Un hombre mató a la esposa de doce tiros en una escuela

La administradora de una escuela privada de la localidad bonaerense de Longchamps, partido de Almirante Brown, fue asesinada ayer de 12 balazos por su marido, un accionista de esa escuela, en momento en que más de un centenar de alumnos, entre ellos niños del jardín de infantes, se encontraban dentro de las aulas recibiendo clases.
Tras consumar el hecho, el hombre se subió a su Ford Focus gris último modelo y se entregó en la comisaría: "Maté en la escuela a mi señora. Creo que hice bien", dijo el hombre al oficial de servicio de la comisaría 4º de Almirante Brown al momento de entregarse con su arma descargada.
Los más de 100 alumnos que se encontraban dentro de la "Cooperativa de Enseñanza Educativa Sendas Verdes Limitada" se sobresaltaron al escuchar los disparos y las detonaciones provocaron algunas corridas, lo que derivó en la inmediata suspensión de las clases.
Fuentes policiales confirmaron que la pareja que estaba separada desde hace algunos meses tenía dos hijas mujeres que trabajaban en el colegio y destacaron que el asesinato se produjo por cuestiones económicas, luego de que la mujer le solicitara al hombre el divorcio días atrás.
El episodio se originó pasadas las 14 en la escuela Aguas Verdes, ubicada en Espora 5298, entre 25 de Mayo y Páez, de Longchaps, en el sur del conurbano.
Allí ingresó sorpresivamente Alberto Oscar Cristaldi, de 51 años, accionista de la escuela, y se dirigió a la oficina ubicada en el frente de la institución, donde se encontraba su esposa Norma Graciela Espejón, de 48 años.
Esa oficina se encuentra a solo dos metros del ingreso a las salas del jardín de infantes, las cuales estaban repletas de chicos de entre 3 y 5 años.
Fuentes del caso dijeron que Espejón era la administradora y tesorera de la institución, es decir que manejaba los fondos y las cuentas bancarias de la cooperativa.
Aparentemente, sin mediar palabra, el hombre extrajo su pistola calibre 380 flamante, la colocó debajo del mentón de su mujer y disparó un primer balazo.
Ese fue sólo el primer tiro, porque luego descargó los otros 11 proyectiles que poseía su cargador, todos ellos en la zona del tórax.
Tras acribillar a su mujer, Cristaldi se subió a su automóvil y condujo las 20 cuadras que lo separaban de la comisaría 4º para entregarse.
"Se bajó del auto con su arma descargada y la puso sobre el escritorio de la mesa de entrada. Se lo notaba bastante tranquilo. Lo primero que dijo fue que mató a su mujer", dijo un oficial principal que lo atendió.
El hombre no ahorró palabras para describir lo que había hecho y señaló: "No está bien sacarle la vida a alguien... pero en este caso, creo que hice bien".
Una fuente policial destacó que -según la versión del agresor- el crimen se produjo por cuestiones económicas. "Tenía todas las cuentas a su nombre", dijo como para argumentar lo que había hecho.
El propio comisario de la seccional 4º, Ireneo Aguirre, aseguró que los alumnos de la escuela fueron evacuados con tranquilidad y señaló que ninguno sufrió heridas.
Sin embargo, algunos alumnos contaron que en el primer piso, donde se encuentran las aulas de los años más altos del secundario, se produjeron corridas.
Federico, un alumno del 3er.año del Sendas Verdes, explicó que se escucharon todos los disparos que efectuó el agresor y que en ese momento los chicos salieron de sus aulas "porque nadie sabía lo que pasaba".
"Nos hicieron salir por otra puerta, una salida lateral, y tuvimos que esperar a que llegaran nuestros padres, porque no nos dejaban salir", dijo.
Respecto a la mujer asesinada, Nahuel, otro alumno de 4º año explicó que "si bien no teníamos mucho trato, trabajaba en la escuela hacía muchos años y era muy buena".
Unas horas después de ocurrido el hecho y tras el trabajo de los peritos policiales, la oficina donde ocurrió el hecho fue aseada.
Cerca de las 19, la escuela estaba totalmente cerrada y ninguna autoridad dio detalles de lo ocurrido.

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