Pesadilla en Villa Elvira: una banda arruinó una reunión familiar

Estaba todo dado en una vivienda de la localidad de Villa Elvira, para que un grupo familiar compartiera y disfrutara de un almuerzo.

La mesa ya estaba preparada y acababan de llegar los comensales. El clima era el ideal en una vivienda de la calle 80 entre 115 y 116, propiedad de una pareja de jubilados: él de 88 años y ella, de 82.

Cuando el matrimonio, sus dos hijos y los nietos estaban por empezar a comer, llegó un grupo al que no habían participado para la reunión. Eran tres delincuentes encapuchados, con armas y guantes de látex. Todos se colaron en el domicilio y arruinaron el encuentro.

El atraco, que trascendió ayer, ocurrió alrededor de las dos de la tarde del domingo pasado. En el barrio aseguraron a este diario que, esa jornada, en horario nocturno, al parecer la misma banda habría actuado en otras dos viviendas.

“NO LES VA A PASAR NADA”

Jorge Alfredo Ganduglia (88), acompañado por su esposa, Rosa Mathes (82), y uno de sus nietos, repasó ayer ante EL DIA el disgusto que vivió su familia.

“Ya estaba la mesa lista y antes de servir la comida, esperábamos a que llegaran algunos de los invitados. Ni bien lo hicieron, detrás suyo, sin que se dieran cuenta, aparecieron tres delincuentes encapuchados, armados y con guantes de látex”, recordó.

LE PUEDE INTERESAR

Llamaron al 911 por un asalto y “la Policía apareció a la media hora”

LE PUEDE INTERESAR

VIDEO. La azafata de Aerolíneas detenida por una amenaza, no abrió la boca

El jubilado mencionó que, de inmediato, la banda ordenó “todos al piso”, aunque aclaró que sólo exceptuaron de la orden “a mi esposa, a la que sorprendieron en el lavadero de casa, y a mí, que estaba junto a los demás en el comedor”.

”A mi señora y a mí nos permitieron quedarnos sentados en una silla”, completó.

De todos modos, rescató que para la totalidad de las víctimas, los delincuentes a su vez tuvieron palabras destinadas a frenar tanto nerviosismo: “Nos dijeron `quédense tranquilos, que no les va a pasar nada´. Y luego, mientras uno nos vigilaba con sus armas, los otros se fueron a la habitación matrimonial”.

Tras no dejar mueble ni cajón por abrir ni revisar, finalmente uno de los ladrones encontró “una lata donde teníamos todos nuestros ahorros”.

El abuelo admitió que “había bastante plata, en pesos y en dólares”, aunque desistió de precisar el monto global de lo sustraído.

Sí sumó que “además me robaron una pistola calibre 22, con la que en otra época acostumbraba a salir a cazar” y acotó que “estaba desarmada”.

Jorge reveló que, en medio del asalto, en el que a sus hijos no le sacaron nada, “le dije al ladrón que estaba con nosotros que se apuraran en irse, porque probablemente algún vecino de la cuadra podría sospechar y avisar al 911”.

Asimismo, reconoció que uno de los momentos de mayor tensión se produjo por la posibilidad de que su mascota, una perra Doberman de 7 años, que se llama “China”, pudiera reaccionar contra los intrusos.

En tal sentido, el mayor de todos los damnificados en el asalto manifestó que “a mis hijos y a mis nietos, la perra ya los conoce. El tema es que a los delincuentes no y por eso, si golpeaban a alguien, seguramente se les iba a tirar encima”.

Por suerte para quienes estaban en la vivienda, ya sea las víctimas como los desconocidos, la temida situación no se materializó.

¿ERAN POLICHORROS?

Entre los integrantes de la familia hubo quienes conjeturaron que los asaltantes “bien podrían ser policías”.

Al respecto, Jorge indicó que “hay algunos aspectos que llevaron a algunos familiares nuestros a pensar que estos ladrones son también policías”.

Indagado al respecto, explicó que “los asaltantes no eran chicos jóvenes, como en la mayoría de los robos. Los que vinieron acá deben tener entre 30 y 40 años”.

“Nos llamó la atención que se manejaron durante el asalto con mucha tranquilidad, la misma que nos pedían que tuviéramos al vernos muy asustados”, consignó.

También marcó otra diferencia con relación a otros asaltos recientes, donde prevaleció la violencia desplegada por sus responsables: “Gracias a Dios no nos ataron ni nos golpearon”.

Consultado sobre el tiempo que se tomaron para consumar el asalto, Jorge informó que “se quedaron 15 minutos”, aunque puntualizó que para él y su esposa, en particular, “nos pareció que hubieran estado como una hora”.

“ESTÁN FILMADOS”

En otro pasaje de la extensa charla con este diario, el jubilado refirió que “hay algunas cámaras de seguridad en esta cuadra, así que después pudimos observar que quedaron filmados”.

Las imágenes, a las que accedió EL DIA, mostraron además que la banda arribó a 80 entre 115 y 116 en un auto largo, de color gris oscuro, y que, de acuerdo a lo que pudieron constatar algunos testigos, tras ser estacionado frente a la casa de Jorge y Rosa, quedó con un cómplice en su interior.

En el caso tomó intervención personal de la comisaría decimosexta, que abrió una investigación en base a dicha filmación y a testimonios recabados en el barrio.

De todas maneras, por el momento se ignora el paradero de la banda.

Por otra parte, Jorge comentó que “hace poco asaltaron a una familia, cerca de mi casa, y me dijeron que los delincuentes tenían acento guaraní. Pero los que vinieron acá no tenían esa tonada”.

El nieto que lo acompañaba, sin revelar su identidad, aseguró que “en este barrio hay muchos asaltos desde hace dos años, tanto en viviendas como en comercios”.

“Inclusive -enfatizó- en algunos de estos hechos hasta rompieron puertas para meterse a robar. Es preocupante la situación, se vive con miedo”.

Respaldando sus palabras, su abuelo intervino para aludir a un frustrado asalto que ya se había registrado hace un mes: “Fue a las 7 de la mañana, cuando mi esposa ya estaba levantada y se escuchó que querían forzar la puerta. Entonces, gritó fuerte y nos avisó a nuestra hija y a mí. El ladrón al final escapó”, citó.

“Está bravo el barrio, vamos ahora a poner cámaras en casa”, anticipó como cierre de la nota.

Por este caso, tomó intervención la comisaría octava, con conocimiento de la UFI de Autores Ignorados Nº 9 de La Plata, que ya dispuso distintas diligencias en busca de elementos para identificar a los ladrones.