Un ingeniero argentino y su bebé están desaparecidos
Viven en Malasia y estaban de vacaciones en Tailandia. Dramáticas gestiones desde Buenos Aires
| 28 de Diciembre de 2004 | 00:00

Un ingeniero argentino que vive en Malasia y que estaba de vacaciones en Tailandia permanecía desaparecido, junto a su bebé de un año de vida, luego del terremoto que afectó a gran parte del sudeste asiático y que dejó, según las últimas estimaciones, más de 23 mil muertos.
En tanto, su esposa se encuentra internada en un hospital, donde se repone de las heridas que sufrió después de que los arrastrara una ola gigantesca.
Según lo indicado ayer por el embajador argentino en Tailandia, Carlos García, en total podrían llegar a 14 los ciudadanos argentinos que estaban en la zona afectada por el sismo y posteriormente por las gigantescas olas que causaron enormes destrozos en siete países.
En ese sentido, el embajador, en declaraciones formuladas a varias radios capitalinas desde Tailandia, señaló que siete de esos ciudadanos estaban efectivamente en la región afectada (cinco de ellos se encontraban de vacaciones) y en el caso de los otros siete, hubo llamados y correos electrónicos de familiares hacia la Embajada diciendo que sabían que estaban en esa región y preguntando por ellos.
LUNA DE MIEL
Mientras se aguardaba tener más noticias sobre los argentinos que podrían haberse visto afectados por el trágico sismo, Alejandro Barera informó que su hermano, Juan Pablo, y la esposa de éste, Carolina, estaban de luna de miel en Tailandia y sufrieron las consecuencias del terremoto, aunque dijo que estaban bien.
"A pesar de todo, parece que están bien. Estaban pasándola bárbaro y de pronto se encontraron con una ola impresionante", dijo Barrera, quien señaló que su flamante cuñada se comunicó con él vía e-mail y le dijo que estaban bien de salud.
También trascendió que un joven de origen cordobés que vive en Nueva Zelanda estaba en esa zona junto a un amigo chileno, y también se indicó que ambos están bien.
Por ahora, el caso más preocupante es el del ingeniero argentino y su bebé, quienes en medio del desastre se separaron de la mujer del profesional, también argentina.
Cecilia Verónica Quadri, consejera a cargo de la Embajada argentina en Malasia, indicó que está haciendo gestiones para establecer la suerte corrida por ese matrimonio y su pequeño hijo, en tanto en Buenos Aires el tío del ingeniero desaparecido, Eduardo Echeverry, confirmó el hecho.
El argentino que fue alcanzado por las consecuencias del terremoto es el ingeniero Diego Talevi, de 33 años, quien trabaja desde hace cuatro años en la filial de una empresa constructora alemana en Kuala Lumpur, Malasia.
Allí vive desde hace cuatro años con su esposa, María Carolina Vardabasso Blanco, de 29 años, también argentina, y el bebé de ambos, nacido hace un año en Singapur.
La noticia sobre la desaparición del hombre y su bebé fue relatada por la esposa del ingeniero a Eduardo Echeverry, a través de un teléfono celular que le prestaron en un centro asistencial al cual fue llevada luego del terremoto.
La joven sufrió algunas heridas cortantes "y posiblemente una fractura", según explicó el tío de su esposo, con quien logró comunicarse.
El ingeniero, su esposa y el bebé de ambos estaban de vacaciones por unos días en la isla Phi Phi, en Tailandia, y sufrieron las consecuencias del gigantesco terremoto que afectó a siete países y generó olas de hasta 10 metros de altura, causando terribles daños.
Echeverry relató que, según el testimonio de la joven, ella y su esposo -que tenía al bebé en brazos- intentaron huir de una ola gigantesca, la cual los arrastró.
Antes de perder el conocimiento, ella alcanzó a ver que otras personas estaban auxiliando a su esposo y a su bebé, aunque hasta ahora se carece de noticias de ellos.
Ella fue derivada a un hospital de la zona, donde recuperó el conocimiento, y pudo comunicarse con su familia gracias al teléfono celular que le prestó otro turista accidentado.
En esa llamada, la mujer dijo que tenía problemas porque en ese establecimiento nadie hablaba español o inglés, y además la persona que le prestó el celular ya abandonaba el hospital, por lo que quedó virtualmente incomunicada.
El tío del ingeniero indicó que han intentado llamar desde aquí a ese hospital, pero los teléfonos no responden.
