Rafael Nadal: la Fiera está otra vez suelta en Madrid

Exigido, con sufrimiento y algo de épica, Rafael Nadal se consolidó en Madrid, una estación inicialmente de paso de la temporada encaminada hacia objetivos mayores. Después de tres horas y cuatro minutos de juego, el mallorquín venció a Pedro Cachín por 6-1, 6-7 (5) y 6-3 para instalarse en los octavos de final del M1000 de Madrid, donde hoy volverá a saltar a la cancha de la “Caja Mágica” para enfrentarse con el checo Jiri Lehecka (31) cerca de las 16:30 (hora argentina).

Nadal ingresó a la segunda semana del torneo que conquistó en cinco ocasiones y por primera vez en lo que va de año logró apuntarse tres victorias consecutivas. No lo pudo hacer al principio de 2024, en Brisbane, donde, tras ganar a Dominik Thiem y Jason Kluber; mientras que cayó ante el local Jordan Thompson. Se lesionó por lo que estuvo al margen del circuito 102 días.

Ante Cachín, Nadal tuvo tres horas de partido para sobrevivir en el torneo y aplazar otra vez su despedida. Hace dos semanas que volvió a la competición con los objetivos definidos. Selectivo en su calendario. Polvo de ladrillo. En Barcelona, solamente ganó un partido, frente el italiano Flavio Cobolli, antes de caer contra Alex de Miñaur.

Encaró Madrid con todas las precauciones y con la idea de avanzar y progresar en su puesta a punto. Sacó adelante el cara a cara inicial ante el joven estadounidense Darwin Blanch (16 años) y, sobre todo, completó una esperada revancha frente a De Miñaur (11). Esta vez, en el tercer tramo, dejó en el camino a Pedro Cachín (91).

La “Caja Mágica” de Madrid está en alerta ante un eventual adiós de Nadal, quien advirtió que será la última participación en dicho torneo. Cada partido puede ser el último. Así lo toma Rafa y también el público, que en cada partido, en cada juego y en cada punto quiere dar impulso a su ídolo para hacerlo sentir querido.

Planeó el adiós durante un tramo del partido. El público torció el gesto porque vio cómo Cachín, intrascendente en el primer set, desaparecido, irrelevante para emerger después. Dio un cambio radical el cordobés que tocó su techo en Madrid en los octavos de final del año pasado al eliminar a Jan Lennard Struff.

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Pasan las jornadas y Rafael Nadal sigue en Madrid, en competición, en actividad. Atrás quedó Cachín, No hizo falta alardes del otrora número uno del mundo, que gastó momentos de alto nivel en el primer parcial pero que fue arrinconado en el segundo. El argentino dio lo mejor. Creció en confianza, se sintió a gusto y llevó al límite a Nadal.

Nada que ver con este Cachín con el que llegó al M1000 de Madrid arrastrando quince caídas consecutivas; aunque enmendó la situación con victorias contra el austríaco Sebastian Ofner y el estadounidense Frances Tiafoe. Y nada mejor que un cara a cara con Nadal, con el Rey del polvo de ladrillo, para disparar su proyección.

De pronto, Nadal se encontró con una “trampa”, con un partido con él que no contaba que se le enquistó en el segundo set. Lo tenía perdido y lo pudo encarrilar pero Cachín, que ya había desperdiciado tres puntos de set antes del tie break, no falló.

Le pesó primero la presión al argentino y luego el físico en la manga final. Aunque mantuvo el tipo. Igualó una desventaja de dos juegos y respondió al pulso con el 4-3. Aceleró el español, más preciso al final, hasta cerrar el partido.

Al terminar el encuentro se observó la humildad de un grande de verdad como Nadal, ya que Cachín sin saber si lo permitía el protocolo le pidió la camiseta. En la misma cancha, Rafa se acercó al banco del cordobés para entregarle una de las remeras que había utilizado en el match.

A propósito, Nadal - ganador de veintidós Grand Slam- que logró un tercer triunfo consecutivo por primera vez en dieciocho meses, jugará en octavos de final frente a Jiri Lehecka, que viene de eliminar al brasileño Thiago Monteiro por 6-4 y 7-6 (5).