La guerra continúa
| 9 de Marzo de 2010 | 00:00

Jugando como algunos minutos del primer tiempo, Gimnasia puede salvarse de todo. Jugando como en el segundo tiempo, se va al descenso. Como siempre, entre los extremos está la realidad. Esa que marca un rato de agresividad y luego deja paso a un equipo timorato, que se mete solito atrás. Una mejoría defensiva, pero también la tibieza en la generación de juego. La dependencia absoluta del buen o mal día de los delanteros, que pueden ser Caniggia-Batistuta o traer los peores recuerdos. Y sin Rinaudo-Aued, este equipo está para lista de trasplantes: le faltan el corazón y los pulmones.
Si generó dudas la titularidad de Hugo Iriarte, ¿qué decir de los cambios? Variantes supuestamente agresivas, terminaron de desmembrar a un equipo que ya jugaba mal. Volante (Messera) por defensor (Iriarte). Delantero (Casas) por mediocampista (Aued). Con esos cambios, supuestamente a matar o morir, Gimnasia quedó más cerca de morir que de matar. De última, el punto frustra (era LA chance de pasar a Central) pero no condena. Perder era quedar a cuatro de los rosarinos y con un manojo de dudas y nervios. Ahora la cosa quedó stand by. De cualquier manera, me cuesta entender a ese Gimnasia con Ormeño stopper (no es lo suyo), con Castro y Encina "haciendo" las bandas y a Pérez-Stracqualursi-Casas mirándose las caras mientras trataban de pescar un pelotazo cuando el equipo no daba dos pases seguidos. Tampoco fue un buen partido de Cocca.
Ojo, el punto no sirve. También creo que es un cachetazo bien dado al triunfalismo, a pensar en la punta del torneo, a "verse" fuera de todo cuando esta pelea durará hasta mediados de mayo y si termina bien (y el concepto incluye zafar en la promoción) dará otra vez para abrazos interminables. No eludo la ambición, no es "chiqueza". Pero está situación espantosa de pelear por no descender fecha a fecha es insostenible. Cada partido no es una visita a Victoria, La Paternal o Santa Fé: son batallas como Chacabuco y Maipú y -hasta ahora- no ha existido una Cancha Rayada...
Casi nada quedó de esta noche en 60 y 118. (En realidad sí, la incapacidad policial para organizar cualquier operativo, pero esa es otra historia). Si era una final, Gimnasia la jugó con todos los miedos. Sin actuaciones destacadas, las individualidades no salvaron al conjunto. Queda una reflexión: Sessa, Rinaudo y Aued no pueden ni resfriarse, son vitales.
Ahora, lo que se pueda traer de Santa Fé viene de arriba. Es partido de 0 punto en la cuentita de principio de torneo. Milton Casco jugará por Ormeño (5 amarillas), vuelve Romero, ¿llegarán Graff, Sessa y Rinaudo? Colón no es imposible, algo se puede traer para tratar de llegar a esos benditos 30 puntos que -al ritmo de este equipo- a veces parecen cercanos y otras veces inalcanzables.
*Una manito de San Lorenzo aclaró el panorama pero a no confiarse. Un par de victorias de los ascendidos genera un gran lío, aunque por ahora la tablita es bastante justa.
Si generó dudas la titularidad de Hugo Iriarte, ¿qué decir de los cambios? Variantes supuestamente agresivas, terminaron de desmembrar a un equipo que ya jugaba mal. Volante (Messera) por defensor (Iriarte). Delantero (Casas) por mediocampista (Aued). Con esos cambios, supuestamente a matar o morir, Gimnasia quedó más cerca de morir que de matar. De última, el punto frustra (era LA chance de pasar a Central) pero no condena. Perder era quedar a cuatro de los rosarinos y con un manojo de dudas y nervios. Ahora la cosa quedó stand by. De cualquier manera, me cuesta entender a ese Gimnasia con Ormeño stopper (no es lo suyo), con Castro y Encina "haciendo" las bandas y a Pérez-Stracqualursi-Casas mirándose las caras mientras trataban de pescar un pelotazo cuando el equipo no daba dos pases seguidos. Tampoco fue un buen partido de Cocca.
Ojo, el punto no sirve. También creo que es un cachetazo bien dado al triunfalismo, a pensar en la punta del torneo, a "verse" fuera de todo cuando esta pelea durará hasta mediados de mayo y si termina bien (y el concepto incluye zafar en la promoción) dará otra vez para abrazos interminables. No eludo la ambición, no es "chiqueza". Pero está situación espantosa de pelear por no descender fecha a fecha es insostenible. Cada partido no es una visita a Victoria, La Paternal o Santa Fé: son batallas como Chacabuco y Maipú y -hasta ahora- no ha existido una Cancha Rayada...
Casi nada quedó de esta noche en 60 y 118. (En realidad sí, la incapacidad policial para organizar cualquier operativo, pero esa es otra historia). Si era una final, Gimnasia la jugó con todos los miedos. Sin actuaciones destacadas, las individualidades no salvaron al conjunto. Queda una reflexión: Sessa, Rinaudo y Aued no pueden ni resfriarse, son vitales.
Ahora, lo que se pueda traer de Santa Fé viene de arriba. Es partido de 0 punto en la cuentita de principio de torneo. Milton Casco jugará por Ormeño (5 amarillas), vuelve Romero, ¿llegarán Graff, Sessa y Rinaudo? Colón no es imposible, algo se puede traer para tratar de llegar a esos benditos 30 puntos que -al ritmo de este equipo- a veces parecen cercanos y otras veces inalcanzables.
*Una manito de San Lorenzo aclaró el panorama pero a no confiarse. Un par de victorias de los ascendidos genera un gran lío, aunque por ahora la tablita es bastante justa.
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