Luna estuvo en llamas y a Boca se le vino la noche
Tigre goleó 3-0 a un Xeneize Chueco por todos lados
| 15 de Marzo de 2010 | 00:00

Tigre fue ordenado, compacto y letal en el ataque, con un Chino Luna implacable; Boca fue la contracara: frágil en defensa e inofensivo en ataque. Cuando todavía no había pasado nada en el partido y los equipos se estudiaban, Martín Morel leyó con inteligencia a la frágil defensa boquense, puso un preciso pase para Luna y el Chino, ganando en el pique a Morel Rodríguez, la mandó dentro del arco con un zurdazo.
Con la ventaja a favor, Tigre se recostó unos metros más atrás, cediendo a Boca el terreno y el balón y dejando crecer la figura de Juan Román Riquelme. El enganche xeneize estuvo muy cerca del empate, pero entre Daniel Islas y Damián Leyes taparon lo que hubiese sido una genial definición del volante.
Boca llegaba con facilidad hasta tres cuartos de cancha, pero a partir de allí carecía de sorpresa, cambio de ritmo y juego asociado para generar peligro efectivo. En ese contexto, recién a los 39 minutos logró la visita aproximarse nuevamente, merced a un derechazo de Cristian Erbes que pasó muy cerca del palo derecho.
PALOMITA Y SEGUNDO
Cuando el primer tiempo expiraba, el brasileño Luiz Alberto salió muy lejos de su posición, perdió con Blanco, este aprovechó para mandar un muy buen centro para Luna y el delantero se tiró en palomita para marcar el segundo gol.
Boca salió a jugar el complemento visiblemente golpeado desde lo anímico y ni siquiera mostraba los pocos atributos desplegados en el primer tiempo. Tigre cerró filas, aguantó sin pasar mayores sobresaltos y a partir de los 20 minutos empezó a explotar el contragolpe, ante un rival que cada vez regresaba con más lentitud y dejaba demasiado espacio en el fondo.
En una de esas jugadas, Blanco se fue nuevamente por la derecha, envió el balón al área, Diego Castaño tocó de primera para Luna y el "Chino" coronó su noche soñada con un zurdazo al medio al arco.
Boca no solo atacaba mal y defendía peor, sino que además ni siquiera contaba con una mínima cuota de suerte, ya que Lucas Viatri -recién ingresado- remató dos veces al palo en la misma jugada. De allí al final, el partido siguió siendo un padecimiento para Boca y una alegría desbordante para Tigre, que pudo marcar aún más goles.
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