La humildad del Lobo pudo más que los nombres de Racing

Sufrido, sí. Seguro. También justo, porque en el balance general hizo mucho más que este Racing de Fernando Gago que tiene jugadores para tirar para arriba. Sin manteca al techo, conocedor de cada una de sus limitaciones, gracias a la jerarquía de Cristian Tarragona (de gran primer tiempo) y a varias actuaciones individuales importantes, con Leonardo Morales (autor de un lindo gol de cabeza), Ignacio Miramón y un incansable Franco Soldano como puntos altos dentro de un equipo sólido.

Solidez es otra palabra válida para analizar la noche del Bosque. Porque el ingreso de Agustín Bolívar para el trabajo sucio en el centro del campo le dio estructura al equipo y una ayuda grande a Miramón, que no tuvo que estar a la vez en la misa y en la procesión. Además, los ingresos de Alexis Steimbach y Tomás Muro le aportaron aire al equipo. Pareció menos permeable Gimnasia. No le ofreció el mentón al rival.

Cambió de nombres y de sistema Chirola, que evaluó el desgaste de sus jugadores y se inclinó por un sistema con dos delanteros, que le dio frutos temprano, porque a los 8 minutos Soldano peinó un centro y Cristian Tarragona controló y definió bárbaro contra el caño izquierdo de Arias, que nada pudo hacer.

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Ese buen momento del Lobo se extendió porque sin un control absoluto del juego, el local tuvo las posibilidades de gol: primero el arquero Arias debió exigirse al máximo ante un remate de Nicolás Colazo y después Muro no pudo darle seco al balón con un remate que salió cerca del poste derecho.

Con el resultado a favor, Gimnasia se amigó con la pelota y tuvo momentos de buenas asociaciones en la mitad de la cancha. El equipo de Chirola le cambió la cara a los hinchas del Lobo y mostró una imagen muy diferente a la del partido con la U.

Sólido en defensa, con Miramón como eje de la mitad de la cancha bien acompañado por Steimbach y Muro cómo externos. Tarragona adelante fue el diferencial del equipo, con un buen apoyo de Soldano especialmente en el pivote del juego aéreo.

Tarragona no alcanzó a pellizcar bien una pelota profunda que bien podría haber sido el segundo de la tarde. Una fuerte infracción de Edwin Cardona sobre Bautista Barros Schelotto, para anaranjada. La amarilla de Lamolina provocó la reprobación de los hinchas triperos y a la larga fue una mala noticia por duplicado, porque no lo expulsaron y porque Cardona se lesionó y fue reemplazado por Matías Rojas, la figura de Racing en el semestre.

La roja que no fue para Cardona, fue para Gabriel Rojas quien amonestado fue en plancha contra Steimbach al final del primer tiempo y amarilla más amarilla dejó a su equipo con 10. El final del primer tiempo dejó un Gimnasia sólido y ganador con Cristian Tarragona cómo figura, por eso la despedida fue entre aplausos.

El festejo de Franco Soldano en su gol. Se movió por todo el frente de ataque. Y liquidó el partido para el Tripero / Dolores Ripoll

Gago hizo cambios y pasó a jugar 4-3-2, con Opazo por Galván y Reniero en lugar de Hauche. De movida tuvo un buen remate Maximiliano Romero, con un tiro cerca del arco de Durso. Antes y después, Muro y Agustín Bolívar probaron de buena distancia. De una carambola casi Oroz pone el 1 a 1, aunque enseguida un bombazo de Miramón se fue apenas arriba del travesaño.

De una pelota quieta de Tomás Muro desde llegó el segundo gol de Gimnasia, con un cabezazo bárbaro del “Yacaré” Morales que se incrustó arriba contra el travesaño. Un buen gol y la tranquilidad para todo Gimnasia con el 2 a 0.

A los 21 minutos, una volea de Jonathan Gómez acercó a Racing en el marcador cuando pasaba poco en el juego y el Lobo parecía tener el partido controlado. El 2-1 fue a la vez un signo de pregunta, una preocupación y una prueba de carácter para el equipo albiazul.

Franco Soldano convirtió su quinto gol en el Lobo. El último había sido a Unión en agosto

Penó el Tripero en el tramo final del partido, porque perdió el control del juego y quedó expuesto a las virtudes del ataque racinguista. Y en ese penar, Lamolina consideró que una sujeción de Morales sobre el pantalón de Reniero tenía la entidad para cobrar penal. El VAR desde Ezeiza convenció al árbitro de su error, devolviéndole en cierta medida al Lobo lo perdido en la Sudamericana ante el equipo peruano.

Guillermo Enrique de zurda tuvo la posibilidad de liquidar el partido, pero su remate salió pegado al caño izquierdo. Ingresó bien el nacido en Goya. En la siguiente jugada, Colazo salvó en la línea la caída de su arco tras un borbollón en el área.

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Y cuando todo era aguantar porque Racing se iba contra Durso, en el descuento salió una pelota para Tarragona, que picó desde la mitad de la cancha. En el control, se le quedó atrás el balón y Franco Soldano que venía a la carrera sacó un tiro potente y bajo para poner el 3 a 1 y liquidar el partido.

El hincha se fue feliz de su casa. Vivió emociones similares a las del clásico, porque los pibes demostraron que va a costar, pero pueden. Este es el camino.

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Desde el Bosque, el análisis de Facundo Ache