Camba mostró otra imagen y obtuvo un triunfo merecido

Sebastián Jaime, con una definición exquisita, marcó la diferenciaPor LEANDRO DUBA

Puños apretados, brazos extendidos hacia el cielo en señal de desahogo y el abrazo interminable en la mitad de la cancha, sintetizan de alguna manera el festejo de los jugadores de Cambaceres, después de cristalizar una victoria importantísima, la primera en Ensenada luego de dos intentos frustrados.
Estos tres puntos, obtenidos a expensas de San Miguel, no sólo sirven para restablecer la confianza y encarar el futuro con otra expectativa, sino también para darle un fuerte envión anímico al equipo, que con personalidad, entrega y por momentos con un fútbol atildado, busca acomodarse en el torneo.

Cambaceres arrancó como para comerse los "chicos crudos" Los primeros veinte minutos fueron de alto vuelo. Pelota contra el piso, precisión en las entregas y velocidad de tres cuartos de cancha hacia adelante.

Con estos atributos, y con una actuación descomunal de Damián Manes, el Rojo fue trabajando el partido con mesura, pero sin perder los estribos. A los 7 minutos, después de una excelente combinación por izquierda, Sebastián Jaime queda habilitado, y ante la salida del arquero, define con la precisión de los que saben por encima del cuerpo, decretando la apertura del marcador.

Sin jactarse de la victoria parcial, Camba, con todo el juego a su favor, manejó los tiempos, fue punzante cuando se lo propuso, y hasta pudo haberse ido al descanso con un resultado más abultado.

¿San Miguel...? Muy poco para resaltar de un equipo técnicamente limitado, que lleva consigo la pesada mochila de no poder ganar en el torneo.

El desgaste realizado en la primera etapa se vio reflejado en el funcionamiento del equipo durante el complemento. Si bien Lalo Borgarelli le dio algunos minutos en cancha a Ezequiel Naser y Miguel López, con la idea de aportar mayor agresividad al ataque, el equipo ya no era el mismo.

San Miguel, con muy poco, logró meterse en terreno enemigo gracias al adelantamiento de sus líneas, pero jamás consiguió lastimar a un Cambaceres ordenado, firme, que supo aparecer en los momentos justos. En el final, tuvo dos chances que pudieron haber redondeado el marcador. Primero, un mano a mano de Naser que tapó Gonzalo Díaz, y luego, en el rebote, la posibilidad de Miguel López, cuyo disparo terminó siendo despejado casi sobre la línea por Sacco.

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