Pacientes de una enfermedad

Por LUCÍA PELLEGRINI (*)

Con la aprobación de la ley nacional antitabaco, muchos fumadores se sienten discriminados. La misma enfermedad que padecen, es decir la adicción, no los deja ver los beneficios que esta medida trae tanto para ellos como para sus seres queridos. "Fumar es un acto de libertad" es el argumento habitual que muchos fumadores dicen frente a medidas restrictivas como los ambientes libres de humo. Sin embargo, fumar es lo opuesto a un acto de libertad: se trata de una dependencia, una compulsión, una necesidad física y psicológica marcada por la adicción a la nicotina. Si no fuese así, los fumadores no sufrirían tanto al querer dejar el cigarrillo, no estarían tantos años presos de la adicción, no recaerían, y sería sencillo hacerlo. Pero en realidad, como lo dicen los propios pacientes, intentar dejar los llena de angustia, desesperación y frustración al ver que solos no pueden. Los fumadores se aferran a argumentaciones para justificar y defender su incontrolable adicción. Es que, como sufren de un invalidante síndrome de abstinencia, necesitan negar lo innegable: cómo se están dañando su salud y la de los que lo rodean. Ya nadie puede discutir que el cigarrillo enferma y agota y que el humo ambiental de tabaco no sólo molesta sino que también enferma. Sin embargo, no debemos olvidarnos que el fumador es un paciente que padece una enfermedad, por lo tanto es muy importante que junto con la prohibición de fumar se implementen políticas sanitarias que atiendan la problemática de aquellos que quieran dejar de fumar. Hay que acompañarlos en forma interdisciplinaria para que, en vez de discriminados, se sientan comprendidos y acompañados.

(*) Doctora especializada en tabaquismo

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