En el Bosque se imponen el abandono y la indiferencia de quienes deben cuidarlo

El proceso de deterioro que ha sufrido en los últimos años el Bosque de nuestra ciudad -proceso que sigue su curso-, no parece encontrar a esta altura soluciones. Por otra parte, las medidas tomadas en algún momento han dado escaso resultado. Si hubiera que manejarse por las evidencias concretas, es decir por los antecedentes inmediatos, por lo que surge del testimonio de los actuales visitantes del lugar y lo que deriva de la mera observación directa, podría concluirse que el mantenimiento del citado lugar no pasa por ser una de las preocupaciones mayores de las actuales autoridades municipales.

En una recorrida realizada por el diario quedó al descubierto que las esculturas están cada vez más deterioradas, la gruta se encuentra abandonada a su suerte y amontona basura en su interior, las tapas de las cabinas de luz y gas han desaparecido por completo y las farolas que permanecen intactas pueden contarse con los dedos de una mano porque la mayoría han sido afectadas por el vandalismo. El lago tampoco tiene actualmente su mejor cara, dejando en evidencia que hace mucho tiempo no recibe trabajos de mantenimiento.

Pero hay más. En uno de los accesos al anfiteatro Martín Fierro las cabinas de gas y otros servicios ya no cuentan con tapas y las instalaciones están a la vista de todos, lo que incluye cierta facilidad para el vandalismo que se apropia de metales en la región. Incluso, hay instalaciones de luz que tienen los cables colgando en distintos sectores del Paseo del Bosque, contemplando mayor peligro para los chicos que circulan por este predio.

En definitiva, salta a la vista que no sólo siguen sin concretarse las obras programadas e iniciadas para recuperarlo sino que el transcurso del tiempo sin que se cumplimenten las imprescindibles tareas de mantenimiento han convertido al tradicional paseo en un testimonio del abandono que acusan varios sectores de la ciudad.

Durante todo el año, el Bosque es escenario de paseos y también razones de estudio determinan la frecuentación del lugar, en cuyas inmediaciones tienen su sede importantes centros científicos y de investigación. Todo su contexto es estimable y digno de consideración especial, y el abandono que ofrece actualmente importa una lesión para uno de los bienes más directos del patrimonio platense. Dar lugar a su desmerecimiento comporta una actitud inquietante porque implica desprecio hacia uno de los valores caros al sentimiento de la comunidad local.

Resulta ya imprescindible poner manos a las obras para corregir el actual deterioro y que la Municipalidad active los trabajos que ahora no realiza que apuntarán a prestarle cuidados elementales al principal paseo de la ciudad.

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