Cerraron en forma definitiva a Chernobyl

El gobierno de Ucrania puso fin a las actividades de la central atómica, luego de 14 años de la peor fuga radiactiva que se recuerde en la historia. Oficialmente murieron 31 personas de inmediato, pero se estima que las víctimas, entre muertos y personas gravemente enfermas llegaron a varios miles. Recién ahora, luego de años de polémica, la peligrosa planta quedó totalmente desactivada.

La planta nuclear de Chernobyl, donde el 26 de abril de 1986 se produjo el peor accidente nuclear en la historia de la humanidad, quedó ayer definitivamente cerrada. Ese día dos explosiones sucesivas provocaron un incendio que afectó principalmente a Ucrania, Rusia y Bielorrusia, pero cuyos efectos se hizo sentir en las tres cuartas partes de Europa, afectando a millones de personas. Un ingeniero de la central vestido de blanco y rodeado de varios colegas en la sala de central detuvo el reactor numero tres, único en actividad, dando vuelta a una manivela negra, ante testigos importantes, como el presidente Leonid Kuchma, el secretario estadounidense de Energía estadounidense, Bill Richardson, y al modisto y empresario francés.
El cierre, que se produjo tras intensas presiones internacionales, que también impulsaron la eliminación del riesgo de futuros accidentes en la planta, pero los ucranianos sufrirán los efectos del accidente de 1986 por muchos años. Más de 4.000 trabajadores que hicieron labores de limpieza han muerto y 70.000 quedaron discapacitados a consecuencia de la radiación sólo en Ucrania. Se considera que 3,4 millones de los 50 millones de habitantes han sido afectados por el accidente y, según el gobierno, se han gastado unos 130.000 millones de dólares para lidiar con sus consecuencias. No hay decisión todavía en cuanto a qué se hará con el combustible y polvo radioactivos dentro del reactor, y los trabajos para garantizar que la estructura sea segura desde el punto de vista ambiental tardarán años. Muy hostiles a la decisión de cerrar Chernobyl tomada por el presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, los empleados no trataron de disimular su emoción, porque se estima que miles de trabajadores vinculados de una u otra manera a la actividad de la polémica planta perderán sus empleos. "Hoy he dado la orden de parar el tercer reactor de Chernobyl, el último en actividad. Esto significa cerrar una instalación que entró a la historia como la catástrofe más terrible", declaró Kuchma. "Chernobyl figura en la lista de las catástrofes mundiales, como Pompeya o Hiroshima", agregó.

Ucrania aceptó cerrar Chernobyl a cambio de una ayuda internacional de 2,3 mil millones de dólares. Pero las secuelas de la tragedia aún hoy continúan. En 1989, tres años después del estallido de Chernobyl, el doctor en radiobiología Oleg Zhadiro, de la Universidad de Minsk, trazaba el cuadro de los efectos: "El mundo debe saber que Bielorrusia vive un genocidio nuclear". Para ese entonces, 2.100.000 bielorrusos vivían en lo que los especialistas llaman "zonas sucias" -contaminadas con material radiactivo- y 50.000 en áreas de "extremo riesgo". Las alertas sobre las consecuencias de la explosión fueron también resumidas por Carolyn McAskie, coordinadora del Comité de las Naciones Unidas de Cooperación sobre Chernobyl (CCC), quien advirtió alertó sobre la falta de conciencia en relación con las consecuencias de Chernobyl que, dijo, "a largo plazo afectarán a más de siete millones de personas".
"Las esquirlas radiactivas permanecen en nuestros cuerpos y repercuten en nuestros hijos y nietos", denunció el presidente de una asociación de afectados, Yuri Andreyev, en abril pasado, con motivo del 14 aniversario del desastre nuclear. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que en las zonas más afectadas de Bielorrusia, donde se precipitó el 70 por ciento de la radiación emanada de Chernobyl, el índice de cáncer infantil de tiroides es cien veces superior al de la media mundial. En la actualidad, 11.000 niños padecen cáncer de tiroides a consecuencia de las emanaciones de Chernobyl. Parte de los 50 millones de curies (medida de radiactividad) liberados -equivalentes a unas 500 bombas atómicas como la de Hiroshima-, aún permanecen produciendo contaminación y muerte. Y el diputado y presidente del comité de Ecología del Parlamento ucraniano, Yuri Samoilenko, advirtió en reiteradas ocasiones que en terrenos próximos a Chernobyl hay al menos 800 basureros radiactivos y aún permanece cerrada una zona de exclusión de 30 kilómetros alrededor de la planta nuclear.

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