40 Años: el día en que El Intocable hizo historia en Japón

El triunfo de Nicolino Locche ante Paul Fuji, un recuerdo inolvidable

Ya pasaron 40 años de aquella notable pelea que Nicolino Locche le ganó a Paul Fuji, en la que el argentino se adueñó de la corona de los welter junior, que hasta ahí estaba en poder de su entonces rival. El argentino pasaba su mejor momento y a los que recuerdan esa pelea, se les debe estar piantando un lagrimón. El boxeador mendocino surgió de la escuela de Francisco Bermúdez, y se hizo conocido como el "Intocable".

Después de haber ganado los títulos nacionales y sudamericanos, Locche, con 29 años, tuvo la gran posibilidad de pelear por la corona de la Asociación Mundial (AMB). Su oponente era Fuji, un hawaiano nacionalizado japonés, quien tenía todo a favor para retener el cinturón, aunque nada salió como lo imaginaba.

Acompañado por un reducido grupo de colaboradores y unos pocos periodistas, el mendocino se embarcó rumbo a Oriente con una confianza enorme. Una anécdota interesante de este momento fue la que vivió con el locutor Jorge Fontana, quien viajó para participar de una transmisión radial. Al día anterior, había escrito un discurso diciendo que Locche perdía, pero éste lo escuchó y se lo rompió.

Volviendo a la pelea hay que decir que el entonces campeón se enfrentó con un rival sumamente incómodo como lo era el argentino, dueño de un estilo por demás peculiar, basado en una cintura prodigiosa. Fue una exhibición sensacional, con nueve rounds en los que el mendocino esquivaba todo lo que tiraba su oponente, al tiempo que golpeaba con justeza.

Abatido y destruido psicológicamente, el japonés no salió en el décimo round y dejó el título en manos de su rival, quien se convertía en el tercer campeón mundial argentino, tras los éxitos de Pascual Pérez y Horacio Accavallo. Después, el nuevo campeón defendió exitosamente la corona en seis oportunidades hasta que se cruzó con el panameño Alfonso Peppermint Frazier, quien lo venció en su país en 1972.

Un año más tarde intentó recuperar el cetro, pero cayó ante el colombiano Antonio Cervantes, a quien había derrotado en el 71 y ahí empezó su declive. Sin embargo, siguió peleando y congregando multitudes en el estadio Luna Park, donde mantuvo su idilio con el público. Nicolino, con muchos adeptos y también enemigos, le quitó el costado dramático al boxeo. Algunos decían que no sabía pegar, pero no le hacía falta porque casi siempre neutralizaba los de su rival. Ingresó al Salón de la Fama del boxeo, con sede en Nueva York, en 2003 y dos años más tarde falleció en su provincial natal, pero su recuerdo permanece inalterable.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE