Buscan evitar el remate de la sede de un centro cultural
| 31 de Julio de 2007 | 00:00

Una orden de remate del edificio donde realizan distintas actividades los integrantes del Centro Social y Cultural Olga Vázquez en 60 entre 10 y 11, movilizó a quienes trabajan en ese lugar en proyectos autogestivos desde el año 2003. "Acá funciona una pizzería, talleres de costura, tejido, herrería y electricidad. Más de 20 personas se ganan la vida con proyectos que se gestaron en este grupo", comentó Cristian de León.
Según comentaron los ocupantes del edificio, ellos recuperaron ese lugar, que estaba abandonado desde hacía diez años, cuando la escuela privada que funcionaba en esas instalaciones quebró. "Los dueños nunca aparecieron, pero hay una hipoteca del Banco Provincia que no se pagó y esa entidad quiere cobrar; por eso se apura el remate", dijo una de las personas movilizadas.
En ese edificio viven también dos estudiantes del interior. "Muchas personas están vinculadas a este lugar y por eso los próximos 5 y 12 de agosto haremos exposiciones en la calle para que todos puedan ver cuál es la actividad que desarrollamos", agregaron.
Herminia Lago tiene 53 años y como su compañera, Lidia Echevarría, dejó de ser desocupada gracias al taller de costura en el que trabajan todos los días. "No sacamos un gran sueldo, pero nos ganamos la vida. A veces cosemos guardapolvos o remeras y así subsistimos", contó la mujer.
Según comentaron los ocupantes del edificio, ellos recuperaron ese lugar, que estaba abandonado desde hacía diez años, cuando la escuela privada que funcionaba en esas instalaciones quebró. "Los dueños nunca aparecieron, pero hay una hipoteca del Banco Provincia que no se pagó y esa entidad quiere cobrar; por eso se apura el remate", dijo una de las personas movilizadas.
En ese edificio viven también dos estudiantes del interior. "Muchas personas están vinculadas a este lugar y por eso los próximos 5 y 12 de agosto haremos exposiciones en la calle para que todos puedan ver cuál es la actividad que desarrollamos", agregaron.
Herminia Lago tiene 53 años y como su compañera, Lidia Echevarría, dejó de ser desocupada gracias al taller de costura en el que trabajan todos los días. "No sacamos un gran sueldo, pero nos ganamos la vida. A veces cosemos guardapolvos o remeras y así subsistimos", contó la mujer.
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