado parece ir mucho más allá de lo meramente futbolístico o físico. Sobre qué opinión le merece este proceso grupal del Seleccionado, el profesional remarcó que “veo un grupo que no tiene hambre, esta empachado, pero no justamente de gloria. Los equipos tienen un ciclo vital, y este quizás este terminado. Aquí habría que dejar a uno o dos protagonistas y apostar por algo totalmente nuevo, generar una revolución, como se animaron a hacer otros país, establecer un nuevo punto de partida. Este quizás tenga sus costos políticos, pero esos costos son los que se pagan cuando no se toman las decisiones a tiempo”, remarcó.

En la misma línea, agregó que “se está estirando un ciclo, hay jugadores que ya tuvieron dos Mundiales y ya está, se debe hacer un cambio total. No hay ningúntipo de innovación, es un ciclo vital terminado, como se da en el plano biológico”, argumentó.

Russo añadió que “el grupo está afectado psíquicamente, al ser el final de un ciclo, los actores tienen cada vez menos reacción, cumplen un sistema, pero no ponen de sí más que ello. Y el cambio de técnicos resulta ser un simple parche dentro de ese sistema, lo que hacer que todo sea mucho peor. Hay que hacer un cambio drástico, como hicieron en muchos lugares del mundo, por más que eso en Argentina culturalmente parezca un disparate”, resaltó el profesional.

“Cuando un ciclo está viciado eso atenta de manera directa contra el rendimiento deportivo, por más que tengas a cinco Pelé dentro de la cancha. Hay que asumir que existe un final de ciclo, pagar los costos y tomar decisiones”, manifestó.

Con relación a los líderes de este grupo, Russo remarcó que “no se ven líderes en este grupo, quizás el técnico tendría que tomar ese rol, como lo fue en su momento Bielsa. Veo un grupo llano, sin gente con capacidad de liderazgo, son prolijos para cumplir, lo hacen con decoro, pero la batería de este grupo-equipo entiendo que está agotada, es momento de cirugía mayor”.

Por último, al ser consultado acerca de si hay manera de levantar la estima y el nivel anímico de este grupo, Russo sostuvo que “se puede trabajar para generar una reacción, pero no sería otra cosa que la prolongación de una agonía. No clasificar puede generar una revolución”, concluyó.