Crimen en Gonnet: un testigo comprometió a las acusadas

El comisario Daniel Vera dijo que una de las imputadas le confesó su participación en el hecho

En la segunda jornada del juicio oral y público que se sigue en los tribunales de nuestra ciudad por un caso de secuestro extorsivo y posterior asesinato de una joven de 22 años, cuyo cadáver calcinado fue encontrado en noviembre del año 2000 en la localidad de Manuel B. Gonnet, declararon varios policías, uno de los cuales comprometió seriamente la situación procesal de las tres imputadas.

Fuentes judiciales indicaron que se trata del comisario Daniel Vera, jefe del operativo que finalizó con la captura de Elida Irene Disopra, Marta Graciela Orellana y María Susana Valodosky, las tres mujeres imputadas como presuntas autoras del rapto y homicidio de María Laura Alvarez, quien dijo que una de ellas, en un estado de shock y al estallar en llanto, habría reconocido su vinculación al caso.

En ese sentido, el jefe policial recordó que la detenida Di Sopra comenzó a hablar en voz alta diciéndole que "habían matado a la chica junto con Graciela (Orellana) y Susana (Valodosky)".

También narró detalladamente cómo se sincronizaron las escuchas telefónicas para detectar de inmediato el lugar de dónde provenía el llamado pidiendo el rescate por Alvarez.

Sobre este tema, una comitiva policial, al mando del comisario Vera, "logró detener a Orellana y a Di Sopra, que estaba al volante del VW Gol blanco", explicó.

Por último, el comisario indicó que tiene todavía presente "el secuestro del bidón de nafta que las mujeres adquirieron en una estación de servicio YPF, ubicada en Centenario y Güemes de City Bell, un cuchillo tipo machete, un trapo con restos de sangre y tickets de la autopista La Plata-Buenos Aires".

EXTREMA TENSION

En la jornada del lunes, la primera del juicio, Adoración Gutiérrez, madre de la víctima, que varias veces debió interrumpir su testimonio agobiada por tanta angustia y dolor, acusó a un médico de nacionalidad peruana, que presuntamente trabajaba en una clínica junto a su hija, de "seducirla" para apoderarse de un plazo fijo familiar de 28.000 pesos, que habían obtenido por la venta de una propiedad.

La mujer, de acuerdo a la información suministrada por voceros calificados, comentó ante el tribunal que ese profesional "sospechosamente" viajó a Perú unos días antes del secuestro y asesinato, para regresar unos días después.

"No es casualidad que una de las imputadas, Elida Irene Disopra, era su segunda esposa. Ella era bruja, tenía una santería y tiraba las cartas", indicó visiblemente angustiada.

Si bien por por este aberrante homicidio que conmovió a nuestra ciudad son juzgadas tres mujeres, para Gutiérrez se trató de un crimen por "encargo".

A su turno, el padre de la chica, que avaló el anterior testimonio, dijo que nunca se imaginó que un hombre grande podía seducir a la hija. "Igualmente ella estaba encaprichada y tenía mucho carácter. No hacía caso cuando la aconsejaba para que lo dejara".

Mañana, a partir de las 9, proseguirá el debate con la declaración de más testigos.

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