La venganza fue terrible

Racing se tomó buen desquite de los Diablos

Racing se tomó su dulce venganza por aquella derrota ante el Rojo en su cancha en diciembre pasado. Por entonces eran tiempos de incertidumbre y zozobra, porque el equipo estaba último y empezaba a peligrar por su promedio. Pero ayer la sonrisa de la Academia fue enorme: claro, le ganó a Independiente en su propia cancha y lo empujó un poco más al fondo en esta campaña paupérrima de los Diablos Rojos.
En un primer tiempo ordinario y mal jugado por ambos equipos, Independiente salió a desarrollar un papel protagónico frente a un Racing que estuvo entregado a un rol meramente defensivo. El equipo de Miguel Santoro, pese a sus deseos de acercarse al arco de Gastón Pezzuti, chocó con sus limitaciones para manejar la pelota, con Esteban Cambiasso demasiado volcado contra el lateral izquierdo. En tanto, el conjunto de Reinaldo Merlo se metió atrás y se limitó a interrumpir los avances de su archirrival: no recuperó el balón, sino que cortó los intentos ofensivos de Independiente para que el local retomara inmediatamente el manejo de la pelota. Así se fue un primer tiempo muy chato, casi sin llegadas a los arcos.

En el segundo tiempo, el encuentro mejoró, gracias a que Racing cambió su actitud y enfocó su atención en el arco de Ariel Rocha. A los 3', Chatruc remató desde la derecha, después de tocar con Estévez, y el balón salió cerca del palo izquierdo. Tres minutos más tarde, Rocha tapó contra el palo derecho un tiro de Gustavo Arce desde la izquierda, luego de recibir de Osvaldo Canobbio. Pero la expulsión de Chatruc por doble amonestación a los 16' (vio la segunda tarjeta amarilla luego de chocar con Rocha), animó a Independiente (había llegado a los 12' a través de un tiro libre de Esteban Cambiasso que se fue cerca del palo izquierdo).
No obstante, una pelota perdida en el área de Rocha fue capturada por Estévez, quien pese a pifiar el disparo, provocó que Matías Manrique desviara la pelota con la mano. El penal fue ejecutado por el propio Estévez, al ángulo superior derecho de un arquero local que eligió el otro poste. A partir de entonces, Racing se paró de contraataque (con Carlos Arano como figura tanto en la proyección como en la cobertura defensiva) y sólo debió estar atento a una nueva insinuación ofensiva de Independiente.
A los 23', Forlán remató cruzado y el balón, luego de pegar en el palo izquierdo, pegó en Pezzuti para salir desviada. Así, Racing además de obtener la "Copa Confraternidad Ciudad de Avellaneda" que estuvo en juego en este partido, coronó la permanencia en primera división derrotando a un vecino que consolidó un récord para nada envidiable: coronó la peor campaña de su historia desde que se disputan torneos cortos.

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