Cuatro amigos unidos por una pasión

Nacieron en La Plata y, por caminos separados, comenzaron a practicar la pesca deportiva, la gran pasión que tenían en común. Un día, años atrás, confluyeron por primera vez en un contingente que viajó a una laguna de la provincia de Buenos Aires a pescar pejerrey. Y, desde entonces, con regularidad, siguieron recorriendo juntos los pesqueros del país.

Entablaron una linda relación, que sus allegados describieron como próxima a la amistad. Compartieron la emoción de las grandes faenas, los fríos de las mañanas de inviern
o, hasta los sinsabores de las jornadas sin pique. Y en la que se suponía iba a ser una excursión más, de las tantas que los tuvieron como protagonistas, hallaron la muerte de manera trágica.

Néstor Emilio Rossi (54), Alberto Antonio Scorffield (51), Angel José Cretti (71) y Carlos Ruiz circulaban en una combi Renault Traffic, al igual que otros pescadores (ver aparte). Recién habían recorrido algo más de un tercio del camino hacia Carhué, donde tenían previsto pescar pejerrey desde la costa. Cuando quedaron inmersos en un triple choque con un camión y un micro, que les costó la vida.

Rossi conducía la camioneta, y sentía una pasión similar por los autos que por la pesca, según cuentan sus amigos. Hincha de Independiente, integraba la comisión directiva de la Unión de Propietarios de Autos Taxi de La Plata desde hacía 20 años. "Llevaba al 'tacho' en la sangre, era su vida. Después de tantos años de andar en la calle, seguía sintiendo la misma pasión por manejar. Lo mismo le pasaba con la pesca", recordó su amigo Marcelo Santomássimo, presidente de UPAT.

"Era el alma máter. Todo el mundo lo conocía, lo quería y lo seguía. Incluso en la pesca. Le decíamos 'Loco', 'Enano' y 'Cucciufo', porque se parecía a José Luis, el ex jugador de la Selección Argentina. Estaba casado, tenía dos hijos (Lucas y Bianca), y tres nietos. Para mí era un hermano. Lo voy a extrañar mucho", agregó.

Respecto de Scorffield, Cretti y Ruiz, allegados a las víctimas le indicaron a este diario que eran habitués de las excursiones de pesca. Y que, por ser platenses y amar esta actividad, no tardaron en encontrarse en los negocios del rubro. Hasta que, finalmente, comenzaron a coincidir en los viajes a los principales pesqueros del país, que los unieron hasta el último día de sus vidas.