Laguna de Cochicó: grandes pejerreyes y en cantidad
Un ámbito lejano pero sumamente rendidor en donde se pesca sólo con mojarras
| 21 de Junio de 2007 | 00:00

Como culminación de este gran viaje que emprendimos por las lagunas de Sauce Grande y Chasicó, no podíamos volvernos, junto a Salvador Lomgobuco y Néstor Sosa, si no relevábamos la de Cochicó.
Esta laguna que comenzó la temporada con todos sus bríos, se vio opacada por los grandes fríos con temperaturas de bajo cero, que aletargaron bastante a los pejerreyes perjudicando la pesca deportiva.
Para llegar se toma la Ruta 215 hasta Monte, luego la 41 hasta Lobos, y desde allí se sigue por la 205 hasta Bolívar, en donde se empalma con la 65 hasta llegar a Guaminí.
Ya la temporada pasada se vio que la siembra de alevinos de pejerreyes que se colocaron en años anteriores había dado resultados. Cuando a una laguna se la cuida y se la atiende como es debido el recurso nunca se agota. Las autoridades de Guaminí entendieron que la pesca y el turismo dejan un buen ingreso, en base a esto la laguna se ve cada vez mejor con muy buenas capturas.
Como de costumbre, nos recibió nuestro amigo Juan Pieruzzini es su complejo a la vera de la laguna llamado Parador 21; ya nos había anticipado que la pesca del principio de temporada había mermado, pero estaban saliendo portes de mejor calidad.
LA LAGUNA
La de Cochicó es una de las lagunas de mayor longitud, con casi 20 kms. de distancia entre el embarcadero y las bombas que comunican con la laguna Alsina, pero su ancho no supera los 4 kms. Tiene una profundidad aproximada de 3,5 metros en su parte media y sectores de costa con 40 cms.; sus aguas tienen una coloración verde amarronada.
Nos comentó el director de Turismo de Guamini, Daniel Caivano, que están tomando aguas de la laguna Alsina con las bombas para mantener el nivel de la Cochicó, con un acierto para este año ya que no bajó de nivel con respeto a 2006 sino que aumentó unos 80 cms.
Además, al guardaparque se le compró un visor nocturno para patrullar la laguna de noche, y se instaló de una estación de meteorología conectada directamente con Bahía Blanca para tener informes exactos y no correr riesgos en la laguna cuando algún temporal se aproxime.
LA PESCA
La mañana se presentaba nublada con viento del sector oeste muy suave que planchaba a la laguna. Nuestro primer intento lo realizaríamos en dirección a una hilera de palos, que Juan nos había marcado para la media mañana cuando el sol calentara algo. Mientras tanto, un garete por el centro de la laguna para levantar algunos pejerreyes medianos no vino mal.
Como el sol nos daba de espaldas usamos boyas tipo chapetonas de dos colores negras y rojo, amarillo y negro y totalmente amarillas, con las que arrancó Salvador; los equipos se completaron con cañas de 4,20 metros y reeles cargados con multifilamento; anzuelos n° 1 y 2/0 encarnando con mojarras vivas, algo fundamental a la hora de pescar.
A pesar del poco viento las líneas salían correctamente, algo más lento de lo normal, pero no impedían que navegaran.
Los pique se dieron con mucha intermitencia, con portes medianos que superaban los 25 cms.; al tener una coloración oscura el agua le iban mejor al color amarillo de la línea de Salvador; de esta manera capturamos unos 30 ejemplares de los cuales la mayoría devolvimos al agua porque sabíamos que sacaríamos más grandes.
CAMBIO DE LUGAR
Casi llegando al mediodía, levantamos las cañas y salimos en dirección de la fila de postes sumergidos que nos comentó Juan y que están pasando la casa de techo verde, muy fácil de identificar en la costa derecha en dirección de las bombas.
Cuando llegamos, apagamos el motor de la lancha y comenzamos a remar pasando el límite de los palos, y fondeamos a casi 30 metros de la costa; no habría más de 50 cms. de profundidad, lugar donde el sol calentaría más rápido el agua.
Intentamos tirar las líneas lo más lejos posible de la embarcación, en forma perpendicular a la costa, el viento haría el resto. Aquí tuvimos tres piques consecutivos de pejerreyes de 30 a 35 cms., mejorando los portes ya capturados. Habíamos pensado que estarían allí, pero duró poco porque una lancha que se encontraba a la derecha nuestra y a unos 150 metros salió rumbo al centro de la laguna y con el ruido del motor espantó a los pocos pejes de la zona.
