Un festejo bien tripero desde el Bosque a 7 y 50




Para los hinchas triperos, como para jugadores y cuerpo técnico, también fue un domingo de desahogo. La emoción, la euforia y también las lágrimas empezaron en el estadio del Bosque, ni bien terminó el partido ante Rafaela, pero el ruido, los bocinazos y los cantitos continuaron en 7 y 50, la céntrica y tradicional esquina de los festejos en nuestra Ciudad. Hacia allí confluyeron miles y miles de triperos, que soportando por momentos una intensa lluvia dieron rienda suelta a la alegría por la permanencia del equipo en la Primera División del Fútbol argentino.

"Vinimos a sacarnos la mufa", graficó Juan Romero (66), vecino del barrio El Mondongo, en medio de las explosiones de los fuegos artificiales, las bengalas, los cánticos y las sinuosas melodías de las trompetas.

Los simpatizantes, que ocuparon la calle 7 casi desde 49 a 51, pidieron a los dirigentes que "compren" al delantero colombiano Marco Pérez y se entusiasmaron con el hecho de que a partir de ahora "comienza una nueva etapa", según expresaron varios hinchas a este diario.

"Gimnasia siempre tiene algo para festejar. Salvarse del descenso no es poco", consideró Pablo Cubilla (48), que ayer estaba en la puerta del Pasaje Dardo Rocha, junto a su hijo, envuelto en una bandera albiazul.

"Esta vez fue diferente, porque ya sabíamos que íbamos a ganar", confió Leonardo Peralta (26), de la localidad de Olmos. Sin embargo, el hincha confesó que cuando la radio informó que Rosario Central "se había ido a la B", sintió "un frío en la espalda".

"Ahora las cosas pueden llegar a cambiar. Le va a ir mejor al equipo", expresó Fabián Pollero (23), de Punta Lara. Y pidió al club que "compre un delantero".

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