Sin detenidos por una trágica explosión
Paralizada la causa por incendio de una fábrica de aerosoles
| 11 de Mayo de 2008 | 00:00

Por NESTOR LLIDO
La trágica explosión de la planta de una empresa de envasado de aerosoles, ocurrida hace un año en una humilde barriada de la localidad de Virrey del Pino y que dejó un saldo de siete jóvenes trabajadores muertos, se ha transformado en una causa judicial, que ya no tiene detenidos y se encuentra virtualmente paralizada, pese al reclamo de algunos de los familiares de las víctimas, quienes denunciaron que el expediente cambio su carátula y permitió la excarcelación, bajo fianza, de los imputados.
En la mañana del 9 de mayo de 2007, el presunto encendido de un cigarrillo en un ambiente viciado de gases acumulados habría derivado en el estallido del galpón de Aerosoles Argentinos S.A., de acuerdo a las pericias. El estruendo y el incendio se conjugaron para terminar con la vida, casi en el acto, de seis operarios y causar quemaduras gravísimas a otros dos, uno de los cuales falleció, luego de doce días de agonía. De inmediato, los vecinos pusieron al descubierto otro lado oscuro del hecho, los afectados estaban encerrados y los portones cerrados con candados, producto de las irregularidades condiciones laborales a las que habrían estado sometidos.
Esteban Pérez, de 18 años; Gastón Pizzo, 30; Gisela De Paula, de 28; Jessica Gómez, de 18; Carmen Toscano, de 24, Margarita Miranda, de 36, y Andrés Pereira, de 18, este último tras permanecer internado en una clínica privada del barrio porteño de Flores, resultaron las víctimas fatales. En tanto, dos de los heridos lograron recuperarse, aunque padecen secuelas físicas, y un décimo trabajador se salvó, en forma milagrosa, al ausentarse del lugar en que se produjo la explosión.
El propietario de la fábrica y el bioquímico que estaba a cargo de la supervisión técnico de la planta, que hoy ya no funciona en la calle Amancay al 5100 del barrio San Martín de Virrey del Pino fueron detenidos por su responsabilidad en la tragedia. En principio, se negaron declarar ante el primer fiscal de la causa, Sergio Carrera Fernández, aunque fueron procesados por homicidio culposo y lesiones culposas reiteradas. En los meses siguientes, la carátula de la causa giró hacia el cargo de estrago doloso y en poco tiempo más, ambos acusados lograron su excarcelación, previa caución juratoria.
"Asesinos andan sueltos"
"Se acaba de cumplir un año de la desgraciada tragedia de la explosión en la fábrica Aerosoles Argentinos de Virrey del Pino, que sesgó la siete vidas valiosas de jóvenes que se encontraban trabajando. Entre ellos, mi sobrino Andrés Erasmo Pereira, quien fue el último en fallecer, luego de doce días de desesperante agonía, con el 85 por ciento del cuerpo quemado, casi sin piel", manifestó Maria Cristina Pereira, tía de una de las víctimas y que se juramentó seguir la lucha "hasta que se haga justicia".
En diálogo con DIARIO POPULAR, la mujer consideró que este hecho "se produjo, en parte, por la apatía e ineptitud de los funcionarios que deben velar por la seguridad de los ciudadanos y no lo hacen" y agregó que "a esto se suma la falta de justicia, que permitió que el dueño de la empresa, Norberto Aníbal Zon, fuera detenido bajo el cargo de homicidio culposo, en una carátula que cambió a estrago doloso, para finalmente, durante el período de feria judicial, volver a ser calificada como homicidio culposo".
"Además, al igual que ocurrió con el bioquímico Ariel Marcelo Waisman, Zon logró, previo depósito de títulos de propiedad por valor de 300 mil pesos como fianza, se le concedió la excarcelación. Según pudimos averiguar puso como garantías a los terrenos donde funcionaba la fábrica, que ni siquiera alcanzan la mitad de esa suma. Este hombre que fue responsable de la vida de sus empleados, a quien los hacía trabajar en condiciones ilegales e infrahumanas, hoy es un asesino que anda suelto", denunció.
María Cristina Pereira opinó que "no ha pasado mucho tiempo, pero gran parte de la sociedad no recuerda ya este horripilante drama, reemplazado por otros de iguales o peores características, pero debe saber que la causa esta virtualmente paralizada, aunque no permitiremos que quede impune. Zon está libre, jactándose de que no volverá a estar preso y que está en condiciones de abrir una fábrica en alguna parte de la Costa Atlántica. Por eso, advertimos a otros jóvenes inocentes que no se presten a trabajar para este irresponsable y a la justicia que debe actuar para castigar a individuos de esta calaña".