Decidimos cambiar de lugar y poner rumbo a zona cerca de las bombas donde se veían varios pescadores pescar de costa. Apagamos el motor y volvimos a entrar en esa zona baja con los remos.
Como en la anterior zona sacamos algunos pejes pero su tamaño no nos satisfizo, por lo que dejamos de pescar para almorzar.
A LA TARDE
Volvimos a la zona de los palos por si estaban ahí antes de emprender a otro lugar, ya que por su cercanía se justificaba el movimiento, pero como en la anterior vez no dimos con los grandes; sólo se dieron un par de piques.
En la costa opuesta se ubicaba la lancha que a la mañana se había ido de ese lugar, no moviéndose en ningún momento, lo que indicaba que estaban haciendo pesca.
Salimos para esa costa anclar a unos 200 metros de donde estaban ellos, y a unos 50 de la costa. Cuando entramos se veían muchos bulos de pejerrey y un gran cardumen más adelante; tomamos los remos y fuimos en esa dirección.
Para llegar más lejos colocamos un puntero cargado en nuestras líneas y encarnamos con mojarras grandes y con dos si eran chicas.
El pique no tardó; apenas caían los aparejos al agua salían disparadas algunas de las boyas, clavándolos apenas se movían de lo contrarío se robaban la mojarra. Los portes eran todos muy interesantes con algunos de más de 50 cms. y la mayoría estaban en los 40 y 45; a medida que se alejaba el cardumen los de tamaños más chicos atacaban nuestra carnadas.
Nos movíamos de a poco para ir de tras del cardumen y no perder la distancia de tiro; lo que notábamos era que se acercaban cada vez más a la costa, cosa que nosotros no podíamos hacer para no encallar la embarcación.
Intentamos con filet del mismo pejerrey y con el único dientudo que capturamos, pero no teníamos respuesta alguna; sólo tomaban mojarras.
Ya casi con el sol poniéndose dimos por terminada la pesca con la cuota hecha; se pescaron tamaños realmente muy buenos, terminando con todo éxito nuestra pesca en lago Cochicó.
El Parador 21 cuenta con cabañas en alquiler, servicio de limpieza de pescado, tres lanchas con guía, y una proveeduría. Teléfono de Juan Pieruzzini, (02923) 156-55703.
Esta laguna que comenzó la temporada con todos sus bríos, se vio opacada por los grandes fríos con temperaturas de bajo cero, que aletargaron bastante a los pejerreyes perjudicando la pesca deportiva.
Para llegar se toma la Ruta 215 hasta Monte, luego la 41 hasta Lobos, y desde allí se sigue por la 205 hasta Bolívar, en donde se empalma con la 65 hasta llegar a Guaminí.
Ya la temporada pasada se vio que la siembra de alevinos de pejerreyes que se colocaron en años anteriores había dado resultados. Cuando a una laguna se la cuida y se la atiende como es debido el recurso nunca se agota. Las autoridades de Guaminí entendieron que la pesca y el turismo dejan un buen ingreso, en base a esto la laguna se ve cada vez mejor con muy buenas capturas.
Como de costumbre, nos recibió nuestro amigo Juan Pieruzzini es su complejo a la vera de la laguna llamado Parador 21; ya nos había anticipado que la pesca del principio de temporada había mermado, pero estaban saliendo portes de mejor calidad.
LA LAGUNA
La de Cochicó es una de las lagunas de mayor longitud, con casi 20 kms. de distancia entre el embarcadero y las bombas que comunican con la laguna Alsina, pero su ancho no supera los 4 kms. Tiene una profundidad aproximada de 3,5 metros en su parte media y sectores de costa con 40 cms.; sus aguas tienen una coloración verde amarronada.
Nos comentó el director de Turismo de Guamini, Daniel Caivano, que están tomando aguas de la laguna Alsina con las bombas para mantener el nivel de la Cochicó, con un acierto para este año ya que no bajó de nivel con respeto a 2006 sino que aumentó unos 80 cms.
Además, al guardaparque se le compró un visor nocturno para patrullar la laguna de noche, y se instaló de una estación de meteorología conectada directamente con Bahía Blanca para tener informes exactos y no correr riesgos en la laguna cuando algún temporal se aproxime.