Echeverry afirmó que tiene la esperanza de que su sobrino y su hijo estén a salvo, y que todavía no hayan aparecido dada la confusión que debe imperar en esa zona devastada por el terrible sismo.
En tanto, su esposa se encuentra internada en un hospital, donde se repone de las heridas que sufrió después de que los arrastrara una ola gigantesca.
Según lo indicado ayer por el embajador argentino en Tailandia, Carlos García, en total podrían llegar a 14 los ciudadanos argentinos que estaban en la zona afectada por el sismo y posteriormente por las gigantescas olas que causaron enormes destrozos en siete países.
En ese sentido, el embajador, en declaraciones formuladas a varias radios capitalinas desde Tailandia, señaló que siete de esos ciudadanos estaban efectivamente en la región afectada (cinco de ellos se encontraban de vacaciones) y en el caso de los otros siete, hubo llamados y correos electrónicos de familiares hacia la Embajada diciendo que sabían que estaban en esa región y preguntando por ellos.
LUNA DE MIEL
Mientras se aguardaba tener más noticias sobre los argentinos que podrían haberse visto afectados por el trágico sismo, Alejandro Barera informó que su hermano, Juan Pablo, y la esposa de éste, Carolina, estaban de luna de miel en Tailandia y sufrieron las consecuencias del terremoto, aunque dijo que estaban bien.
"A pesar de todo, parece que están bien. Estaban pasándola bárbaro y de pronto se encontraron con una ola impresionante", dijo Barrera, quien señaló que su flamante cuñada se comunicó con él vía e-mail y le dijo que estaban bien de salud.
También trascendió que un joven de origen cordobés que vive en Nueva Zelanda estaba en esa zona junto a un amigo chileno, y también se indicó que ambos están bien.
Por ahora, el caso más preocupante es el del ingeniero argentino y su bebé, quienes en medio del desastre se separaron de la mujer del profesional, también argentina.
Cecilia Verónica Quadri, consejera a cargo de la Embajada argentina en Malasia, indicó que está haciendo gestiones para establecer la suerte corrida por ese matrimonio y su pequeño hijo, en tanto en Buenos Aires el tío del ingeniero desaparecido, Eduardo Echeverry, confirmó el hecho.
El argentino que fue alcanzado por las consecuencias del terremoto es el ingeniero Diego Talevi, de 33 años, quien trabaja desde hace cuatro años en la filial de una empresa constructora alemana en Kuala Lumpur, Malasia.
Allí vive desde hace cuatro años con su esposa, María Carolina Vardabasso Blanco, de 29 años, también argentina, y el bebé de ambos, nacido hace un año en Singapur.
La noticia sobre la desaparición del hombre y su bebé fue relatada por la esposa del ingeniero a Eduardo Echeverry, a través de un teléfono celular que le prestaron en un centro asistencial al cual fue llevada luego del terremoto.
La joven sufrió algunas heridas cortantes "y posiblemente una fractura", según explicó el tío de su esposo, con quien logró comunicarse.
El ingeniero, su esposa y el bebé de ambos estaban de vacaciones por unos días en la isla Phi Phi, en Tailandia, y sufrieron las consecuencias del gigantesco terremoto que afectó a siete países y generó olas de hasta 10 metros de altura, causando terribles daños.
Echeverry relató que, según el testimonio de la joven, ella y su esposo -que tenía al bebé en brazos- intentaron huir de una ola gigantesca, la cual los arrastró.
Antes de perder el conocimiento, ella alcanzó a ver que otras personas estaban auxiliando a su esposo y a su bebé, aunque hasta ahora se carece de noticias de ellos.
Ella fue derivada a un hospital de la zona, donde recuperó el conocimiento, y pudo comunicarse con su familia gracias al teléfono celular que le prestó otro turista accidentado.
En esa llamada, la mujer dijo que tenía problemas porque en ese establecimiento nadie hablaba español o inglés, y además la persona que le prestó el celular ya abandonaba el hospital, por lo que quedó virtualmente incomunicada.
El tío del ingeniero indicó que han intentado llamar desde aquí a ese hospital, pero los teléfonos no responden.
Echeverry afirmó que tiene la esperanza de que su sobrino y su hijo estén a salvo, y que todavía no hayan aparecido dada la confusión que debe imperar en esa zona devastada por el terrible sismo.
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