Los outlets, otro emergente de los cambios en los hábitos de consumo
Los especialistas dicen que el 86% de la población cambió su forma de comprar desde que terminó la convertibilidad. Entre las nuevas tendencias se cuenta la de apelar a productos de segunda selección o colecciones anteriores para no renunciar a las marcas
| 28 de Abril de 2002 | 00:00

Discontinuos, colecciones viejas, artículos de segunda selección y con detalle empiezan a tentar a una clase media a la que -devaluación mediante- le cuesta cada vez más aspirar, de otra manera, a las primeras marcas. Así lo explican quienes siguen de cerca el fenómeno de los outlets (negocios o ferias de productos discontinuos que explotaron en las grandes ciudades argentinas en lo que va del año y que en los últimos meses se multiplicaron en La Plata abarcando en su oferta desde ropa a electrodomésticos). Los mismos especialistas que inscriben la tendencia dentro de los cambios en los hábitos de consumo de la población producidos por efecto de la devaluación.
Según un estudio realizado por una consultora privada consultada por EL DIA, se estima que el 86% de la población modificó sus hábitos de consumo desde el fin de la convertibilidad hasta hoy. Entre las transformaciones más notorias que identifican se cuentan la reducción del número y el tamaño de las adquisiciones, la consideración de todas las alternativas posibles a la hora de comprar y la resignación del aspecto emocional de la compra a favor de una actitud más racional que pone por delante el precio a las fidelidades.
"Es una tendencia que ya empiezan a considerar los especialistas en marketing, que hoy contemplan el precio como un elemento fundamental en la comunicación de un producto", dice a EL DIA Martín Rosenzbit, desde la consultora porteña AC Nielsen, que estudia el comportamiento de los clientes ante la crisis.
En este marco se inserta el creciente fenómeno de los outlets -en La Plata los primeros comenzaron a surgir en la zona del Camino Centenario y actualmente abrieron nuevos en la zona norte del casco urbano-, que los especialistas y los propios responsables de esos emprendimientos ligan estrechamente a la crisis económica.
Las escasas cifras que existen al respecto a nivel nacional indican que esas megaferias o negocios que ofrecen artículos de primeras marcas pero de segunda selección, de colecciones viejas o con detalles a precios entre el 30 y el 50% más baratos, congregan cada fin de semana a unas 30.000 personas.
La tendencia, que apareció por primera vez en el conurbano bonaerense, tiene hoy su epicentro en las principales ciudades del país, aunque en La Plata y alrededores -donde los registros municipales no diferencian un outlet de otro negocio y por lo tanto no existen datos numéricos fehacientes- en los últimos meses, la cantidad de negocios que ofrecen artículos con estas características creció y ya hay oferta de ropa y de electrodomésticos de segunda selección o discontinuos a un costo entre un 30 y un 50% menor.
En esos negocios, los propietarios identifican un perfil de público característico: clase media, hasta el año pasado habituada a acceder a las primeras marcas en negocios tradicionales y que en los últimos meses ya no cuentan con esa posibilidad. Y que ante ls nuevas circunstancias eligen no resignar el interés por la marca. Aunque eso les demande entregarse a un sistema distinto de compra, que implica resignar tiempo revisando percheros y cajas atentos al posible detalle y al estado de los artículos.
"La clases bajas vienen y miran, pero finalmente no compran, porque aunque con descuento se sigue tratando de productos de marca y que por lo tanto les parecen caros", dice Eduardo, desde un outlet del Camino Centenario.
Según un estudio realizado por una consultora privada consultada por EL DIA, se estima que el 86% de la población modificó sus hábitos de consumo desde el fin de la convertibilidad hasta hoy. Entre las transformaciones más notorias que identifican se cuentan la reducción del número y el tamaño de las adquisiciones, la consideración de todas las alternativas posibles a la hora de comprar y la resignación del aspecto emocional de la compra a favor de una actitud más racional que pone por delante el precio a las fidelidades.
"Es una tendencia que ya empiezan a considerar los especialistas en marketing, que hoy contemplan el precio como un elemento fundamental en la comunicación de un producto", dice a EL DIA Martín Rosenzbit, desde la consultora porteña AC Nielsen, que estudia el comportamiento de los clientes ante la crisis.
En este marco se inserta el creciente fenómeno de los outlets -en La Plata los primeros comenzaron a surgir en la zona del Camino Centenario y actualmente abrieron nuevos en la zona norte del casco urbano-, que los especialistas y los propios responsables de esos emprendimientos ligan estrechamente a la crisis económica.
Las escasas cifras que existen al respecto a nivel nacional indican que esas megaferias o negocios que ofrecen artículos de primeras marcas pero de segunda selección, de colecciones viejas o con detalles a precios entre el 30 y el 50% más baratos, congregan cada fin de semana a unas 30.000 personas.
La tendencia, que apareció por primera vez en el conurbano bonaerense, tiene hoy su epicentro en las principales ciudades del país, aunque en La Plata y alrededores -donde los registros municipales no diferencian un outlet de otro negocio y por lo tanto no existen datos numéricos fehacientes- en los últimos meses, la cantidad de negocios que ofrecen artículos con estas características creció y ya hay oferta de ropa y de electrodomésticos de segunda selección o discontinuos a un costo entre un 30 y un 50% menor.
En esos negocios, los propietarios identifican un perfil de público característico: clase media, hasta el año pasado habituada a acceder a las primeras marcas en negocios tradicionales y que en los últimos meses ya no cuentan con esa posibilidad. Y que ante ls nuevas circunstancias eligen no resignar el interés por la marca. Aunque eso les demande entregarse a un sistema distinto de compra, que implica resignar tiempo revisando percheros y cajas atentos al posible detalle y al estado de los artículos.
"La clases bajas vienen y miran, pero finalmente no compran, porque aunque con descuento se sigue tratando de productos de marca y que por lo tanto les parecen caros", dice Eduardo, desde un outlet del Camino Centenario.
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