Estrés, epidemia del siglo XXI
El estrés tiene su responsabilidad en el desarrollo de varias enfermedades e influye negativamente en las terapias. Sin embargo, rara vez diagnosticado en su etapa inicial
| 29 de Mayo de 2001 | 00:00

En el infarto agudo de miocardio, ateroesclerosis, tumores e infecciones tiene incidencia el estrés pero "raramente es diagnosticado en el período inicial de este desequilibrio que disminuye la capacidad de concentración, memoria, creatividad y energía", y que provoca, entre otras disfunciones, "cansancio y depresión". El cardiólogo Daniel López Rosseti (42 años), presidente de la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés, aseguró que "ya nada escapa al estrés".
"Está absolutamente comprobado que provoca enfermedades cardiovasculares y tumores, y que cuando una persona tiene estrés el proceso de curación es más lento", afirmó. López Rosseti volcó sus experiencias en un voluminoso libro de reciente aparición titulado "Epidemia del Siglo XXI, estrés, cómo entenderlo, entenderse y vencerlo", publicado por la editorial Lumen.
El especialista se introdujo de lleno en la investigación del estrés cuando fue sorprendido por una grave enfermedad, luego de años de "trabajar todo el día, cada día" y una vez recuperado decidió avanzar sobre la problemática. Director del Stress Medical Center y fellow del American Institute of Stress de Nueva York, en la actualidad prepara el Primer Congreso Argentino de Medicina del Estrés que tendrá lugar este fin de semana en el Hotel Crowne Plaza Panamericano de esta capital.
"HAY QUE DIAGNOSTICARLO A TIEMPO"
"Hay que convencer a los médicos que diagnostiquen el estrés y a tiempo", enfatiza. Consciente de que aún no está extendida la conciencia entre los médicos del diagnóstico del estrés en su etapa inicial, desarrolló un "programa de autodiagnóstico con fundamento médico, conductual y filosófico" que explica en su obra.
"En la medida en que hoy está absolutamente comprobado que el estrés disminuye las defensas inmunológicas, uno se infecta con mayor facilidad por gérmenes que vienen desde afuera o por gérmenes sapófritos que están en nuestro cuerpo y que cuando nos inmuno deprimimos ganan", explica.
Respecto de la incidencia del estrés en el desarrollo del cáncer, López Rosseti asegura que cuando "un sujeto está inmunodeprimido, no reconoce las células tumorales que todos los días nosotros formamos. Cada ser humano, todos los días forma millones de células tumorales, que es una célula aberrante, anormal, de características cancerosas que escapa a las líneas de control del organismo tanto neurológicas como endocrinológicas", enfatiza.
El proceso del sistema inmunológico, antes que reconocer las células tumorales como extrañas las destruye, pero cuando uno no tiene defensas, no las reconoce, no las destruye y ahí aparece el tumor". Por lo tanto admite como válida la acepción popular que dice "esa persona tuvo un disgusto y se agarró cáncer".
Recordó el caso de una paciente que 10 años atrás había tenido "melanoma", un tumor de piel maligno que tomado a tiempo es salvable, pero de repente el cáncer volvió. La muerte súbita de su hijo, provocó en esta mujer de 66 años que el melanoma volviera. "El mayor riesgo de una metástasis o de una recidiva en el melanoma se da hasta los 5 años, habían pasado 10 de evolución del melanoma en esa paciente", dijo, y recordó que "depresión, inmunidad y estrés están absolutamente relacionados".
La Medicina del Estrés está desarrollada en todo el mundo, con Estados Unidos a la cabeza, y España en un buena posición, lo que permite a los médicos argentinos utilizar las investigaciones y testeos con mayor facilidad. "La Medicina del estrés es un hecho fundamentalmente en Estados Unidos, en nuestro país numerosos investigadores han trabajado formalmente en el CONICET, dentro de distintas líneas de investigación", recordó.
En la actualidad la SAME, Sociedad Argentina de Medicina del Estrés, se ha convertido en un punto de confluencia, ya que sin fines de lucro permite que médicos e investigadores desarrollen materias relativas a la especialidad. Enfermedades de tipo patológico, las arritmias cardíacas, el infarto agudo de miocardio, se le relacionan con el estrés en forma directa y meridiana.
"El estrés es un componente normal de nuestra vida, más aún, es necesario para disfrutar de ella. Esto es cierto dentro de ciertos límites, más allá se convierte en distrés o estrés malo", analizó. Finalmente el estrés malo, invade a la persona -un ser integral con cuerpo, mente y espíritu que interactúan constantemente en pos de la armonía- y mucho antes de que una enfermedad se declare se manifiestan un sinnúmero de alteraciones que atentan "contra nuestro bienestar y calidad de vida".
Respecto del manejo del estrés, López Rosseti dice que invariablemente responde que "sí" cuando le hacen esta pregunta en una interconsulta médica. "La respuesta es definitivamente sí, cuando un sujeto dice sí, pero cuando la persona tiene una actitud negativa será no", analizó. El especialista reconoce en su libro la importancia de la identificación de los valores prioritarios en nuestra vida cotidiana como uno de los diagnósticos para atacar el estrés. También es partidario de la meditación, y de distintas formas de prácticas trascendentes para mantener el organismo sano. Admite que "la curación religiosa pasa primero por el espíritu y después por el cuerpo, y que siempre hace falta creer para conseguirlo ya que Jesús no pudo hacer milagros donde no hubo fe". Afirmó luego que "enfermarse es una rareza" y que el "estrés no es básicamente una enfermedad. Lo que es evidente es que la persona estresada se enferma seguro, o antes o después", añadió.
