No hallan al cura que salió a volar atado a globos de fiesta

Buscaba lograr un nuevo récord mundial sobrevolando Brasil sostenido por al menos 500 piñatas de colores infladas con helio. En enero pasado había realizado una prueba similar sobre suelo argentino Ver las opiniones


Un sacerdote católico brasileño que se perdió en el mar cuando trataba de batir un récord de vuelo con al menos 500 globos de fiesta era buscado hoy por aviones y barcos militares.
 
Se trata de Adelir Antonio de Carli, de 42 años, quien partió el domingo por la mañana colgado a los globos desde la ciudad de Paranaguá, en el estado de Paraná, después de oficiar una misa.

"Creemos que todavía está vivo, hay muchas islas en la región", aunque "la corriente (en el mar) es muy fuerte", dijo Joao dos Santos Junior, subcomandante del Cuerpo de Bomberos de Sao Francisco do Sul, en el vecino estado de Santa Catarina.
 
Según dos Santos, el sacerdote habría derivado hacia las poblaciones costeras de Penha y Picarra, aún más al sur de Sao Francisco do Sul, informó el diario español El País.
 
De Carli pretendía dirigirse hacia el oeste de Paraná, tierra adentro, y marcar un récord de permanencia en el aire sostenido por globos de fiesta multicolores inflados con helio, pero el viento lo alejó hacia el sur, mar adentro.
 
El sacerdote es responsable de la Pastoral de Carreteras en Paranaguá, que ayuda a los camioneros, y también quería recopilar fondos para sus obras.
  
El último contacto con De Carli fue a las 19:40 (hora Argentina) del domingo, unas siete horas después de su partida, dijo Denise Gallas, coordinadora de la Pastoral de Carreteras de Paranaguá.

Dos aviones del Ejército y la policía, así como varios barcos de la Marina, intensificaron hoy la búsqueda de Carli, un aficionado de los vuelos con globos de fiesta, dijo el subcomandante de bomberos.

Efectivos de la marina, bomberos y pescadores participan en las tareas y recorren la costa, donde se encontraron muchos globos, agregó.

Antes de su intento por superar el récord de 19 horas de permanencia en el aire con esa modalidad, que tiene un estadounidense, el sacerdote realizó una prueba en enero.

En ese momento, partió de Ampére, en Paraná, y llegó a territorio argentino tras 4 horas y 15 minutos de vuelo.

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