Murió veterinario asaltado

Los médicos descubrieron que tenía una herida de arma de fuego. No hay pistas del agresor

El veterinario Edgardo Vallefín (41), que el viernes pasado había sido asaltado en su local del barrio La Loma, murió horas después en el hospital San Juan de Dios, donde los médicos que lo asistieron comprobaron que presentaba una herida de arma de fuego.

Según pudo saber este diario, el proyectil alcanzó al profesional debajo de las costillas, sobre su lado derecho, y resultó letal.

Si bien también presentaba un fuerte golpe en la cabeza, el deceso se produjo porque la bala, presumiblemente disparada con una pistola calibre 380 ó 9 milímetros, comprometió su vena cava.

"Sufrió una hemorragia interna y falleció. Realmente estamos muy sorprendidos, porque el hombre estuvo consciente en todo momento y jamás nos refirió haber recibido un disparo. Hasta fue caminando a la camilla", explicó extrañado un jefe policial.

El hecho, como publicó este diario en su edición de ayer, ocurrió en diagonal 73 N° 2733, entre 22 y 23, alrededor de las 18.30. En ese lugar, Vallefín atendía su veterinaria cuando ingresó un hombre robusto, alto y de pelo oscuro. En sus brazos llevaba un pequeño "Pitbull Atigrado". Pero sólo era para maquillar sus verdaderas intenciones delictivas.

LOCURA CRIMINAL

Al parecer, en medio del asalto, Vallefín pudo haberse resistido. Y se produjo un forcejeo, que terminó de la peor manera.

"Un vidrio se rompió y tal vez el ruido haya tapado el del disparo. De otra forma, no podemos entender cómo nadie lo advirtió antes. Para colmo, no había sangre", agregó el vocero consultado.

Poco después, apenas la madre del veterinario, que sufrió un shock nervioso, le entregó al delincuente unos 2.000 pesos, éste volvió sobre sus pasos, agarró el perro y salió del negocio como si nada hubiere sucedido, a tan sólo 80 metros de la comisaría cuarta.

REVUELO

La llegada de la Policía y, de una ambulancia del Sies (Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias), generó revuelo en todo el vecindario, sobre todo al ver que se llevaban al veterinario en una camilla.

Su hermano Carlos, camarista federal, fue quien lo asistió en todo momento y quien lo acompañó hasta el hospital San Juan de Dios, donde, horas más tarde, se recibió la peor noticia.

Respecto del autor del homicidio, poco y nada se sabía al cierre de esta edición.

La única persona en condiciones de aportar datos de interés para la causa es la madre, de 74 años, aunque por su estado emocional los pesquisas tardarán varias horas en poder tomarle testimonio.

El padre, en tanto, no se encontraba en el inmueble, de acuerdo al reporte oficial.

NADIE VIO NADA

"Rastrillamos la cuadra de arriba a abajo. E incluso fuimos más allá. Hacia la plaza de 19 y 44 y hasta al parque Alberti, pero nadie vio nada", reconoció una persona con acceso al expediente.

La investigación del hecho, por el que se habían labrado actuaciones como "robo calificado y lesiones", con intervención de la UFI N° 9 de Alejandro Villordo, quedó ahora en manos de los fiscales María Laura D'Gregorio y Sergio Delucis, de la UFI N° 4, con conocimiento del juzgado de garantías de Guillermo Atencio, quienes ordenaron que, atento el resultado trágico de la agresión, el sumario sea recaratulado a "homicidio en ocasión de robo".

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