Respecto del concepto de salud recordó que es tanto el perfecto estado psíquico y social, y no solamente la ausencia de enfermedad. Cualquier cuestión que haga que un sujeto no se sienta bien en su medioambiente, de hecho ya es una pérdida de salud, estamos en el plano de la sintomatología o de la enfermedad, cualquier cosa que al sujeto no le permita ser feliz", añadió.
"Está absolutamente comprobado que provoca enfermedades cardiovasculares y tumores, y que cuando una persona tiene estrés el proceso de curación es más lento", afirmó. López Rosseti volcó sus experiencias en un voluminoso libro de reciente aparición titulado "Epidemia del Siglo XXI, estrés, cómo entenderlo, entenderse y vencerlo", publicado por la editorial Lumen.
El especialista se introdujo de lleno en la investigación del estrés cuando fue sorprendido por una grave enfermedad, luego de años de "trabajar todo el día, cada día" y una vez recuperado decidió avanzar sobre la problemática. Director del Stress Medical Center y fellow del American Institute of Stress de Nueva York, en la actualidad prepara el Primer Congreso Argentino de Medicina del Estrés que tendrá lugar este fin de semana en el Hotel Crowne Plaza Panamericano de esta capital.
"HAY QUE DIAGNOSTICARLO A TIEMPO"
"Hay que convencer a los médicos que diagnostiquen el estrés y a tiempo", enfatiza. Consciente de que aún no está extendida la conciencia entre los médicos del diagnóstico del estrés en su etapa inicial, desarrolló un "programa de autodiagnóstico con fundamento médico, conductual y filosófico" que explica en su obra.
"En la medida en que hoy está absolutamente comprobado que el estrés disminuye las defensas inmunológicas, uno se infecta con mayor facilidad por gérmenes que vienen desde afuera o por gérmenes sapófritos que están en nuestro cuerpo y que cuando nos inmuno deprimimos ganan", explica.
Respecto de la incidencia del estrés en el desarrollo del cáncer, López Rosseti asegura que cuando "un sujeto está inmunodeprimido, no reconoce las células tumorales que todos los días nosotros formamos. Cada ser humano, todos los días forma millones de células tumorales, que es una célula aberrante, anormal, de características cancerosas que escapa a las líneas de control del organismo tanto neurológicas como endocrinológicas", enfatiza.
El proceso del sistema inmunológico, antes que reconocer las células tumorales como extrañas las destruye, pero cuando uno no tiene defensas, no las reconoce, no las destruye y ahí aparece el tumor". Por lo tanto admite como válida la acepción popular que dice "esa persona tuvo un disgusto y se agarró cáncer".
Recordó el caso de una paciente que 10 años atrás había tenido "melanoma", un tumor de piel maligno que tomado a tiempo es salvable, pero de repente el cáncer volvió. La muerte súbita de su hijo, provocó en esta mujer de 66 años que el melanoma volviera. "El mayor riesgo de una metástasis o de una recidiva en el melanoma se da hasta los 5 años, habían pasado 10 de evolución del melanoma en esa paciente", dijo, y recordó que "depresión, inmunidad y estrés están absolutamente relacionados".
La Medicina del Estrés está desarrollada en todo el mundo, con Estados Unidos a la cabeza, y España en un buena posición, lo que permite a los médicos argentinos utilizar las investigaciones y testeos con mayor facilidad. "La Medicina del estrés es un hecho fundamentalmente en Estados Unidos, en nuestro país numerosos investigadores han trabajado formalmente en el CONICET, dentro de distintas líneas de investigación", recordó.
En la actualidad la SAME, Sociedad Argentina de Medicina del Estrés, se ha convertido en un punto de confluencia, ya que sin fines de lucro permite que médicos e investigadores desarrollen materias relativas a la especialidad. Enfermedades de tipo patológico, las arritmias cardíacas, el infarto agudo de miocardio, se le relacionan con el estrés en forma directa y meridiana.
"El estrés es un componente normal de nuestra vida, más aún, es necesario para disfrutar de ella. Esto es cierto dentro de ciertos límites, más allá se convierte en distrés o estrés malo", analizó. Finalmente el estrés malo, invade a la persona -un ser integral con cuerpo, mente y espíritu que interactúan constantemente en pos de la armonía- y mucho antes de que una enfermedad se declare se manifiestan un sinnúmero de alteraciones que atentan "contra nuestro bienestar y calidad de vida".
Respecto del manejo del estrés, López Rosseti dice que invariablemente responde que "sí" cuando le hacen esta pregunta en una interconsulta médica. "La respuesta es definitivamente sí, cuando un sujeto dice sí, pero cuando la persona tiene una actitud negativa será no", analizó. El especialista reconoce en su libro la importancia de la identificación de los valores prioritarios en nuestra vida cotidiana como uno de los diagnósticos para atacar el estrés. También es partidario de la meditación, y de distintas formas de prácticas trascendentes para mantener el organismo sano. Admite que "la curación religiosa pasa primero por el espíritu y después por el cuerpo, y que siempre hace falta creer para conseguirlo ya que Jesús no pudo hacer milagros donde no hubo fe". Afirmó luego que "enfermarse es una rareza" y que el "estrés no es básicamente una enfermedad. Lo que es evidente es que la persona estresada se enferma seguro, o antes o después", añadió.
Respecto del concepto de salud recordó que es tanto el perfecto estado psíquico y social, y no solamente la ausencia de enfermedad. Cualquier cuestión que haga que un sujeto no se sienta bien en su medioambiente, de hecho ya es una pérdida de salud, estamos en el plano de la sintomatología o de la enfermedad, cualquier cosa que al sujeto no le permita ser feliz", añadió.
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