Hernán Encina: un primer clásico que pasó sin pena ni gloria
| 4 de Febrero de 2010 | 00:00

En los primeros minutos del encuentro, el ex jugador de Rosario Central y Godoy Cruz fue discontinuo. Como perdido en la cancha. No fue eficaz en la marca ni tampoco cuando intentó salir con la pelota al pie, buscando asistir a algunos de sus compañeros.
En apenas siete minutos de juego, perdió tres pelotas imposibles, una de ellas contra Juan Sebastián Verón. Tal vez la ansiedad o el nerviosismo típico del debut en el clásico le jugó una mala pasada, pero en definitiva, terminó por redondear una actuación que pasó sin pena ni gloria.
Como quedó dicho, Encina mostró más entrega que juego. Pero por lo general, siempre perdió en las pelota divididas.
A los 35 minutos, zafó de la tarjeta amarilla por cometerle una falta innecesaria a Mauro Boselli, cerca del área.
Y tres minutos después, cometió un grosero error dentro del área, que casi genera el gol de Estudiantes. Gastón Sessa, rápido de sus movimientos y de reflejos, tuvo que subsanar la salida errónea del Sapito.
En el complemento, se esperó la recuperación del volante, pero seguía siendo impreciso con la pelota. No fue alternativa para Gimnasia. Nunca estuvo en sintonía con sus compañeros.
A los 9 minutos, ya visiblemente agotado, recibe la tarjeta amarilla por parte de Pitana, luego de patear a un rival en el piso cuando el árbitro ya había marcado la infracción.
Y a los 14, Diego Cocca, el técnico mens sana, decidió cambiarlo por Lucas Castro. La actuación del Sapito no estuvo a la altura del clásico.
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