Calles peligrosas: crónica de una mañana de furia delictiva

La ciudad de La Plata vive un verdadero drama por la inseguridad. Asfixiada por una imparable ola de delitos, la Policía bonaerense se encuentra ante la disyuntiva de “la manta corta”. Con recursos de logística y humanos que son finitos, la única opción posible parece la de quitar medios en un sector y distribuirlos en otro. Pero esa fórmula estaría haciendo agua por todos lados y los vecinos lo exponen a diario, con reclamos cada vez más fuertes por la falta de patrullajes o soluciones para esta terrible problemática.

O bandas que llegan del Conurbano, una tendencia que se consolidó hace ya un tiempo, o las propias locales, sumado a la locura de los “motochorros”, que se muestran ingobernables, los delincuentes para ser los dueños de exclusivos de la calle.

Esto se demuestra con los operativos que desplegaron en las últimas horas distintas fuerzas de seguridad, en respuesta al alarmante cantidad de robos, sobre todo dirigidos a la modalidad de los ladrones en dos ruedas. Sin embargo, el contraataque no se hizo esperar y, en un furioso raid, tres motochorros a los tiros sembraron el terror en el Casco Urbano, dejando un tendal de tres heridos y provocando casi una tragedia en una vivienda cercana al edificio del viejo Registro de Reubicación de Menores, al margen de otros episodios de una crueldad supina (ver pág. 15).

Al margen que uno de esos violentos pudo ser detenido, a costa de un roce de bala en una pierna, este evento brutal demuestra que muy lejos se estaría de dominar la situación. En realidad parece que es todo lo contrario. Que nada frena al delito, que siempre se está un paso por detrás, moviendo fichas sin lograr 24 horas de paz para los platenses.

En ese complejo escenario, como se dijo, ayer bien temprano se reportó en varios grupos de WhatsApp un arranque de día muy particular, con estruendos que parecían tiros -y lo eran-, sirenas y hasta gritos de auxilio.

Que fue en 18 entre 36 y 37, que en 12 y 36, que en 63 entre 2 y 3 y hasta la distante 117 y 97. En realidad, según se supone de la reconstrucción de los hechos, serían todos eslabones de un mismo caso.

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¿Cuál ocurrió primero? De acuerdo a distintas conjeturas, los dos iniciales, que se suscitaron en un lapso muy corto de tiempo, tal vez en un par de minutos, fueron los de 18 entre 36 y 37 y el de 12 y 36. Podría ser uno u otro, no cambia la ecuación, fundamentalmente porque en ambos hubo un mismo saldo.

Siguiendo el reporte oficial, cuando un grupo de agentes asistía a un hombre de 47 años en 18 entre 36 y 37, quien presentaba un disparo en un glúteo, luego del ataque de los tres ladrones en dos motos, que alcanzaron a arrebatarle algunas de sus pertenencias, se tomó conocimiento de que los mismos delincuentes habían golpeado y herido de bala a otro vecino de 42 años en 12 y 36, donde también se hicieron de distintos elementos de valor.

Por si fuera poco, en 63 entre 2 y 3, la banda agredió a una chica, a la que le pegó un feroz culatazo en la cabeza y le provocó una lesión sangrante, la cual impulsó la presencia de una unidad del SAME para su asistencia, al igual que lo sucedido con los otros dos damnificados, que tuvieron que ser derivados a un hospital para la realización de distintos estudios, aunque todos estarían fuera de peligro.

En relación al último caso, una mujer contó que un miembro de una fuerza de seguridad, que vive en la cuadra, se topó con los criminales y les efectuó al menos un disparo, que entró por la puerta a su domicilio y pegó en una pared.

“Me salvé de milagro”, destacó la frentista muy asustada y quien radicó la denuncia en la seccional de su barrio.

LA CAÍDA DE UN SOSPECHOSO

Voceros con acceso a la pesquisa mencionaron que, de los reportes de cada uno de estos incidentes, se tomó nota de las características físicas de los asaltantes y también de los rodados en los que se desplazaban. Y así fue como los ubicaron en Villa Montoro.

Las mismas fuentes destacaron que, a través de un operativo cerrojo, en 117 y 97 visualizaron una Honda Tornado con dos ocupantes, que motivó una persecución, en la que hubo un enfrentamiento armado.

Así lograron atrapar a un menor de 16 años, con un roce de bala en una pantorrilla. Quedó a disposición de la fiscal Carmen Ibarra, del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil.

El por ahora único detenido del raid. Es menor / Web