Los jardincitos
| 22 de Junio de 2008 | 00:00

Encontrar un jardín maternal que sea accesible económicamente y confiable muchas veces se vuelve una tarea compleja. Más para aquellas mamás primerizas que se ven obligadas a tomar la decesición de dejar a sus bebés al cuidado de una institución porque la licencia por maternidad vence y se tienen que reincorporar a sus trabajos.
La oferta pública no es muy amplia y la demanda es enorme, por lo que los requisitos cada vez son mayores. Las mamás, entonces, deben confiar en las recomendaciones de instituciones privadas para dejar a sus hijos al cuidado de profesionales capacitados para esta tarea. Seducidas, además, por el contacto permanente con pares que les garantiza una temprana entrada en el proceso de socialización.
Como Vanessa Pradas, hay madres que necesitan dejar a sus hijos al cuidado de otros durante una jornada de trabajo completa. Lleva a Emilia al “jardincito“ a la mañana temprano y la niñera la va a retirar al mediodía. “Del maternal nos gusta que esté con otros nenes; pero no queremos (con Pablo, el marido) que se quede tantas horas ahí. Por eso decidimos que el resto de las horas las pase en casa con Lorena“, cuenta Vanessa.
Marita Velazco, psicóloga y directora del Jardín Maternal “Arco Iris“ de 13 entre 46 y 47 entiende que el maternal es un ámbito educativo en donde, a través de especialistas en educación, se asiste al niño desde temprana edad. “Antes, en la crianza, ayudaban los abuelos, los tíos, un vecino y la madre salía a trabajar tranquila. Pero ahora, los tiempos cambiaron y los padres tuvieron que buscar otras alternativas. El jardín maternal surge, entonces, como un complemento del hogar. Somos como una gran abuela, un lugar afectivo para el niño en los tiempos que corren.“
La oferta pública no es muy amplia y la demanda es enorme, por lo que los requisitos cada vez son mayores. Las mamás, entonces, deben confiar en las recomendaciones de instituciones privadas para dejar a sus hijos al cuidado de profesionales capacitados para esta tarea. Seducidas, además, por el contacto permanente con pares que les garantiza una temprana entrada en el proceso de socialización.
Como Vanessa Pradas, hay madres que necesitan dejar a sus hijos al cuidado de otros durante una jornada de trabajo completa. Lleva a Emilia al “jardincito“ a la mañana temprano y la niñera la va a retirar al mediodía. “Del maternal nos gusta que esté con otros nenes; pero no queremos (con Pablo, el marido) que se quede tantas horas ahí. Por eso decidimos que el resto de las horas las pase en casa con Lorena“, cuenta Vanessa.
Marita Velazco, psicóloga y directora del Jardín Maternal “Arco Iris“ de 13 entre 46 y 47 entiende que el maternal es un ámbito educativo en donde, a través de especialistas en educación, se asiste al niño desde temprana edad. “Antes, en la crianza, ayudaban los abuelos, los tíos, un vecino y la madre salía a trabajar tranquila. Pero ahora, los tiempos cambiaron y los padres tuvieron que buscar otras alternativas. El jardín maternal surge, entonces, como un complemento del hogar. Somos como una gran abuela, un lugar afectivo para el niño en los tiempos que corren.“
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