La Villa hizo todo bien, pero no lo pudo definir

Villa San Carlos hizo casi todo bien. Manejó a voluntad la pelota, los tiempos y hasta generó las mejores oportunidades de gol. Sin embargo, no pudo resolver el pleito, y se fue masticando bronca con el empate a uno frente a Almagro, que en definitiva, terminó llevándose un premio demasiado excesivo, casi sin proponérselo.

Durante la primera etapa, los de Berisso tuvieron el control de la pelota. Con el trabajo de Santiago Sommariva, cortando el juego del rival, y con un inspirado Emanuel Avalo Piedrabuena, el dueño de casa comenzó a exhibir mejor sus armas ante un tibio Almagro, que propuso poco y nada.

Lentamente, la Villa fue haciendo méritos para ganar. Primero, con un disparo de Oroná que se estrelló en uno de los palos, y luego, un remate del propio volante que fue desviado sobre la línea por un defensor visitante.

En la parte complementaria, San Carlos siguió siendo amo y señor del partido, aunque de a poco, fue sintiendo el desgaste físico, producto de la seguidilla de partidos que viene afrontando.

Sin embargo, a los 19, apareció Mariano Rotondo para sacudir la modorra con un zurdazo que venció la resistencia del arquero Coloca. De allí en más, la Villa comenzó a justificar el triunfo, aunque una jugada polémica desató toda la bronca de los jugadores, cuando el árbitro decidió invalidar un gol
legítimo de Cristian Campozano. Hubiese sido el 2-0 definitivo.

No obstante, el conjunto de la dupla Malli y Besada mantuvo el orden, aunque los de José Ingenieros, en una ráfaga, consiguió poner en aprietos al dueño de casa. Primero, con un bombazo de Jeandet que se estrelló en el travesaño, y luego (a los 35), con una aparición del interminable Alberto Yaqué, que con un cabezazo por encima del cuerpo de Víctor Volpe, estampó la paridad final.