A hierro corto

INFORME POR GUSTAVO NIGRELLI

La semana pasada, dos púgiles cancelados por la FAB pelearon en Berlín, Alemania, con licencia otorgada por otro organismo argentino, a quien la Inspección de Justicia -cuestionablemente-, le concedió tal facultad. A raíz de eso, pelean profesionalmente no sólo púgiles suspendidos por cuestiones disciplinarias, sino además, aquellos con alerta rojo por baja performance, excedidos de edad, sin experiencia amateur, menores de 21 años, debutantes contra avezados, etc.

Lo preocupante es que, con la cantidad de boxeadores que hay, pululando por el menú habilitado, en Alemania eligieran a dos que no están en regla con el organismo oficial -pacto implícito que se recomienda respetar entre Federaciones y entidades oficiales-. Y para colmo, ¡uno de ellos ganó! Sí. Juan Manuel El Cumbia Garay, suspendido por la FAB por pelear antes de los 12 días entre pelea y pelea, dio un batacazo -en una velada televisada por Space-, contra el invicto teutón Martín Kempf, de 12-0-0, 5 KO, venciéndolo por KOT 4. El otro, Rodolfo De Dominicis -suspendido por combatir afuera sin permiso FAB-, PKOT 3 ante Alexander Frenkel, 18-0-0, 14 KO.

El anterior fin de semana, hubo en el país más peleas de las con púgiles cancelados, no habilitados, o sin licencia, que reglamentarias. No es un dato menor. Incluso, reapareció el "retirado" Julio César Vásquez, ex campeón mundial superwelter AMB, que no renovó su licencia anual FAB, y sobre quien pesaba sugerencia de no volver a combatir, "empatando" en 4 vueltas ante el cancelado definitivamente Silvio El Mono Rojas, organizador de esos festivales en el Gran Buenos Aires. Cada vez son más estas peleas, y conducen seguramente a desaparición y lento descrédito del boxeo, para dar paso a otra actividad de combate, más en serio, pero quizás también más peligrosa.

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