Palacio de verano con mucha historia

El Palacio de Marivent es la residencia estival de la familia real española, situada en Cala Mayor, de cara a la bahía, en la isla de Palma de Mallorca.

El edificio fue construido en 1923 por el arquitecto mallorquín Guillermo Corteza para Juan de Saradakis, un artista griego, ingeniero de profesión, que decidió afincarse en Mallorca cautivado por su luz y su paisaje.

La viuda del arquitecto cedió el palacio al Patrimonio del Estado, y desde 1974 es utilizado por la familia real para sus vacaciones de verano.

Allí se reúnen los Reyes con sus hijos y nietos, por eso cuando las Infantas y el Príncipe Felipe de Borbón formaron sus propias familias Marivent comenzó a quedar pequeño.

A mitad de los años 90, el gobierno de las Islas Baleares, al que pertenece Mallorca, firmó un convenio con el Ministerio de Defensa para hacerse con la cesión, por 99 años, de unos terrenos anexos a Marivent y un Palacete, que ahora están destinados a uso de la familia real.

El Palacete de Sont Vent (sitio de viento, en mallorquín), era la antigua residencia de oficiales y la antigua casa de los posaderos, muy cerca de Marivent.

El Palacete de tres plantas y de estilo mallorquín, está situado, como Marivent, en la cima de un acantilado en Porto Pi, en las afueras de Palma, y es utilizado como residencia de verano por los Príncipes de Asturias.

Desde su terraza se disfruta de unas magníficas vistas al mar y al amplio jardín -poblado de pinos, palmeras, limoneros e higueras- donde se ubica, entre la exuberante vegetación, la piscina y un antiguo pozo.

Sin embargo, entre las reformas llevadas a cabo en los últimos años habría que destacar las obras de gran envergadura realizadas en todo el perímetro del complejo para sustituir el viejo muro por otro de mayor altura -tres metros-, grosor y consistencia, dotando así de mayor seguridad y privacidad el total de la superficie del complejo de Marivent.

Entre las extremas medidas de seguridad que rodean Marivent, especialmente desde que se advierte una creciente amenaza del terrorismo internacional, se incluye la protección del espacio aéreo en un radio de de dos millas.