Otra mala jornada para las Bolsas a nivel mundial

La Bolsa de Nueva York no pudo evitar el impacto del anuncio de Moody's, la calificadora financiera que ayer degradó a "bonos basura" a los títulos de la deuda de Irlanda, y cerró con una caída del 0,5%. En una jornada extremadamente volátil, los mercados en Europa se movieron desde caídas iniciales del 3%, en un clima de ansiedad creciente por la falta de salida a la crisis de la deuda, hasta un cierre con pérdidas leves merced a la intervención del Banco Central Europeo (BCE) que calmó a los operadores.

El retroceso del 0,47% de Wall Street fue precedido de los cierres bajistas en Europa

Así, el retroceso del 0,5% de Wall Street fue precedido de los cierres bajistas en Europa: Atenas perdió un 0,2%; Madrid, el 0,7%; Frankfurt, un 0,8%; París, el 0,9% y Londres, el 1%. Los mercados asiáticos también finalizaron con pérdidas: Tokio cayó 1,4%, Hong Kong, el 3,1% y Shanghai, el 1,7%, afectados por la jornada de anteayer, bautizada como "lunes negro" por el derrumbe generalizado de acciones y bonos de la deuda soberana en todo el mundo desarrollado.

La recuperación de última hora experimentada por las Bolsas europeas tuvo su nota más destacada en Italia, el país más afectado el lunes, junto con España, por la extensión de la crisis de la deuda griega. La Bolsa de Milán subió un 1,18% después de que el lunes y el viernes cerrara con fuertes bajas. La presencia del BCE, no confirmada oficialmente pero decisiva en los hechos, al potenciar una fuerte demanda de letras del Tesoro italiano, así como la intervención de otros bancos centrales, dio vuelta la tendencia inicial al derrumbe de los mercados. También cerró a la baja el Merval.

Mientras Alemania presiona sobre Italia para que lleve adelante un fuerte ajuste presupuestario, la reunión de los ministros de Economía y Finanzas del Eurogrupo concluyó sin acuerdos y desató fuertes incertidumbres que contribuyeron a la tendencia de primera hora en los mercados. El clima de diferencia creciente entre los países más desarrollados y los de la periferia europea se agudizaron ayer, y una prueba de ello fueron las declaraciones críticas del presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, hacia Alemania. Sin nombrar a este país, pero con una clara referencia a sus posiciones, Zapatero dijo que "todos los países de la zona euro deben asumir su responsabilidad, y de modo particular los países más poderosos".

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