Un proyecto que apunta a la zonificación

La Organización Mundial de la Salud habla de "no salud" para definir las molestias que modifican el bienestar de las personas. En ese marco, la contaminación sonora es la causante de distintos padecimientos de la población. Para revertir y corregir ese mal contemporáneo el Laboratorio de Acústica y Luminotécnia de la Comisión de Investigaciones Científicas -CIC- presentó un proyecto de ley que ya cuenta con media sanción en la Provincia. El trabajo contempla zonificar las regiones de acuerdo al uso del suelo y luego establecer metas de calidad acústica que establezcan cuántos decibeles se pueden tener en esos lugares de día y de noche.

"Hacer un plan lleva años porque hay que establecer a dónde se van a permitir ciertas actividades y bajo qué condiciones. Por ejemplo, no debería permitirse que un restaurante tenga actividades de bar porque no tiene el aislamiento acústico necesario para no molestar a los vecinos", dijo la Nilda Vechiatti, especialista de la CIC.

Según el proyecto presentado en la Legislatura bonaerense, si la planificación urbana contemplara el impacto de los ruidos urbanos, entonces frente a los hospitales no podría circular ningún micro a menos de cien metros. Tampoco se podrían radicar restobares, industrias o talleres en zonas residenciales.

EL IDEAL PARA UN DORMITORIO

Con todo, se apuntó que los valores normales de sonidos se ubican entre los 55 y 60 decibeles de día y 45 de noche en el exterior. En el dormitorio no se pueden superar los 30 decibeles para poder dormir de manera confortable, dicen los especialistas.

Los especialistas advirtieron además que sería necesario colocar carteles en los boliches bailables para informar a los jóvenes que a altos decibeles corren el riesgo de sufrir problemas de salud. "Cuando salen del boliche tienen corrimiento del umbral auditivo y una hipoacusia temporal. Si eso se reitera todos los fines de semana de un año, pierden la audición en forma permanente", expresó Vechiatti.

La educación es otro de los eslabones en la cadena de prevención y la difusión de cómo protegerse del ruido, un factor esencial para todos. "Desde pequeños los chicos van a casitas de fiestas con niveles elevadísimos de sonido cuando eso es totalmente innecesario porque tienen el oído en perfectas condiciones. Lo mismo ocurre en cualquier reunión social en la que uno no puede ni hablar, por eso es imperioso que entre todos empecemos a exigir una mejor calidad de vida", dijo Nilda Vechiatti.

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