Aún con traición y dinero, siempre hay un día feliz
Por AMÍLCAR MORETTI
| 21 de Mayo de 2008 | 00:00

Semana para alguna comparación, por ejemplo, la de dos versiones de "Ricardo III", la tragedia de Shakespeare, comparación no por "culta" menos "entretenida". (Aclaro comillas: "culto" y "entretenido" son conceptos imprecisos y confusos. Aparece como culto el fugaz concurrente a un taller literario o espectador circunstancial del Argentino, y aparece como entretenido el producto fabricado según normas de marketing.) Lo cierto es que la versión de "Ricardo III", dirigida y actuada por Al Pacino, el domingo a las 22, es una muy buena película. Esta noche hay también otra buena oportunidad: a las 23, por I-Sat estrenan "Esther Khan", de Arnaud Desplechin, francés elogiado que presentó ahora en Cannes "Un cuento de Navidad" y que por Argentina pasó imperceptible con "Reyes y reina", que vale buscar en devedé.
Asimismo, para quien guste del cine negro clásico (clásico, es decir, que nunca pierde vigencia), esta noche está la opción de "Pacto de sangre", del maestro Billy Wilder en 1944, y "La mujer de mi pasado" ("Retorno al pasado"), de otro maestro, Jacques Tourneur, de 1947. Pedagogía apretada: el policial negro es un género típico norteamericano que hay que leer en clave aunque su propuesta sea clara: no es el amor, dice, lo que mueve al hombre sino el dinero, y por ello apela a la traición y la violencia. Estos dramas -o tragedias- policiales muestran el modo humano de funcionar en un sistema de vida que, al desembarazarse de apariencias, pone al descubierto codicia y supervivencia a muerte. El modelo de inspiración es norteamericano. Los grandes cineastas siempre tomaron el género para decir lo que no podían -en Hollywood- de otro modo. Y así es como asesinar, ser corrupto y juntar mucho dinero a cualquier costo se convirtió en un asunto "entretenido".
Además, mañana jueves a las 22 hay un western si no de excepción sí infrecuente: "Tom Horn", casi una despedida de Steve McQueen, héroe conflictuado, viril y sexy de los 60 y 70. Se advierte a McQueen carcomido por el cáncer que lo mata en 1980. Película bella y triste, pausada y melancólica, capta de modo extraño el final del sueño de este héroe generacional. El viernes a la noche, "Castillos de arena", otra película setentosa, con Jack Nicholson todavía no deforme de histrionismo, cuando Bob Rafelson era un director prometedor. Basta rever la posterior de Rafelson, "Sangre y vino", el domingo a la noche, también con Nicholson, para confirmar lo que la permanencia en Hollywood produce en los creadores.
El sábado hay una opción dispar: a las 20,40, "Gabbeth", iraní, de Makhmalbaf, uno de los mayores exponentes del cine del país de turno en la demonización mundial. Más "demoníaca", a las 22, es la comedia norteamericano-canadiense "Gracias por fumar", de Jason Reitman ("Juno"). Se toma en broma la industria del cigarrillo, contiene críticas demoledoras y parece justificar todo, con ese cinismo que confunde libertad (de mercado, por supuesto) con el cumplimiento del deseo sin ley de cada uno. El domingo, "En busca de Ricardo III", estupenda y única película dirigida por Al Pacino. Fascinante reflexión sobre el poder, la traición y la creación artística. Sabido es que Shakespeare hizo de Ricardo III el malvado más fascinante de la ficción, mucho más, claro, que Hannibal Lecter. Para comparar interpretaciones hay que saltar al miércoles 28, a las 10 o las 16, y ver como el inglés Ian Mac Kellen compone al jorobado magistral en su villanía.
Lunes y martes vienen con comedias inteligentes. El 26 a la noche un musical no exento de crítica y desengaño con Gene Kelly, "Siempre hay un día feliz", y la repetida pero siempre bien recibida "Perdidos en Tokio", no menos crítica y desencantada. El martes 27 a las 23, "Duplex", de Danny DeVito, ese enano maldito que explica cómo cualquier vecino normal puede llegar a desear pasar de lo neurótico a la psicopático, de la convivencia al asesinato.
Asimismo, para quien guste del cine negro clásico (clásico, es decir, que nunca pierde vigencia), esta noche está la opción de "Pacto de sangre", del maestro Billy Wilder en 1944, y "La mujer de mi pasado" ("Retorno al pasado"), de otro maestro, Jacques Tourneur, de 1947. Pedagogía apretada: el policial negro es un género típico norteamericano que hay que leer en clave aunque su propuesta sea clara: no es el amor, dice, lo que mueve al hombre sino el dinero, y por ello apela a la traición y la violencia. Estos dramas -o tragedias- policiales muestran el modo humano de funcionar en un sistema de vida que, al desembarazarse de apariencias, pone al descubierto codicia y supervivencia a muerte. El modelo de inspiración es norteamericano. Los grandes cineastas siempre tomaron el género para decir lo que no podían -en Hollywood- de otro modo. Y así es como asesinar, ser corrupto y juntar mucho dinero a cualquier costo se convirtió en un asunto "entretenido".
Además, mañana jueves a las 22 hay un western si no de excepción sí infrecuente: "Tom Horn", casi una despedida de Steve McQueen, héroe conflictuado, viril y sexy de los 60 y 70. Se advierte a McQueen carcomido por el cáncer que lo mata en 1980. Película bella y triste, pausada y melancólica, capta de modo extraño el final del sueño de este héroe generacional. El viernes a la noche, "Castillos de arena", otra película setentosa, con Jack Nicholson todavía no deforme de histrionismo, cuando Bob Rafelson era un director prometedor. Basta rever la posterior de Rafelson, "Sangre y vino", el domingo a la noche, también con Nicholson, para confirmar lo que la permanencia en Hollywood produce en los creadores.
El sábado hay una opción dispar: a las 20,40, "Gabbeth", iraní, de Makhmalbaf, uno de los mayores exponentes del cine del país de turno en la demonización mundial. Más "demoníaca", a las 22, es la comedia norteamericano-canadiense "Gracias por fumar", de Jason Reitman ("Juno"). Se toma en broma la industria del cigarrillo, contiene críticas demoledoras y parece justificar todo, con ese cinismo que confunde libertad (de mercado, por supuesto) con el cumplimiento del deseo sin ley de cada uno. El domingo, "En busca de Ricardo III", estupenda y única película dirigida por Al Pacino. Fascinante reflexión sobre el poder, la traición y la creación artística. Sabido es que Shakespeare hizo de Ricardo III el malvado más fascinante de la ficción, mucho más, claro, que Hannibal Lecter. Para comparar interpretaciones hay que saltar al miércoles 28, a las 10 o las 16, y ver como el inglés Ian Mac Kellen compone al jorobado magistral en su villanía.
Lunes y martes vienen con comedias inteligentes. El 26 a la noche un musical no exento de crítica y desengaño con Gene Kelly, "Siempre hay un día feliz", y la repetida pero siempre bien recibida "Perdidos en Tokio", no menos crítica y desencantada. El martes 27 a las 23, "Duplex", de Danny DeVito, ese enano maldito que explica cómo cualquier vecino normal puede llegar a desear pasar de lo neurótico a la psicopático, de la convivencia al asesinato.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE