Murió Antonio Bussi, símbolo mayor de la última dictadura
| 25 de Noviembre de 2011 | 00:00

El represor y ex gobernador tucumano Antonio Domingo Bussi falleció ayer en una clínica privada de la capital de Tucumán, luego de una prolongada agonía por su delicado estado de salud.
El deceso se produjo minutos antes de las 17 hs en el Instituto Privado de Cardiología, y era esperado desde el miércoles cuando la familia aseguró que el ex hombre fuerte de Tucumán, de 85 años, estaba viviendo sus últimas horas.
La familia y amigos más cercanos despedirán el cuerpo del ex gobernador con una ceremonia íntima en Tucumán, antes de trasladarlo a Buenos Aires, donde será enterrado en un cementerio privado de la localidad bonaerense de Pilar.
En las últimas horas, Bussi estuvo acompañado por su esposa Josefina Bigoglio -que se radicará también en Pilar-, y sus hijos Luis José, Ricardo, Claudia y María Fernanda.
“Hemos acordado con los médicos no hacerle tratamientos invasivos: no dializarlo ni ponerle respirador artificial, porque no tiene sentido extender la agonía. Quedó en manos de Dios. Estamos toda la familia a su lado, acompañándolo”, había asegurado en la tarde del miércoles uno de sus hijos, el legislador provincial Ricardo Bussi.
Los rumores sobre su muerte se repitieron en varias ocasiones durante las últimas horas, pero se confirmaron a las 16:50 de ayer, de boca a su hijo.
cadena perpetua
Bussi gobernó dos veces la provincia, la primera durante la última dictadura y luego en democracia, entre 1995 y 1999, y fue condenado a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad. El represor había sido condenado a cadena perpetua en 2008 por el secuestro y el asesinato del ex senador peronista Guillermo Vargas Aignasse, durante la última dictadura militar.
EL PODER SE EXTENDIO EN DEMOCRACIA
Antonio Domingo Bussi fue interventor militar, gobernador electo de Tucumán y dueño de un importante capital político en la provincia hasta que los juicios y condenas por delitos de lesa humanidad mostraron la oscuridad de su pasado y limitaron su influencia.
Hasta su muerte, el represor cumplió arresto domiciliario en su casa del country Yerba Buena de Tucumán, donde estaba detenido desde 2003, por el asesinato del ex senador peronista Gerónimo Vargas Aignasse, causa que le valió en 2008 una condena a cadena perpetua.
Esa sentencia fue celebrada con euforia por un sector importante de la misma sociedad que lo había ungido años antes como gobernador en elecciones democráticas.
Por su papel en la dictadura, al regreso de la democracia fue enjuiciado y encontrado culpable de los delitos de secuestro, asesinato y peculado, pero se benefició con la ley de Punto Final y quedó libre.
Esos procesos no impidieron que a partir de 1987 iniciara una carrera política que le permitiría en 1995 llegar a la gobernación provincial, de la mano del partido Defensa Provincial-Bandera Blanca.
De su gestión al frente de Tucumán se destacó su estilo militar para el funcionamiento del gobierno, por ejemplo, obligando a los empleados públicos y funcionarios a izar la bandera y entonar el himno en la plaza Independencia todos los días a las 8 horas.
En 1996, Bussi fundó el partido Fuerza Republicana y con ese partido fue electo diputado nacional en 1999, aunque el Congreso lo rechazó por ser represor y no pudo asumir su banca. Lo mismo le sucedió en 2003, cuando fue elegido intendente de San Miguel de Tucumán, pero no pudo asumir porque fue detenido por el asesinato de Vargas Aignasse.
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