La atracción del afecto

Por Alejandra Sofía (*)

Cuando la pasión, el entusiasmo y el buen ánimo se dirigen hacia algo o alguien, se dice que uno tiene afición por ello. Así les ocurre a los aficionados a la astronomía cada vez que observan el cielo, discuten sobre instrumentos utilizados o deseados u organizan observaciones y múltiples actividades entre sí y con la comunidad. Los astrónomos profesionales no suelen observar el cielo mediante telescopios pequeños y cuando utilizan telescopios de última generación, no es el ojo lo que ponen tras dicho instrumento sino instrumental variado que les "deposita" la imagen astronómica en sus computadoras. Es la constancia y la asiduidad de los astrónomos aficionados la que ha marcado una agenda profusa de hallazgos de cometas y asteroides, principalmente, pero también de supernovas -estrellas que explotan al final de sus vidas- y otros objetos celestes. La necesidad de vasos comunicantes entre astrónomos aficionados y profesionales merece ser atendida. El reciente impacto contra Júpiter de lo que sería un cometa o asteroide, tuvo un singular recorrido: un aficionado australiano lo captó en su telescopio, subió las imágenes a su blog y un Instituto de la NASA lo confirmó horas después. En la reseña sobre sus inicios, muchos profesionales mencionan su paso por grupos de aficionados; algunos recuerdan con estima sus colaboraciones a la tradicional publicación de Amigos de la Astronomía. "Primeramente vi la Luna, tan de cerca como si distara de la Tierra solamente dos diámetros terrestres. Enseguida, con increíble gozo de mi alma, estuve observando muchas veces las estrellas" (Galileo Galilei). Esto mismo dicen y sienten cientos de astrónomos, con o sin título formal de la academia.


(*) Periodista de la Facultad de Cs. Astronómicas y Geofísicas-UNLP

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