LA PESCA
La mañana se presentaba nublada con viento del sector oeste muy suave que planchaba a la laguna. Nuestro primer intento lo realizaríamos en dirección a una hilera de palos, que Juan nos había marcado para la media mañana cuando el sol calentara algo. Mientras tanto, un garete por el centro de la laguna para levantar algunos pejerreyes medianos no vino mal.
Como el sol nos daba de espaldas usamos boyas tipo chapetonas de dos colores negras y rojo, amarillo y negro y totalmente amarillas, con las que arrancó Salvador; los equipos se completaron con cañas de 4,20 metros y reeles cargados con multifilamento; anzuelos n° 1 y 2/0 encarnando con mojarras vivas, algo fundamental a la hora de pescar.
A pesar del poco viento las líneas salían correctamente, algo más lento de lo normal, pero no impedían que navegaran.
Los pique se dieron con mucha intermitencia, con portes medianos que superaban los 25 cms.; al tener una coloración oscura el agua le iban mejor al color amarillo de la línea de Salvador; de esta manera capturamos unos 30 ejemplares de los cuales la mayoría devolvimos al agua porque sabíamos que sacaríamos más grandes.
CAMBIO DE LUGAR
Casi llegando al mediodía, levantamos las cañas y salimos en dirección de la fila de postes sumergidos que nos comentó Juan y que están pasando la casa de techo verde, muy fácil de identificar en la costa derecha en dirección de las bombas.
Cuando llegamos, apagamos el motor de la lancha y comenzamos a remar pasando el límite de los palos, y fondeamos a casi 30 metros de la costa; no habría más de 50 cms. de profundidad, lugar donde el sol calentaría más rápido el agua.
Intentamos tirar las líneas lo más lejos posible de la embarcación, en forma perpendicular a la costa, el viento haría el resto. Aquí tuvimos tres piques consecutivos de pejerreyes de 30 a 35 cms., mejorando los portes ya capturados. Habíamos pensado que estarían allí, pero duró poco porque una lancha que se encontraba a la derecha nuestra y a unos 150 metros salió rumbo al centro de la laguna y con el ruido del motor espantó a los pocos pejes de la zona.
Decidimos cambiar de lugar y poner rumbo a zona cerca de las bombas donde se veían varios pescadores pescar de costa. Apagamos el motor y volvimos a entrar en esa zona baja con los remos.
Como en la anterior zona sacamos algunos pejes pero su tamaño no nos satisfizo, por lo que dejamos de pescar para almorzar.
A LA TARDE
Volvimos a la zona de los palos por si estaban ahí antes de emprender a otro lugar, ya que por su cercanía se justificaba el movimiento, pero como en la anterior vez no dimos con los grandes; sólo se dieron un par de piques.
En la costa opuesta se ubicaba la lancha que a la mañana se había ido de ese lugar, no moviéndose en ningún momento, lo que indicaba que estaban haciendo pesca.
Salimos para esa costa anclar a unos 200 metros de donde estaban ellos, y a unos 50 de la costa. Cuando entramos se veían muchos bulos de pejerrey y un gran cardumen más adelante; tomamos los remos y fuimos en esa dirección.
Para llegar más lejos colocamos un puntero cargado en nuestras líneas y encarnamos con mojarras grandes y con dos si eran chicas.
El pique no tardó; apenas caían los aparejos al agua salían disparadas algunas de las boyas, clavándolos apenas se movían de lo contrarío se robaban la mojarra. Los portes eran todos muy interesantes con algunos de más de 50 cms. y la mayoría estaban en los 40 y 45; a medida que se alejaba el cardumen los de tamaños más chicos atacaban nuestra carnadas.
Nos movíamos de a poco para ir de tras del cardumen y no perder la distancia de tiro; lo que notábamos era que se acercaban cada vez más a la costa, cosa que nosotros no podíamos hacer para no encallar la embarcación.
Intentamos con filet del mismo pejerrey y con el único dientudo que capturamos, pero no teníamos respuesta alguna; sólo tomaban mojarras.
Ya casi con el sol poniéndose dimos por terminada la pesca con la cuota hecha; se pescaron tamaños realmente muy buenos, terminando con todo éxito nuestra pesca en lago Cochicó.
El Parador 21 cuenta con cabañas en alquiler, servicio de limpieza de pescado, tres lanchas con guía, y una proveeduría. Teléfono de Juan Pieruzzini, (02923) 156-55703.
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