Volvió el médico platense que salvó vidas en Haití
Estuvo al frente del campamento argentino en Leogane, epicentro del terremoto en el que murieron miles de personas
| 3 de Febrero de 2010 | 00:00
El doctor Gabriel Ive, el médico platense que participó en las tareas de socorro tras el terremoto de Haití, regresó al país tras su misión y fue recibido ayer por el ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur, y expuso ante el gabinete sanitario la labor de asistencia desarrollada por el equipo de socorristas argentinos.
Ive, quien es cirujano general y en nuestra ciudad se desempeñó en el Hospital de Gonnet y en el Instituto Médico Platense, afirmó que "nunca se está preparado para ver una catástrofe" como la que asoló a ese país el pasado 12 de enero, en la que murieron al menos 200.000 personas.
"Fue la peor catástrofe en la que me tocó actuar, el equipo atendió a 2.500 pacientes en dos semanas e hicimos desde ocho partos hasta más de 20 amputaciones", relató Ive.
Sin embargo, el médico que egresó de la UNLP en el año 1985, remarcó que "de ser necesario, volvería a Haití, porque hay una gran vulnerabilidad en toda la vida social", tras el terremoto que destruyó Puerto Príncipe, la capital haitiana.
El doctor Ive, quien es director de Emergencias Sanitarias del ministerio de Salud de la Nación, trabajó en las últimas semanas en la ciudad haitiana de Leogane, donde junto con 16 colegas argentinos de la misión de Cascos Blancos atendió a los heridos por el sismo que devastó el 12 de enero el país caribeño.
El médico de 48 años señaló que la mayoría de los casos atendidos en el hospital de campaña argentino instalado en Haití fueron fracturas, pero "hubo que realizar muchas amputaciones traumáticas y reamputaciones, en gran parte por infecciones contraídas en lugares donde se había operado antes al paciente".
UNA TAREA DURA A CADA INSTANTE
"No terminábamos de armar las carpas y teníamos 400 personas con necesidades esperando por nosotros detrás de un cordón, en una situación de catástrofe y en un país con una miseria extrema que demostraba que no estaba preparado para tanto", indicó.
Ive elogió el trabajo de la misión argentina en la atención a las víctimas, al destacar que "ante el impacto que significaba cada caso que se nos presentaba, teníamos que dar durante el día y la noche una respuesta inmediata".
Entre los puntos negativos, Ive no olvida que también debieron afrontar la muerte de dos pacientes, que llegaron "en estado muy crítico" al hospital argentino en Leogane, donde estiman fue el epicentro del sismo de 7,3 grados en la escala Richter que causó la muerte a cerca de 200.000 personas y heridas a un número similar.
"Luego de estas situaciones como las que nos tocó vivir -dijo- los médicos contamos con apoyo psicológico que nos ayuda, aunque sin duda, esto nunca se olvida".
El campamento hospitalario que los médicos argentinos de Cascos Blancos y del ministerio de Salud armaron en Leogane, 37,5 kilómetros al oeste de Puerto Príncipe, constaba de una carpa consultorio para la demanda espontánea de los pobladores y dos carpas más, una para internación abreviada con atención de entre seis y 12 horas.
La tercera carpa era para pacientes críticos con patologías que obligaban a derivaciones que, en realidad, tampoco podían hacerse porque las ciudades afectadas por el terremoto se quedaron sin estructura sanitaria.
Ive trabajó en zonas de conflictos internacionales, como la Franja de Gaza, y en el país coordinó la asistencia a las víctimas del alud en la ciudad salteña de Tartagal y el socorro sanitario a los afectados por el dengue en la localidad chaqueña de Charata.
Por su parte, el ministro Manzur destacó "la trayectoria impecable de Ive" y la decisión gubernamental "de reforzar la asistencia a las víctimas del terremoto de Haití". También elogió el desempeño de "los colegas médicos que se instalaron en el foco y centro del lugar dañado por el terremoto, para atender las necesidades del pueblo haitiano".
Ive, quien es cirujano general y en nuestra ciudad se desempeñó en el Hospital de Gonnet y en el Instituto Médico Platense, afirmó que "nunca se está preparado para ver una catástrofe" como la que asoló a ese país el pasado 12 de enero, en la que murieron al menos 200.000 personas.
"Fue la peor catástrofe en la que me tocó actuar, el equipo atendió a 2.500 pacientes en dos semanas e hicimos desde ocho partos hasta más de 20 amputaciones", relató Ive.
Sin embargo, el médico que egresó de la UNLP en el año 1985, remarcó que "de ser necesario, volvería a Haití, porque hay una gran vulnerabilidad en toda la vida social", tras el terremoto que destruyó Puerto Príncipe, la capital haitiana.
El doctor Ive, quien es director de Emergencias Sanitarias del ministerio de Salud de la Nación, trabajó en las últimas semanas en la ciudad haitiana de Leogane, donde junto con 16 colegas argentinos de la misión de Cascos Blancos atendió a los heridos por el sismo que devastó el 12 de enero el país caribeño.
El médico de 48 años señaló que la mayoría de los casos atendidos en el hospital de campaña argentino instalado en Haití fueron fracturas, pero "hubo que realizar muchas amputaciones traumáticas y reamputaciones, en gran parte por infecciones contraídas en lugares donde se había operado antes al paciente".
UNA TAREA DURA A CADA INSTANTE
"No terminábamos de armar las carpas y teníamos 400 personas con necesidades esperando por nosotros detrás de un cordón, en una situación de catástrofe y en un país con una miseria extrema que demostraba que no estaba preparado para tanto", indicó.
Ive elogió el trabajo de la misión argentina en la atención a las víctimas, al destacar que "ante el impacto que significaba cada caso que se nos presentaba, teníamos que dar durante el día y la noche una respuesta inmediata".
Entre los puntos negativos, Ive no olvida que también debieron afrontar la muerte de dos pacientes, que llegaron "en estado muy crítico" al hospital argentino en Leogane, donde estiman fue el epicentro del sismo de 7,3 grados en la escala Richter que causó la muerte a cerca de 200.000 personas y heridas a un número similar.
"Luego de estas situaciones como las que nos tocó vivir -dijo- los médicos contamos con apoyo psicológico que nos ayuda, aunque sin duda, esto nunca se olvida".
El campamento hospitalario que los médicos argentinos de Cascos Blancos y del ministerio de Salud armaron en Leogane, 37,5 kilómetros al oeste de Puerto Príncipe, constaba de una carpa consultorio para la demanda espontánea de los pobladores y dos carpas más, una para internación abreviada con atención de entre seis y 12 horas.
La tercera carpa era para pacientes críticos con patologías que obligaban a derivaciones que, en realidad, tampoco podían hacerse porque las ciudades afectadas por el terremoto se quedaron sin estructura sanitaria.
Ive trabajó en zonas de conflictos internacionales, como la Franja de Gaza, y en el país coordinó la asistencia a las víctimas del alud en la ciudad salteña de Tartagal y el socorro sanitario a los afectados por el dengue en la localidad chaqueña de Charata.
Por su parte, el ministro Manzur destacó "la trayectoria impecable de Ive" y la decisión gubernamental "de reforzar la asistencia a las víctimas del terremoto de Haití". También elogió el desempeño de "los colegas médicos que se instalaron en el foco y centro del lugar dañado por el terremoto, para atender las necesidades del pueblo haitiano".
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