La trágica explosión de la planta de una empresa de envasado de aerosoles, ocurrida hace un año en una humilde barriada de la localidad de Virrey del Pino y que dejó un saldo de siete jóvenes trabajadores muertos, se ha transformado en una causa judicial, que ya no tiene detenidos y se encuentra virtualmente paralizada, pese al reclamo de algunos de los familiares de las víctimas, quienes denunciaron que el expediente cambio su carátula y permitió la excarcelación, bajo fianza, de los imputados.
En la mañana del 9 de mayo de 2007, el presunto encendido de un cigarrillo en un ambiente viciado de gases acumulados habría derivado en el estallido del galpón de Aerosoles Argentinos S.A., de acuerdo a las pericias. El estruendo y el incendio se conjugaron para terminar con la vida, casi en el acto, de seis operarios y causar quemaduras gravísimas a otros dos, uno de los cuales falleció, luego de doce días de agonía. De inmediato, los vecinos pusieron al descubierto otro lado oscuro del hecho, los afectados estaban encerrados y los portones cerrados con candados, producto de las irregularidades condiciones laborales a las que habrían estado sometidos.
Esteban Pérez, de 18 años; Gastón Pizzo, 30; Gisela De Paula, de 28; Jessica Gómez, de 18; Carmen Toscano, de 24, Margarita Miranda, de 36, y Andrés Pereira, de 18, este último tras permanecer internado en una clínica privada del barrio porteño de Flores, resultaron las víctimas fatales. En tanto, dos de los heridos lograron recuperarse, aunque padecen secuelas físicas, y un décimo trabajador se salvó, en forma milagrosa, al ausentarse del lugar en que se produjo la explosión.
El propietario de la fábrica y el bioquímico que estaba a cargo de la supervisión técnico de la planta, que hoy ya no funciona en la calle Amancay al 5100 del barrio San Martín de Virrey del Pino fueron detenidos por su responsabilidad en la tragedia. En principio, se negaron declarar ante el primer fiscal de la causa, Sergio Carrera Fernández, aunque fueron procesados por homicidio culposo y lesiones culposas reiteradas. En los meses siguientes, la carátula de la causa giró hacia el cargo de estrago doloso y en poco tiempo más, ambos acusados lograron su excarcelación, previa caución juratoria.
"Asesinos andan sueltos"
"Se acaba de cumplir un año de la desgraciada tragedia de la explosión en la fábrica Aerosoles Argentinos de Virrey del Pino, que sesgó la siete vidas valiosas de jóvenes que se encontraban trabajando. Entre ellos, mi sobrino Andrés Erasmo Pereira, quien fue el último en fallecer, luego de doce días de desesperante agonía, con el 85 por ciento del cuerpo quemado, casi sin piel", manifestó Maria Cristina Pereira, tía de una de las víctimas y que se juramentó seguir la lucha "hasta que se haga justicia".
En diálogo con DIARIO POPULAR, la mujer consideró que este hecho "se produjo, en parte, por la apatía e ineptitud de los funcionarios que deben velar por la seguridad de los ciudadanos y no lo hacen" y agregó que "a esto se suma la falta de justicia, que permitió que el dueño de la empresa, Norberto Aníbal Zon, fuera detenido bajo el cargo de homicidio culposo, en una carátula que cambió a estrago doloso, para finalmente, durante el período de feria judicial, volver a ser calificada como homicidio culposo".
"Además, al igual que ocurrió con el bioquímico Ariel Marcelo Waisman, Zon logró, previo depósito de títulos de propiedad por valor de 300 mil pesos como fianza, se le concedió la excarcelación. Según pudimos averiguar puso como garantías a los terrenos donde funcionaba la fábrica, que ni siquiera alcanzan la mitad de esa suma. Este hombre que fue responsable de la vida de sus empleados, a quien los hacía trabajar en condiciones ilegales e infrahumanas, hoy es un asesino que anda suelto", denunció.
María Cristina Pereira opinó que "no ha pasado mucho tiempo, pero gran parte de la sociedad no recuerda ya este horripilante drama, reemplazado por otros de iguales o peores características, pero debe saber que la causa esta virtualmente paralizada, aunque no permitiremos que quede impune. Zon está libre, jactándose de que no volverá a estar preso y que está en condiciones de abrir una fábrica en alguna parte de la Costa Atlántica. Por eso, advertimos a otros jóvenes inocentes que no se presten a trabajar para este irresponsable y a la justicia que debe actuar para castigar a individuos de esta calaña".
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